Fábulas Griegas: Lecciones de Sabiduría Antigua

XVII. El Pino y la Caña

Un pino y una caña discutían sobre su fuerza. Se originó un fuerte viento, y la caña, agitándose e inclinándose con los soplos de este, evitó el desprendimiento. Pero el pino, habiéndose resistido, fue arrancado desde las raíces por completo. La fábula muestra que no conviene a los fuertes disputar o luchar contra la adversidad con rigidez.

XVIII. La Víbora y la Zorra

Una víbora era arrastrada a un río sobre un manojo de espinas. Una zorra, habiéndola visto, dijo: “El capitán es digno de su nave”. La fábula se cuenta para el hombre malvado que emprende acciones miserables.

XIX. La Serpiente y la Rosa

Celebrando Zeus sus bodas, todos los animales llevaron regalos, cada uno según su propia capacidad. Una serpiente, reptando, subió habiendo llevado una rosa en su boca. Zeus, habiéndola visto, dijo: “Acepto el regalo de todos los demás, pero no acepto los regalos de tu boca”. La fábula muestra que los regalos de los malvados son rechazados.

XX. La Tinaja de los Bienes

Zeus, habiendo encerrado todos los bienes en una tinaja, los colocó al lado de un hombre. El hombre curioso, queriendo saber qué había en ella, levantó la tapa. Todos los bienes se extendieron hacia los dioses. La fábula muestra que para los hombres la esperanza solo es posible si se controla la curiosidad y se preservan los bienes presentes.

XXI. Las Bodas del Sol

Las bodas del Sol se celebraban durante el verano. Todos los animales se alegraban por esto, incluso las ranas se regocijaban. Una de ellas dijo: “¡Oh necias!, ¿Por qué os alegráis? Pues si el Sol estando solo seca todo el pantano, si habiéndose casado engendrará un hijo semejante a él, ¿qué mal no sufriremos?”. La fábula muestra que muchos de los que tienen la inteligencia más débil se alegran con hechos que no son motivo de alegría, sin considerar las posibles consecuencias.

XXII. El Citarista Inepto

Un citarista inepto, cantando sin interrupción en una casa encalada, resonándole la voz, pensó que él era de buena voz. Y ciertamente, animado por esto, pensó que le convenía incluso ir al teatro. Habiendo llegado a escena y cantando muy mal, golpeado con piedras fue expulsado. Así, algunos oradores, creyendo ser alguien en las escuelas, cuando llegan a la política, no se muestran dignos de nada.

XXIII. El Cuervo Enfermo

Un cuervo estando enfermo dijo a su madre: “Madre, suplica a Dios y no llores”. Esta, habiéndole respondido, dijo: “¿Quién de los dioses se compadecerá de ti, oh hijo? ¿Pues de quién no has robado carne?”. La fábula muestra que los que tienen muchos enemigos durante su vida no encontrarán ningún amigo en la necesidad.

XXIV. La Corneja y Atenea

Una corneja, haciendo un sacrificio a Atenea, invitó a un perro al banquete. Este le dijo a ella: “¿Por qué malgastas en vano sacrificios? En efecto, la diosa te odia de tal manera que incluso te quita la credibilidad de tus presagios”. Y la corneja respondió: “Pero también por esto le hago sacrificios, porque sé que ella se encuentra en una actitud odiosa”. Así, muchos por miedo no dudan en hacer el bien a sus enemigos.

XXV. El Perro y la Liebre

Un perro de caza, habiendo capturado una liebre, en ocasiones la mordía, en otras lamía sus labios. Esta, habiéndose cansado, le dijo: “¡Oh tú!, deja de morderme o besarme, para que sepa si has llegado a ser mi enemigo o amigo”. La fábula es oportuna para un hombre ambiguo.

XXVI. La Perra y su Sombra

Una perra, llevando un trozo de carne, cruzaba un río. Habiendo visto su sombra en el agua, pensó que había otra perra que llevaba un trozo de carne mayor. Por esto, habiendo soltado el propio, se precipitó para quitarle el de aquella. Le sucedió que fue privada de ambos: de uno no habiéndolo alcanzado porque no había nada, del otro porque fue arrastrado por el río. La fábula es oportuna para un hombre ambicioso.

XXVII. El Mosquito y el Toro

Un mosquito, habiendo estado en el cuerno de un toro y habiéndose colocado durante mucho tiempo, cuando estaba a punto de irse, preguntaba al toro si quería que él se marchase ya. Este, habiéndole respondido, dijo: “Pero ni cuando llegaste me di cuenta, ni sabré si te marchas”. La fábula se refiere al hombre insignificante que ni estando presente ni estando ausente es perjudicial o útil.

XXVIII. Las Liebres y las Águilas

Unas liebres, luchando en cierta ocasión con unas águilas, llamaban a unas zorras para una alianza. Estas dijeron: “Os ayudaríamos si no supiéramos quiénes sois y con quién lucháis”. La fábula muestra que los que tienen afición por luchar con los mejores desprecian su salvación.

XXIX. La Leona y la Zorra

Una leona, al ser reprochada por una zorra por parir siempre una cría, dijo: “Yo engendro una sola, pero (engendro) un león”. La fábula muestra que la calidad prevalece sobre la cantidad.

XXX. El Lobo y la Cabra

Un lobo, habiendo visto una cabra pastando sobre un precipicio, puesto que no podía alcanzarla, le aconsejaba que ella misma bajara más abajo para que incluso no se cayera sin darse cuenta, diciéndole que no solo el prado sino también la hierba era muy pura junto a él. Esta le dijo: “Pero no me llamas al pasto, tú mismo careces de alimento”. Así, los hombres malvados, cuando obran mal junto a los que los conocen, se vuelven inútiles en sus artimañas.

XXXI. El Cabrito y el Lobo

Un cabrito, colocado sobre una terraza, cuando vio que un lobo llegaba, lo insultaba y se burlaba de él. El lobo dijo: “No me insultas tú, sino el lugar”. La fábula muestra que muchas veces, no solo el lugar sino también la ocasión proporcionan audacia.

XXXII. La Mosca y la Olla de Carne

Una mosca, habiéndose caído a una olla de carne, cuando estaba a punto de ahogarse por el caldo, se dijo a sí misma: “Pero yo al menos, no solo he comido, sino también he bebido y me he bañado; si muero, nada me importa”. La fábula muestra que los hombres soportan una muerte fácil cuando llega sin dolor.