Panorama del Teatro Español (1900-1936): Entre la Tradición y la Vanguardia

Teatro Español de la Primera Mitad del Siglo XX: Tradición e Innovación

Contexto Histórico y Escénico

El teatro español del primer tercio del siglo XX se caracterizó por un cierto inmovilismo, influenciado por el conservadurismo del público, la reticencia de los empresarios a la innovación y la censura política y religiosa. Este panorama, ajeno a las vanguardias europeas, se dividió entre un teatro tradicional, que complacía a la burguesía, y un teatro innovador, con nuevas propuestas dramáticas.

Teatro Tradicional o de Éxito

La Comedia Burguesa o Alta Comedia

Jacinto Benavente, Premio Nobel de Literatura en 1922, fue el máximo exponente de este género. Sus obras, con personajes de clase alta y conflictos propios de su entorno social, se caracterizaban por una hábil construcción dramática y un lenguaje agudo e irónico. Destaca Los intereses creados, que, con personajes inspirados en la comedia del arte italiana, ofrece una visión crítica de la moral social.

Teatro Poético o en Verso

Representó la irrupción del modernismo en la escena, con versos musicales, lenguaje sonoro y ambientes exóticos. Reaccionaba contra el pesimismo del 98. Sus principales autores fueron Eduardo Marquina (Las hijas del Cid, En Flandes se ha puesto el sol), Francisco Villaespesa, Francisco Pemán y los hermanos Machado.

Teatro Cómico o Costumbrista

El género predilecto de las clases populares, con piezas breves que presentaban arquetipos y situaciones cómicas. Dentro de este género, destacan las tragedias grotescas de Carlos Arniches (La señorita de Trévelez); el astracán de Pedro Muñoz Seca (La venganza de don Mendo) y el sainete de los hermanos Álvarez Quintero (El patio, Amores y amoríos, Malvaloca).

Teatro Innovador

Representó un intento de experimentación dramática. Aunque solo Valle-Inclán y Lorca alcanzaron gran reconocimiento, otras figuras merecen ser mencionadas:

  • Generación del 98: Unamuno, con obras de gran desnudez argumental y escenográfica, y Azorín, que buscó la renovación escénica.
  • Novecentismo: Ramón Gómez de la Serna, impulsor de las vanguardias (Los medios seres).
  • Generación del 27: Rafael Alberti (Fermín Galán, Noche de guerra en el museo del Prado), Pedro Salinas, Alejandro Casona y Max Aub.

El Esperpento de Valle-Inclán

Ramón María del Valle-Inclán, afín a la Generación del 98 con rasgos modernistas, es considerado uno de los grandes dramaturgos del siglo XX. Creó el esperpento, una deformación caricaturesca de la realidad, visible en Luces de Bohemia y Divinas palabras. El esperpento parodia modelos literarios, prefiere ambientes marginales, contrasta lo doloroso y lo grotesco, y utiliza acotaciones con valor literario.

La Tragedia Rural de García Lorca

Federico García Lorca, inicialmente cercano al teatro poético modernista, se decantó por la tragedia rural. Experimentó con diversas técnicas, desde el drama lírico (Mariana Pineda) hasta el teatro surrealista (El Público, Así que pasen cinco años). Sin embargo, su obra más perdurable son sus dramas rurales, centrados en deseos irrealizables y la frustración. Destacan La casa de Bernarda Alba (rebeldía femenina frente a la opresión), Yerma (frustración por la maternidad) y Bodas de sangre (adulterio y castigo social). Su teatro, con un profundo contenido social, se caracteriza por el protagonismo femenino, la opresión social, el conflicto libertad/poder, y el desenlace trágico. Lorca utiliza verso y prosa, canciones populares, simbolismo (la luna como símbolo de muerte) y una ambientación arraigada en la España de su tiempo.