Tradición y Vanguardia en la Poesía de Miguel Hernández
Miguel Hernández absorbió la influencia de los clásicos desde su adolescencia, y posteriormente, la de los poetas de la Generación del 27. Esta fusión entre tradición y vanguardia, característica que lo vincula con el grupo del 27, se manifiesta en su poesía.
Influencias Literarias
- Tradición literaria: Desde los clásicos del Siglo de Oro (San Juan de la Cruz, Fray Luis de León, Garcilaso de la Vega) y el Barroco, hasta la poesía de Bécquer, con su desnudez y simbolismo.
- Generación anterior: La poesía simbolista-modernista de Rubén Darío, fundamental para la modernización de las letras hispanas. Esta desnudez se conectaba con el concepto acuñado por Ortega y Gasset.
- Vanguardias literarias: Movimientos renovadores que buscaban un lenguaje propio, convirtiendo el poema en un “artefacto artístico” basado en la audacia metafórica. Tanto Hernández como la Generación del 27 asimilaron estas influencias.
Esta simbiosis se aprecia en Perito en lunas, donde las octavas encadenan metáforas que evocan los “acertijos poéticos” de Gerardo Diego. Bajo la influencia de Ramón Sijé, Hernández cultivó la militancia y el amor por los clásicos. Sus modelos fueron Lorca y la “poesía pura” de Jorge Guillén. Perito en lunas, adscrita a la “poesía pura”, fusiona:
- El gongorismo.
- Un vanguardismo tardío, cubista y ultraísta.
- El hermetismo intenso y lúdico del “acertijo poético”.
En El rayo que no cesa, durante una crisis amorosa y personal, Hernández sigue la estela de Neruda y Aleixandre, un nuevo romanticismo. La estructura y temática remiten al “cancionero” petrarquista del amor cortés.
Con Viento del pueblo, Hernández se convierte en “poeta-soldado”, iniciando la poesía comprometida, de guerra, denuncia y solidaridad. Busca una poesía directa, recreando formas y cultivando metros solemnes, de tono épico, que remiten a la “poesía impura”. Lo lírico cede paso a lo épico. El tono vigoroso se atempera en El hombre acecha ante la brutalidad de la guerra.
En Cancionero y Romancero de ausencias, diario íntimo de desgracias, busca un canto desnudo.
La Poesía Española desde Principios del Siglo XX hasta la Posguerra
La poesía lírica española, estancada entre el Romanticismo tópico y el Realismo de Campoamor, encontró en Bécquer, posromántico y presimbolista, modernidad y calidad. En Francia triunfaban el Modernismo y el Parnasianismo, raíces de la poesía moderna. En 1888, Rubén Darío, con su Azul, introduce estos movimientos en España, inaugurando la poesía moderna con música, ritmo, nuevos metros (alejandrinos, eneasílabos), verso libre, poemas en prosa, simbolismo, plasticidad y sinestesia.
El Modernismo español, no homogéneo, influenciado por la crisis del 98, tuvo una ramificación nacional: la Generación del 98. Poetas como los hermanos Machado (Manuel y Antonio), Villaespesa, Marquina, Juan Ramón Jiménez y, en prosa poética, Valle-Inclán con sus Sonatas, comenzaron en el Modernismo. Solo Villaespesa, Manuel Machado y Marquina persistieron; Antonio Machado evolucionó hacia la Generación del 98 con una estética sobria, culminando en Campos de Castilla.
La literatura española se abrió al mundo a través de las vanguardias europeas, con movimientos propios como el ultraísmo, el creacionismo y el surrealismo.
Poesía Pura
Juan Ramón Jiménez, maestro de la “poesía pura”, con su Diario de un poeta recién casado (1916), marca la superación del Modernismo.
Generación del 27
El Grupo poético del 27 inició la poesía contemporánea española, fusionando tradición y vanguardia. Combinaron vanguardias y poesía pura con ecos de Bécquer y poesía popular, creando una poesía elaborada y hermética. Las convulsiones históricas (crisis de 1929, fascismos, Segunda Guerra Mundial) llevaron a la “rehumanización del arte”, basada en el Surrealismo. Este rechaza la “poesía pura”.
Perito en lunas fusiona gongorismo, simbolismo y ultraísmo. Neruda y Aleixandre influyeron en la madurez poética de Hernández. En El rayo que no cesa, se adentra en la “poesía impura”, el surrealismo y la “rehumanización del arte”, fusionados con la tradición del Siglo de Oro, destacando como sonetista.