Exploración de la Moralidad según Hume y Kant: Sentimiento, Razón y Dignidad Humana

David Hume: La Moralidad Fundamentada en el Sentimiento

Autor

David Hume, filósofo ilustrado del siglo XVIII, principal representante del empirismo, corriente que afirma que el origen y el límite del conocimiento es la experiencia sensible y niega la existencia de ideas innatas. Admirador de Newton, quiso aplicar el método experimental de la ciencia moderna a la filosofía. Sus principales obras son Tratado de la naturaleza humana, Investigación sobre el entendimiento humano, Investigación sobre los principios de la moral.

Tema

Para calificar moralmente a una persona, no nos basamos en un sentimiento egoísta y particular, sino en uno común a todos los hombres.

Ideas Principales

  • Cuando decimos de alguien que es nuestro enemigo, hablamos un lenguaje egoísta.
  • Cuando calificamos a alguien como vicioso o depravado, es decir, cuando lo valoramos moralmente, lo hacemos desde un punto de vista común a todos los hombres, nos mueve un principio universal de la constitución humana.
  • Si, a la hora de hacer esa valoración, tomamos como referencia lo que es perjudicial para la sociedad, escogemos ese punto de vista común propio de la moral.

Relación entre las Ideas

Hume expone algunos de los elementos fundamentales de la moral emotivista que defiende.

Empieza por distinguir la calificación personal, particular, de la calificación general o moral. Afirma también que dicha valoración moral expresa sentimientos que nacen de la propia naturaleza humana, naturaleza que contiene principios comunes a toda la humanidad.

Por último, el texto señala la utilidad social como referencia esencial para llevar a cabo las calificaciones morales.

Explicación de las Ideas

La ética de Hume se opone a cualquier ética racionalista. Los juicios morales, los juicios por los que aprobamos o reprobamos alguna conducta humana, tienen como finalidad empujar al hombre a actuar.

Ahora bien, según Hume, no es la razón la que nos mueve a actuar, sino la pasión, el sentimiento: es la esperanza de obtener placer o de evitar el dolor la que excita la pasión. Por esto, la razón es “esclava de las pasiones”. De ahí que el texto afirme que la calificación de vicioso, odioso o depravado, esto es, la calificación moral, “expresa sentimientos” (no razonamientos); afirmación que está en la base de la moral emotivista.

Además, existen algunos principios comunes a toda la humanidad que son los responsables de que los sentimientos morales sean similares y actúen de igual forma en todos los hombres. Así, todos podríamos juzgar como bueno ayudar a los demás, y como malo, el asesinato.

Por último, el texto destaca la importancia de la utilidad para despertar el sentimiento de agrado por el que calificamos una acción o a una persona como virtuosa. Por ello, en él se afirma que lo que es pernicioso para la sociedad es moralmente malo. Así pues, Hume considera que es la utilidad social, no la individual, la que nos lleva a la aprobación de una acción.

La ética de Hume no cae en el subjetivismo, pues los sentimientos en los que se funda surgen de la consideración de las acciones desde una perspectiva no subjetiva. Además, la naturaleza común de los seres humanos hace que tales sentimientos funcionen de una misma forma.

Immanuel Kant: La Moralidad Fundamentada en la Razón y la Dignidad Humana

Autor

Immanuel Kant, principal representante de la filosofía ilustrada alemana del siglo XVIII. Educado en la tradición racionalista, su filosofía crítica, denominada “idealismo trascendental”, pretende superar la oposición entre racionalismo y empirismo.

Tema

Los seres racionales son siempre fines en sí mismos y nunca deben ser utilizados como medios

Ideas

  • Los seres racionales han de ser considerados como fines en sí mismos y no como simples medios
  • Los objetos sólo tienen un valor relativo a las inclinaciones que despiertan en los seres racionales
  • Los seres irracionales, cuyo valor es relativo, pueden ser medios y se llaman “cosas”. Los seres racionales, que tienen valor por sí mismos, son fines y se llaman “personas”.

Relación entre las Ideas

El texto expone uno de los rasgos fundamentales de los seres humanos: son fines y nunca deben ser tomados como medios.

En la primera parte del texto se diferencia entre objetos, que tienen un valor condicionado o relativo, y seres racionales, cuyo valor es absoluto. En la segunda, se asocia este valor relativo a la irracionalidad de los objetos y a su definición como “cosa”, mientras que la racionalidad de los seres humanos los hace ser fines en sí mismos, llamados “personas”, que no pueden ser utilizados como medios para obtener algo.

Explicación de las Ideas

En el texto, Kant nos presenta la base de la segunda de las tres formulaciones del imperativo categórico:

  1. Cualquier norma moral ha de ser universal
  2. Dicha norma ha de considerar a las personas como fines en sí mismas, es decir, como dotadas de dignidad
  3. La voluntad, en tanto que capacidad racional, es legisladora universal, genera la ley moral universal. Esta voluntad ha de ser autónoma.

Según este segundo aspecto del imperativo categórico, ningún ser humano, ningún ser racional, puede ser utilizado solo como un medio para lograr un fin, es decir, ningún hombre puede usar a otro o su propia persona como mero instrumento, ya que todo ser humano es un fin en sí mismo.

Los objetos tienen un valor relativo que está condicionado por las inclinaciones de las personas, por lo que su valor se deriva de la voluntad que siente inclinación, deseo o necesidad de ellos. Por el contrario, los seres humanos tienen valor por sí mismos, su valor no depende de nada ajeno a ellos, podríamos decir que son valores absolutos.

La última parte del texto nos aclara esta diferencia entre los objetos-instrumentos y los seres humanos-fines. Así, Kant distingue entre los seres irracionales, cuyo valor es relativo, y que pueden ser usados como medios, y los seres racionales, cuyo valor es incondicionado y que son fines en sí mismos.

En consecuencia, para Kant la situación ideal será aquella en la que todos se traten mutuamente como fines y no como medios. En este caso, las personas actúan movidas por el respeto mutuo, lo cual significa que se respeta la libertad de los demás. En esa situación ideal, la moral formal de Kant dirigiría las acciones y la convivencia humanas.