España Siglo XIX: Economía, Sociedad y Movimiento Obrero

Transformaciones Económicas

La economía española del siglo XIX se caracterizó por una dualidad marcada por la persistencia de estructuras arcaicas y focos aislados de desarrollo. La agricultura fue la actividad principal, empleando a dos tercios de la población, pero con baja productividad debido a la desigual distribución de la tierra y la falta de innovación.

Proceso de Desamortización y Cambios Agrarios

La desamortización buscó expropiar tierras de la Iglesia y municipios para su venta en subasta pública. Mendizábal (1837) se enfocó en bienes eclesiásticos, mientras que Madoz (1855-1867) incluyó tierras municipales. Aunque se cultivaron más tierras, las familias poderosas mantuvieron su dominio y se formó una oligarquía agraria.

Incorporación a la Revolución Industrial

La Revolución Industrial en España fue tardía e incompleta. La minería tuvo auge en el último cuarto del siglo, impulsada por la ley de 1868. El ferrocarril, desde 1848, integró el mercado y estimuló el desarrollo económico.

Crecimiento Demográfico

El crecimiento demográfico fue lento debido a altas tasas de mortalidad por epidemias y crisis de subsistencia. La emigración transoceánica fue significativa. A finales del siglo, surgió el éxodo rural hacia zonas industriales.

De Sociedad Estamental a Clases

La transición fue lenta. Las élites incluyeron la nobleza y la alta burguesía. Las clases medias aspiraban a la propiedad y el ascenso social. Las clases bajas urbanas y rurales enfrentaron duras condiciones, especialmente los jornaleros.

El Movimiento Obrero

Surgió por bajos salarios y condiciones de vida precarias. La AIT llegó en el Sexenio Democrático, con influencia anarquista en Cataluña y Andalucía, y marxista en Madrid. El anarquismo se organizó en la FTRE, mientras que el socialismo marxista fundó el PSOE y la UGT.