Panorama del Teatro Español Posterior a 1936: De la Comedia Burguesa a la Experimentación

El Teatro Posterior a 1936

Desde 1900 se había venido dando una reacción contra el teatro realista, que solamente pretendía la representación como ilusión de realidad. En esta reacción aparecen básicamente: el teatro simbolista, el teatro expresionista y el teatro surrealista. A partir del periodo de entreguerras (1919-1939), otras formas de superación del realismo escénico son las de Antonin Artaud, con el llamado teatro de la crueldad, Bertolt Brecht y su concepción del teatro épico, el teatro del absurdo de Sartre, Camus y el teatro experimental.

Tras la Guerra Civil, en el teatro español domina la atonía: se niega a Valle y Lorca, Alejandro Casona y Max Aub están en el exilio, y se exalta a los vencedores.

La Comedia Burguesa y la Renovación Cómica

En la posguerra triunfa sobre todo la comedia burguesa, de tono elegante y tema costumbrista que ayuda al público a evadirse. La alta burguesía protagoniza estas comedias de alcoba donde se sobrevaloran el amor y la familia; es la comedia de la felicidad.

Algunos autores intentan renovar la línea del teatro cómico. Destaca Enrique Jardiel Poncela, caracterizado por el misterio en situaciones absurdas y con personajes burgueses que reproducen el esquema amo/criado. Destacan Cuatro corazones con freno y marcha atrás y Eloísa está debajo de un almendro.

En la misma tendencia, destaca Miguel Mihura con Tres sombreros de copa. Escrita antes de la Guerra Civil, no fue estrenada hasta veinte años después, por temor al rechazo. Así, se convirtió en pionero del teatro del absurdo. Mientras, Mihura se convertía en una de las grandes figuras del humor español mediante obras mucho más convencionales, enfocadas al público burgués y que representan mundos corrientes. Así destacan Maribel y la extraña familia o Melocotón en almíbar.

Mihura intentó también la comedia de costumbres, contrastando burlonamente las formas de comportamiento amoroso y social de la burguesía española, en Ninette y un señor de Murcia o su continuación Ninette, modas de París.

Pero su obra más interesante sigue siendo Tres sombreros de copa, estrenada en 1952. Muestra en ella su pesimismo y su desencanto con diálogos que ocultan: la imposibilidad del amor, de la comunicación y el de la libertad. Mihura va descubriendo aspectos de la vida humana que muestran el absurdo de que las cosas sean y hayan de ser unívocamente de una sola manera. También el lenguaje es innovador, basado en un diálogo irracional.

El Teatro en los Años 50 y 60: Compromiso Social y Experimentación

Este teatro desembocará en los años 50 y, sobre todo, en los 60, en un teatro comercial acorde con los gustos del público, de temas actuales, algo críticos, con una buena construcción dramática y calidad en los diálogos. Destacan Alfonso Paso, Juan José Alonso Millán y Antonio Gala.

En los años 50, con los estrenos de Historia de una escalera de Buero Vallejo, Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre y la mencionada Tres sombreros de copa, se ve la posibilidad de hacer un teatro que refleje los problemas del momento desde una posición abiertamente crítica.

Antonio Buero Vallejo

Antonio Buero Vallejo incluirá en su producción temas universales. Defiende la libertad, la verdad, la justicia y la solidaridad con artificios alegóricos y simbólicos. Emplea la tragedia para provocar la catarsis del espectador. Las acotaciones son fundamentales en su obra. Entre sus técnicas destaca el efecto de inmersión, la ardiente oscuridad donde el personaje es ciego.

Etapas en la obra de Buero Vallejo:
  • Desde Historia de una escalera (1946) a Las cartas boca abajo (1957). Destacan obras como En la ardiente oscuridad. Se trata de obras con un enfoque existencial construidas con una estética realista y tradicional, con elementos simbólicos.

  • Desde Un soñador para un pueblo (1958) a El tragaluz (1967), pasando por obras como Las Meninas. Se trata de dramas históricos basados en hechos y personas reales.

  • Desde La doble historia del doctor Valmy (1970) a Música cercana (1989), pasando por La Fundación entre otras. Los contenidos sociales y políticos se hacen más explícitos, más directos. Técnicamente, se trata de obras que entran de lleno en las tendencias experimentales de la década de los 70.

El teatro de Buero es el teatro que pretende cambiar moralmente al ser humano, siendo un teatro ético y social.

En lo implícito reside la carga catártica, purificadora del teatro de Buero. No se trata, pues, de un teatro didáctico. El mensaje de fondo permanece siempre en segundo plano y es el espectador el que por su cuenta debe acceder a él. Y si este mensaje hubiese sido directo, el teatro de Buero hubiese sido censurado.

El Teatro Social

En otra línea distinta hay que hablar del teatro social, ya que desde mediados de los 50 se acentuó una línea que apenas se intuía en la primera obra de Buero: la protesta y la crítica social. El mejor representante de esta corriente fue Alfonso Sastre, que propone como línea teatral el social realismo.

El realismo social de los años 60 denuncia la miseria y la explotación. Destacan La camisa de Lauro Olmo o la denuncia de la miseria en Los salvajes en el puente San Gil de José Martín Recuerda.

El Teatro Experimental

En los años 60, se desarrolla otra línea basada en el teatro experimental, heredero del teatro del absurdo de Beckett y Ionesco o el teatro de la crueldad de Antonin Artaud. El realismo es superado y se sustituye por nuevos enfoques, que pueden ser simbólicos, alegóricos, crueles… y por tratamientos que van desde la imitación de cabaret a lo onírico; se ha de realizar un esfuerzo adicional para comprender el mensaje oculto. Destacan los recursos no verbales como decoración o expresión corporal. En síntesis, este teatro sigue siendo una forma de protesta frente a la dictadura.

Autores destacados del teatro experimental:
  • Fernando Arrabal es autor de un teatro surrealista, con personajes inadaptados y situaciones ridículas. Parte de sus obras es teatro pánico, libre, provocador, donde prima la confusión, el terror. Destaca Pic-nic (1959).

  • El teatro de Francisco Nieva: su tema esencial es la represión de la sociedad que degrada al ser humano. Defiende la transgresión, muchas veces con la liberación sexual. A la vez, su lenguaje es absurdo, expresionista y barroco, recordando a Valle-Inclán. Destacan obras como La carroza de plomo candente.

El Teatro Independiente y la Censura

A finales de los años 60 y 70, se viven momentos de gran represión en el teatro. Por ello, el teatro independiente recurre a la alegoría, a los símbolos o a la complicidad del público.

Un importantísimo fenómeno es el surgimiento y el auge de grupos de teatro independiente, que actúan al margen de las cadenas comerciales, procurando así vencer las limitaciones del negocio teatral y las inercias del público. Renuevan lo que es la decoración y la puesta en escena.