Contexto de la Novela Tras la Guerra Civil
La Guerra Civil Española supuso un profundo corte en la evolución literaria debido a varias razones. La primera fue la muerte de grandes novelistas del siglo XX como Valle-Inclán, junto con el exilio forzado de otros autores. Además, las nuevas circunstancias políticas y la censura impidieron la continuidad de la novela de corte social.
Novela en los Años 40
En esta década, jóvenes escritores comenzaron a emerger, agrupándose en tendencias como la conservadora, costumbrista-realista, existencialista y tremendista. La corriente más relevante fue la existencialista, que abordaba temas como la frustración, la inadaptación y la angustia, reflexionando sobre el sentido de la existencia en la España de la época. Autores representativos incluyen:
- Carmen Laforet con Nada
- Miguel Delibes con La sombra del ciprés es alargada
- Camilo José Cela con La familia de Pascual Duarte
Novela en los Años 50
La censura se relajó, permitiendo la aparición de novelas que denunciaban la pobreza, la persecución y la injusticia, lo que se denominó realismo social. En 1951, La noria de Luis Romero y La colmena de Cela marcaron un cambio, presentando la vida cotidiana con realismo. Autores como Ignacio Aldecoa y Carmen Martín Gaite se destacaron en esta etapa. Los personajes reflejaban una soledad grupal y la técnica literaria incluía títulos colectivos y la ambientación en el campo o suburbios.
Novela en los Años 60
Se produjo un agotamiento del realismo social y un desarrollo económico que impulsó la renovación literaria. En 1962, Tiempo de Silencio de Luis Martín Santos y La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa iniciaron esta renovación. La narrativa de los 60 se caracterizó por un mayor cuidado en la forma y el lenguaje, con una mayor dificultad de lectura. El tema central era la autoafirmación personal, creando mundos subjetivos frente a una sociedad opresiva. La novela estructural se destacó por cambios continuos de lugares, personajes y perspectivas.
Poesía en los Años 40
Las tendencias principales fueron la poesía arraigada y la poesía desarraigada. La poesía arraigada, asociada a la revista Garcilaso, mostraba conformidad con la realidad. La poesía desarraigada, liderada por Dámaso Alonso tras Hijos de la ira, reflejaba angustia existencial y un tono trágico.
Poesía en los Años 50
El realismo social se consolidó en la poesía con autores como Blas de Otero (Pido la paz y la palabra) y Gabriel Celaya (Cantos iberos), quienes abordaron la injusticia y la falta de libertad desde una perspectiva política.
Poesía en los Años 60
Hubo una gran variedad creativa, con dos tendencias principales. Por un lado, poetas como Ángel González, Jaime Gil de Biedma y José Ángel Valente mantuvieron una conciencia crítica. Por otro lado, autores como Claudio Rodríguez, Manuel Mantero y Carlos Sahagún mostraron una poesía más contemplativa y cercana a la naturaleza.
Poesía en los Años 70
Como reacción a la poesía social, surgieron los novísimos, poetas que prestaron atención a la forma y se interesaron por la cultura de masas. La antología Nueve novísimos poetas españoles de Castellet incluyó a autores como Álvarez, Félix de Azúa y Pere Gimferrer. Además, surgieron poetas clasicistas como Antonio Carvajal y Miguel d’Ors.