España en el Reinado de Alfonso XIII: Crisis de la Restauración y Ascenso de la Dictadura

El reinado de Alfonso XIII se divide en dos periodos cruciales: la crisis del sistema de la Restauración y la Dictadura de Primo de Rivera. Una lenta pero profunda transformación económica y social modificó el modo de vida de la población. Sin embargo, el crecimiento económico no solucionó la desigualdad ni la pobreza generalizada. Esto generó tensiones sociales y el auge del movimiento obrero y de partidos de izquierda. El reinado coincidió con la carrera armamentística previa a la Primera Guerra Mundial, con profundas repercusiones en España. La Dictadura de Primo de Rivera se relaciona con el surgimiento de totalitarismos en la Europa de entreguerras.

Regeneracionismo y Revisionismo Político

Entre 1902 y 1923, una crisis política permanente afectó los cimientos de la Restauración. Diversas causas explican esta inestabilidad. Alfonso XIII tuvo un papel activo, involucrándose en cambios de gobierno y rodeado de un generalato conservador. Su apoyo a la Dictadura sería clave para el descrédito de la Monarquía. La división de los partidos dinásticos, tras la muerte de líderes históricos, y las luchas internas por el poder debilitaron el sistema. El caciquismo perdió eficacia ante las denuncias regeneracionistas y el creciente peso del voto urbano. Aparecieron nuevos partidos (socialistas, radicales, republicanos y nacionalistas) que contribuyeron al fraccionamiento parlamentario y a gobiernos de concentración.

Los problemas del país

  • Aumento de las luchas sociales: La desigualdad y la pobreza alimentaron las tensiones y el descontento social.
  • Reaparición de la cuestión religiosa: Sectores progresistas denunciaron el poder de la Iglesia en la educación y el aumento del número de religiosos.
  • Resurgimiento del problema militar: Tras la guerra de 1898, el Ejército, con exceso de oficiales y falta de recursos, se enfrentó a críticas y antimilitarismo.
  • Cristalización del nacionalismo: El auge del nacionalismo, especialmente en Cataluña y el País Vasco, fue percibido como una amenaza por los partidos dinásticos.
  • Conflicto en Marruecos: Tras el Desastre del 98, el colonialismo español se centró en Marruecos. La Conferencia de Algeciras (1906) otorgó un protectorado conjunto a España y Francia. El conflicto bélico iniciado en 1909 se prolongó por más de quince años, con graves consecuencias políticas y sociales.
La crisis de 1905

La primera década del siglo XX se caracterizó por intentos de reformas regeneracionistas y una gran inestabilidad. En 1905, una crisis estalló en Cataluña tras el triunfo electoral de la Lliga Regionalista. Militares denunciaron el supuesto separatismo, la prensa nacionalista respondió, y oficiales asaltaron imprentas en Barcelona. El gobierno suspendió garantías constitucionales y se aprobó la “Ley de Jurisdicciones”, que militarizó los delitos contra el Ejército. Esta ley desprestigió a los liberales y unió a las fuerzas nacionalistas catalanas en Solidaritat Catalana, que triunfó en las elecciones de 1907.

El regeneracionismo de Maura

Antonio Maura, líder conservador, impulsó reformas como la Ley de Protección de la Industria Nacional, el Instituto Nacional de Previsión y la regulación laboral. Buscó atraer a la “masa neutra” con el voto obligatorio y la proclamación automática de candidatos. Propuso la Ley de Administración Local para crear mancomunidades, un paso hacia la autonomía regional, pero la oposición de la oligarquía impidió su aprobación.

Las crisis de 1909

La Semana Trágica de Barcelona

En Cataluña, el auge de las movilizaciones obreras, el anticlericalismo, el antimilitarismo y la postura autoritaria de Maura crearon un clima explosivo. El conflicto en Marruecos y la movilización de reservistas provocaron protestas. El desastre del Barranco del Lobo coincidió con una huelga general en Barcelona. Hubo asaltos a conventos, incendios y enfrentamientos. La represión y la ejecución de Francisco Ferrer i Guàrdia generaron protestas internacionales. La Semana Trágica provocó la caída de Maura, impulsó la Conjunción republicano-socialista y reforzó las críticas al sistema.

El Gobierno Canalejas: último intento regeneracionista

José Canalejas, líder liberal, suprimió los consumos, estableció el servicio militar obligatorio, reguló el trabajo nocturno femenino y aprobó la “Ley del Candado”, que limitaba el establecimiento de nuevas órdenes religiosas. Su asesinato en 1912 marcó el inicio de una crisis permanente en los partidos dinásticos.

El impacto de la Primera Guerra Mundial

La neutralidad española en la Primera Guerra Mundial no evitó la división de la opinión pública. El conflicto generó un auge económico, pero también consecuencias negativas: repatriación de emigrantes, aumento del paro, inflación y escasez de alimentos, agudizando la tensión social.

La crisis de 1917

Tres problemas confluyeron en la crisis de 1917: el malestar militar (Juntas Militares de Defensa), la protesta política (Asamblea de Parlamentarios) y la subversión obrera (huelga general).

Las Juntas Militares de Defensa

Oficiales descontentos con sus salarios y los ascensos crearon las Juntas Militares de Defensa. Exigían aumento salarial, ascensos por antigüedad y supresión de los ascensos por méritos de guerra. El gobierno cedió ante la amenaza de violencia, demostrando su debilidad. Las Juntas no se disolverían hasta 1922.

La protesta política: la Asamblea de Parlamentarios

En julio de 1917, diputados y senadores de la oposición se reunieron en Barcelona para crear la Asamblea de Parlamentarios. Exigieron una reforma constitucional para democratizar el sistema y autonomía para Cataluña y otras regiones. La Asamblea fue disuelta y la Lliga pactó con el gobierno, que incorporó a dos miembros catalanistas. La Lliga terminó reforzando el sistema que combatía.

El problema obrero: la huelga general de 1917

La inflación, la miseria, los bajos salarios y el desempleo provocaron la intensificación de los conflictos sociales. CNT y UGT convocaron una huelga general en agosto de 1917. Los anarquistas buscaban una revolución, mientras que los socialistas pretendían la caída de la Restauración. La huelga fracasó por la falta de apoyo campesino y la represión del gobierno. Hubo numerosos muertos y detenidos. Los líderes del PSOE y la UGT fueron encarcelados, aunque posteriormente amnistiados.

El balance de la crisis

La crisis de 1917 marcó el fin del turnismo. Se formó un gobierno de concentración con la inclusión de la Lliga. El Ejército aumentó su participación en la política. Las tres crisis (militar, política y social) se interrelacionaron. Las Juntas Militares y la Asamblea de Parlamentarios retrocedieron ante el temor a una revolución social. La huelga general fracasó por la falta de apoyo campesino, el miedo de la burguesía y el apoyo del ejército al gobierno.

Hacia la Dictadura

La crisis social y la lucha de clases en Barcelona

Tras la guerra, la crisis económica y social se agravó. La conflictividad social aumentó en Barcelona. La huelga de “La Canadiense” se convirtió en una huelga general. El Sindicato Libre, financiado por la patronal, asesinó a líderes obreros. Los anarquistas respondieron con la “acción directa”. La violencia se extendió por el país. Atentados, asesinatos y la “ley de fugas” marcaron esta época. La conflictividad social justificaría el golpe de Primo de Rivera.

La crisis marroquí: El desastre de Annual

La guerra de Marruecos se complicó. Tras la Primera Guerra Mundial, España inició una expansión en el Protectorado. El desastre de Annual (1921) supuso la pérdida de 13.000 vidas. El general Fernández Silvestre fue responsabilizado. El desastre fue un revés para el Ejército y el gobierno. El Expediente Picasso reveló negligencias. El PSOE y los republicanos criticaron la guerra y ganaron popularidad. Los militares se sintieron incomprendidos. Annual reforzó las ideas antidemocráticas y autoritarias en el Ejército.