Oratoria Ática: Maestros y Legado de la Elocuencia Griega

Oratoria Griega

La oratoria griega es un género literario que comprende tanto discursos pronunciados ante un público como creaciones literarias nunca declamadas. Está íntimamente relacionada con la elocuencia, el arte de hablar bien, con corrección y de manera convincente y persuasiva. La prosa griega alcanzó su apogeo en las obras de los oradores atenienses, y su importancia se incrementó, sobre todo, con la democracia. La oratoria se asocia a la acción política, con discursos ante una asamblea, y a la acción jurídica, con discursos ante un tribunal. Aristóteles identificó tres tipos de discurso:

  • Judicial: Practicado en los procesos judiciales.
  • Político (Deliberativo): Enseñaba a hablar con elocuencia ante asambleas populares.
  • Demostrativo (Epidíctico): Enseñaba a exponer y ordenar ideas con claridad ante el público.

Lisias (459-380 a.C.)

Durante el gobierno de los Treinta Tiranos, Lisias huyó tras el asesinato de su hermano. Regresó a Atenas con el restablecimiento de la democracia y emprendió acciones legales contra el tirano responsable. Se ganó la vida escribiendo discursos para litigantes, adaptándolos al carácter de sus clientes. Sus rasgos más destacados eran la pureza, la sencillez y la claridad. Entre sus obras destacan el Discurso contra Agorato y el Discurso contra Eratóstenes.

Isócrates (436-338 a.C.)

Orador y profesor de retórica ateniense, discípulo de Sócrates y Platón. Sus escritos sobre política y educación poseen un enorme valor histórico. Durante el reinado de los Treinta Tiranos, dirigió una escuela de retórica en Quíos y luego fundó una escuela en Atenas donde enseñaba redacción y oratoria a jóvenes de todo el mundo grecoparlante. Sus temas eran la actualidad política, diferenciándose de los sofistas por su tono y seriedad. Murió como protesta por la pérdida de independencia de Grecia. Se conservan 21 discursos y 9 cartas. Su Panegírico defendió la unificación de las ciudades-estado griegas contra la amenaza persa. Otros discursos como el Areopagítico y Sobre la paz abordan la política ateniense y el declive de la democracia. Las cartas tratan temas como la educación, la retórica, el poder de la belleza y consejos a líderes. Su estilo se caracteriza por la fluidez, la compleja estructura de la frase y el uso de la antítesis. Sus escritos sirvieron de modelo a Demóstenes y Cicerón.

Demóstenes (385-322 a.C.)

Político y orador ateniense, lideró la oposición contra Macedonia. Tras la muerte de su padre, litigó contra sus tutores para recuperar su herencia, escribiendo discursos para uso personal. A pesar de tener dificultades en el habla, se interesó por los asuntos públicos. Sus principales discursos se dirigieron contra el poder de Filipo II de Macedonia, a quien consideraba una amenaza para las ciudades-estado griegas. La Primera Filípica advirtió sobre el peligro macedonio. Tras la destrucción de Olinto, aconsejó a Atenas en las Olínticas. A pesar de sus esfuerzos y de la alianza con Tebas, fueron derrotados en Queronea. En su discurso Sobre la corona, defendió a Ctesifonte y atacó a los partidarios de la paz con Macedonia. Fue acusado de corrupción y exiliado. Tras la muerte de Alejandro Magno, instigó la rebelión contra Macedonia, pero fue perseguido y se suicidó para evitar su captura. La fama de sus discursos inspiró a Cicerón en sus Filípicas contra Marco Antonio.