El Materialismo Histórico de Marx: Claves para Entender la Lucha de Clases

Explicar el problema de la concepción materialista de la historia en Marx y desarrollar sistemáticamente las principales líneas del pensamiento de este autor.

La concepción idealista de la historia de Hegel era predominante en Alemania desde principios del siglo XIX. Aunque fue criticada por seguidores suyos como los “jóvenes hegelianos de izquierda” (Bruno Bauer, Max Stirner o Ludwig Feuerbach), comparten con el maestro la importancia otorgada a las ideas abstractas, y su descuido de factores “materiales” (económicos) que repercutirían o determinarían las relaciones sociales y políticas, tal como criticarán Marx y Engels en La ideología alemana.

Materialismo Histórico: Análisis del Espacio Social

El marxismo, en cuanto Materialismo Histórico, no sería tanto una doctrina psicológica, ética o moral, ni siquiera sociológica, sobre los motores psicológico-genéricos del proceso histórico (la “rapacidad” de los explotadores, el “sufrimiento” de los explotados…) sino, sobre todo, un análisis del espacio (separación) que el mismo “tráfico” de los hombres con la Naturaleza (eje radial) y de los hombres entre sí (eje circular), y, en particular, el tráfico mercantil, abre entre los individuos y los grupos humanos, siguiendo caminos objetivospor encima de su voluntad“; y cómo las leyes genéricas aparecen encauzadas históricamente en la forma de unas luchas de clases, definidas por la relación que los hombres ocupan con la propiedad de los medios de producción.

La Lucha de Clases como Motor de la Historia

La Lucha de Clases sería el motor de la historia y sólo a su través alcanzan significado dialéctico las “contradicciones” entre las Fuerzas productivas (Fuerza de trabajo y Medios de producción –territorio, técnicas, máquinas, etc.-) y las Relaciones de Producción (entre los distintos grupos). Ambos aspectos económicos serían la Base estructural -de un determinado Modo de Produccióndeterminante de otros componentes o momentos Superestructurales (Instituciones como el Estado, incluido el Derecho sostenido desde una determinada Ideología -creencias religiosas y de otros tipos ligadas a un determinado grupo frente a otros-, que “justifican” dichas instituciones).

Modos de Producción y Devenir Histórico

Según Marx, el devenir histórico dependería, más que de acontecimientos “heroicos” o de la sucesión de dinastías, del cambio en los Modos de Producción (provocados por la lucha de clases). Así, presupone que la Humanidad en su origen era homogénea y unitaria (no una pluralidad de bandas de homínidos dispersas, como sabemos hoy). Dicha humanidad viviría en un Modo de Produccióncomunista primitivo” en el que no habría divisiones a la hora de producir, con relaciones de producción cooperativas y comunitarias (sin “división del trabajo”, ni propiedad privada de los medios de producción, ni “alienación” de una de las partes).

Del Comunismo Primitivo al Capitalismo

Modo de Producción Antiguo

Dicho “comunismo” se perdería con el Modo de producción Antiguo (el asiático es ajeno a Occidente) en el que la Humanidad se dividiría (enajenaría) entre “propietarios de los medios de producción” (explotadores) y “no propietarios”, que llegan a ser “propiedad privada” (esclavos) de los amos dominadores (refrendada por la superestructura jurídica).

Modo de Producción Feudal

El Modo de Producción Feudal sería similar en muchos aspectos productivos al antiguo. Aunque los siervos no son propiedad privada de los señores, sin embargo se vinculaban a los mismos para servirles con tributos (excedentes) que solían atarle de por vida, a cambio de protección…

Modo de Producción Capitalista

Con el Modo de Producción Capitalista, tras el descubrimiento de América y el impulso de nuevas fuerzas productivas, los siervos se liberan jurídicamente (igualdad política formal) tras procesos revolucionarios (como la Rev. Francesa), transformándose en proletarios, pero estarían “enajenados” por no ser totalmente dueños de su trabajo, que estaría controlado por los poseedores de los medios de producción, compradores de la fuerza de trabajo proletaria. Aquí es fundamental para Marx la idea de plusvalía que David Ricardo no habría visto en su Teoría del Valor de las mercancías. Según Marx, el valor de las mercancías dependería, ante todo, del tiempo de trabajo (social, medio) empleado en su producción. El capitalista contrataría la fuerza de trabajo de los proletarios a cambio de un salario, pero el capitalista vendería sus productos a un precio que (descontados otros costes) ocultaría un plusvalor no retribuido en el salario -y obtenidos del trabajo del proletario: plustrabajo-, y que contribuiría a la acumulación de más capital para el empresario. El trabajador sería con-tratado (por su fuerza de trabajo) como si fuera una mercancía más (lo que para Marx es “alienante”).

Hacia el Comunismo: Fin de la Alienación

Con el desarrollo de las fuerzas productivas (maquinaria y proletariado) y del intercambio a nivel global, el sistema capitalista provocaría el parto del Modo de producción Comunista, que supondría recuperar, a través del triunfo de la clase proletaria, la unidad de la Humanidad (al desaparecer la clase económica de los propietarios privados de los medios de producción), la supresión de la explotación y del Estado que la sostendría, así como nuevas relaciones de producción entre “libres asociados” que pondría fin a la alienación y daría pie al verdadero comienzo de la Historia de la Humanidad, a la realización de todos los hombres (las fases anteriores serían Prehistoria para Marx). Ahora bien, aunque Marx presupone que el Capitalismo dará lugar al Comunismo, sin embargo, piensa que previamente es preciso que el Proletariado consciente se apropie revolucionariamente del Estado, implantado La Dictadura del Proletariado.

Concepción del Hombre, Conocimiento e Ideología

Unidas a esta concepción del desarrollo histórico (Materialismo Histórico) se encuentra, como hemos mencionado, una concepción del hombre (problema del hombre), que recoge la “división” de la humanidad en clases antagónicas que “alienan” su naturaleza, y que sólo recuperará su integridad con el triunfo revolucionario del proletariado (de hecho, la verdadera historia de la humanidad sólo comenzaría con dicha “liberación”). También contiene, ligada a la anterior, una concepción del conocimiento materialista y práctica (praxis), que asume el papel transformador del hombre respecto de la realidad a través del trabajo (la realidad no se conoce de forma puramente “representativa”, sino que las operaciones empleadas por el hombre la transforman –yendo más allá del Idealismo–). En este sentido, cabe destacar la denuncia del papel atribuido por Marx a las ideologías “dominantes” en dicha alienación, tal como se expresa, por ejemplo, a través de las religiones, que serían el “opio” del pueblo (tanto en sentido subjetivo como objetivo del genitivo: engaño y “droga”, utilizada por los explotadores para mantener dominados a los proletarios, o bien asumida por éstos para soportar su situación –“falsa conciencia”–). El proletariado universal debería romper con tales trabas (a través de La Dictadura del proletariado) destruyendo también las relaciones de producción y las armas ideológicas utilizadas por los explotadores para justificarlas legalmente (a través del Estado), dando paso a la implantación del comunismo universal.