Literatura Española a Fin de Siglo: Del Modernismo a la Generación del 98

Modernismo y Generación del 98: Un Recorrido por la Literatura Española

Poesía

Rubén Darío

He leído sus poemas más famosos, como Sonatina, que trata de una princesa que se siente triste porque está encerrada y espera que un príncipe la rescate. Aparecen varios elementos exóticos, entre ellos un sillón de oro. En este poema existe una interpretación en la que el príncipe es el poeta y la princesa, la poesía, que espera ser rescatada.

Antonio Machado

  • Soledades: La fuente representa la muerte.
  • Soledades, Galerías y Otros Poemas: El camino representa la búsqueda, el paisaje soriano representa la adolescencia y la juventud.
  • Campos de Castilla: Describe el campo de Castilla y la decadencia de España. El hombre ibero se describe como soñador y blasfemo; reza por buenas cosechas, pero es una fe falsa.
  • A un Olmo Seco: Dedicado a Leonor, compara un olmo seco al que le ha salido una rama verde en primavera con la posible recuperación de la enfermedad de su mujer.
  • España Joven: Habla de la decadencia de aquella época y de la relación de los habitantes.
  • Campos de Soria: Una sucesión de poemas que describen el invierno y el verano de Soria.
  • La Muerte de Rubén Darío: Dedica unos versos tras su muerte y explica a los españoles lo que perdieron y lo que deben hacer.
  • Nuevas Canciones: Aparece el paisaje andaluz.
  • Poesías de Guerra: Habla de la Guerra Civil, de cómo murió Federico. En los últimos versos aparece la muerte personificada.
  • Cancionero Apócrifo: Dedica un poema a Guiomar.

Juan Ramón Jiménez

  • Arias Tristes: Aparece la muerte y dice que el alma se va, pero que el cuerpo permanece; el alma se camufla en el jardín.
  • Pastorales: Erotismo en “Mujer, perfúmame el campo, que me asesine tu boca”.
  • Piedra y Cielo: Se refiere a la propia poesía.
  • Animal de Fondo: Se refiere a su dios particular.
  • Antología y Leyenda: Habla de un amor con una novicia, un amor imposible.

Teatro anterior a la Guerra

Ramón María del Valle-Inclán: Luces de Bohemia

Máximo Estrella es un escritor ciego sumido en la pobreza, que no logra vender ninguna novela y solo piensa en el suicidio. Llega a su casa Don Latino de Hispalis, que se encarga de vender sus obras, y le explica que ha sido engañado. Entran en la tienda de Zaratustra e intentan deshacer lo pactado, pero sus libros ya han sido vendidos. La Pisa Bien le pide un número de lotería a Max. De repente, aparece el niño de la taberna, muy exaltado, y dice que hay un tumulto en la calle. La Pisa Bien y su novio se unen a los anarquistas y desaparecen con el décimo. Max, cuando se da cuenta, sale en su busca. Alertados por el escándalo, aparecen unos soldados que entregan a Max a los guardias para que lo lleven a la Gobernación; finalmente, lo encierran. Cuando es liberado, monta un escándalo delante del Ujier para ser recibido por el ministro. Exige que los guardias que le pegaron sean castigados. Finalmente, le ofrecen un trabajo y le entregan dinero. Max y Latino se encuentran con Rubén Darío en el café Colón; cenan juntos y hablan sobre Dios, la Iglesia y la Biblia. Salen del café y se encuentran con unas prostitutas que estaban en la calle. Latino se va con una. Siguen caminando por la calle, donde encuentran un revuelo y una mujer desesperada gritando con su hijo muerto en sus brazos, pide justicia y su propia muerte. Max se lamenta, con su agobio y su impotencia piensa que ya ha llegado su hora. Llegan a la puerta de casa de Max. Éste queda tumbado, y Latino, creyendo que está dormido, se va llevándose su cartera. Una vecina lo encuentra; no está dormido, sino muerto. Aquí se muestra el esperpento. En el velatorio se encuentran la mujer y la hija de Max, Darío, el Marqués de Bradomín y Latino. Cuando Latino se encontraba en la taberna, le tocó el décimo.

Federico García Lorca: La Casa de Bernarda Alba

La obra cuenta la historia de Bernarda Alba que, tras haber enviudado por segunda vez a los 60 años, decide vivir los próximos ocho años en el más riguroso luto. Quizá el rasgo más destacable sea su fanatismo religioso. Con ella viven cinco hijas: Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela.

Narrativa

Miguel de Unamuno: Tía Tula

Esta novela narra la vida de Gertrudis, también llamada la Tía Tula, y los sacrificios que realiza durante su vida para satisfacer sus ansias de maternidad.

Pío Baroja: El Árbol de la Ciencia

Nos presenta la vida de Andrés Hurtado. En la primera parte del libro, el autor describe el Madrid de la época a partir de las vivencias de Andrés en la facultad y en la vida a pie. Conocerá a Lulú, una joven algo fuera de época y sometida por su madre. A medida que avanza el libro y la vida de Andrés, a su hermano pequeño Luisito se le diagnostica tuberculosis, mortal en la época. Tras la muerte de su hermano, Andrés frecuenta con más asiduidad la casa de Iturrioz, un tío suyo con el que filosofa y discute sobre múltiples aspectos de la vida en el hemisferio del libro, planteando el enfrentamiento entre Árbol de la Ciencia y Árbol de la Vida que dará nombre a la novela. Andrés defiende a la ciencia como guía del mundo, por encima de los sentimientos y la voluntad del hombre. Acabada medicina, decide aceptar una oferta e ir como médico a un pueblo “entre Andalucía y Castilla”. Finalmente, Andrés se declara a Lulú y contraen matrimonio al poco tiempo; además, consigue un excelente puesto de traductor para una revista científica y, por primera vez, está feliz y mira al futuro con ilusión.

Miguel de Unamuno: San Manuel Bueno, Mártir

Ángela Carballino escribe la historia de don Manuel Bueno, párroco de su pueblecito, Valverde de Lucerna. Múltiples hechos lo muestran como “un santo vivo, de carne y hueso”, un dechado de amor a los hombres, especialmente a los más desgraciados, y entregado a “consolar a los amargados y atediados, y ayudar a todos a bien morir”. Sin embargo, algunos indicios hacen adivinar a Ángela que algo lo tortura interiormente: su actividad desbordante parece encubrir “una infinita y eterna tristeza que con heroica santidad recataba a los ojos y los oídos de los demás”. Un día, vuelve al pueblecito el hermano de Ángela, Lázaro. De ideas progresistas y anticlericales, comienza por sentir hacia don Manual una animadversión que no tardará en trocarse en la admiración más ferviente al comprobar su vivir abnegado. Pues bien, es precisamente a Lázaro a quien el sacerdote confiará su terrible secreto: no tiene fe, no puede creer en Dios, ni en la resurrección de la carne, pese a su vivísimo anhelo de creer en la eternidad. Y si finge creer ante sus fieles es por mantener en ellos la paz que da la creencia en otra vida, esa esperanza consoladora de la que él carece. Lázaro, que confía el secreto a Ángela, convencido por la actitud de don Manuel, abandona sus anhelos progresistas y, fingiendo convertirse, colabora en la misión del párroco. Y así pasará el tiempo hasta que muere don Manuel, sin recobrar la fe, pero considerado un santo por todos, y sin que nadie, fuera de Lázaro y de Ángela, haya penetrado en su íntima tortura.