Relación entre Razón y Fe
Para Santo Tomás de Aquino, la verdad es única, aunque se puede conocer por la razón y por la fe. La razón conoce de forma imperfecta la esencia de Dios y tiene unos límites que sólo pueden ser ampliados por la fe. Para Santo Tomás, razón y fe son autónomas e independientes, pero hay temas que se pueden abordar tanto por la razón como por la fe. El pensamiento tomista se basa profundamente en el aristotélico.
Teoría del Conocimiento
Santo Tomás, al igual que Aristóteles, sostiene que el conocimiento se produce por abstracción. Se parte de los sentidos (teoría empirista) para elaborar, mediante abstracción, los conceptos universales. El entendimiento agente abstrae las características comunes conociendo el concepto universal y el entendimiento paciente lo conoce expresándolo a través del lenguaje. Tomás de Aquino perfecciona el conocimiento de Aristóteles añadiendo que el conocimiento directo e inmediato es lo que de universal y esencial hay en lo singular, y el conocimiento indirecto y mediato es lo que de singular hay en lo universal.
Principios Aristotélicos en la Obra de Santo Tomás
Tomás de Aquino, en su obra titulada Sobre los principios de la Naturaleza, adopta los principales principios del aristotelismo:
- Hay formas de “ser”, pero todas se refieren a una forma primordial, la substancia (el ser propiamente dicho), por lo tanto, el ser es un término análogo. Todas las demás formas del ser son accidentes de la substancia (cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, estado, acción y pasión).
- La substancia (ousía) son las cosas sensibles, singulares y concretas que se perciben por los sentidos. Aristóteles distingue dos tipos de substancia: la substancia primera, que es la verdaderamente real (son las singularidades), y la substancia segunda, en la cual tienen existencia los géneros y las especies. Estas substancias segundas no existen separadas de la substancia primera, sino únicamente en ella. La substancia es un compuesto de materia y forma (hilemorfismo).
- La forma es la esencia de la cosa y determina a la materia prima, la cual es indeterminada e incapaz de existir independientemente. Aristóteles da una clara prioridad a la forma. La forma y la materia se requieren, son eternas y ambas forman la substancia. La materia próxima posee ya una esencia o forma determinada.
- La teoría de potencia y acto explica que la substancia está siempre sujeta a cambio. En todo ser hay lo que ya es, el acto, y su poder llegar a ser, la potencia, que todavía no es. Llamamos cambio o movimiento al paso de potencia a acto, mientras está en potencia.
- Según Aristóteles, las causas de los seres naturales pueden ser: intrínsecas, operan desde dentro de la propia substancia y son la causa material y la causa formal; y extrínsecas, operan desde fuera de la propia materia y son la causa motriz y la causa final.
Demostración de la Existencia de Dios
Santo Tomás comprende que la existencia de Dios es problemática racionalmente y, por tanto, una de las tareas fundamentales de la razón será la demostración de la existencia de Dios. En primer lugar, defenderá que la existencia de Dios no nos resulta evidente en sí misma, pues la proposición “Dios existe” es evidente, pero no es evidente para nosotros, pues nuestra razón es limitada y desconocemos el concepto de Dios por ser su esencia incognoscible para la razón del hombre. Por ello, habrá que demostrar su existencia. Para ello, distingue dos tipos de demostración:
- La demostración a priori (el argumento ontológico de San Anselmo), que no precisa de la experiencia para argumentar y concluir (parte de la causa al efecto).
- La demostración a posteriori, que parte del efecto (la creación) para conocer la causa (Dios).
Santo Tomás declara ineficiente el argumento ontológico de San Anselmo (prueba a priori), pues si no conocemos la causa, no podemos establecerla como punto de partida, y emplea la demostración a posteriori para demostrar a Dios. Con esto coincide con Aristóteles, que para conocer a Dios hay que partir de los sentidos.
Las Cinco Vías para Demostrar la Existencia de Dios
Santo Tomás encuentra cinco vías a posteriori para llegar a Dios, que comparten la misma estructura:
- Se parte de un hecho de la experiencia.
- Se aplica el principio de causalidad, advirtiendo que no puede haber una serie causal infinita.
- Se concluye que ha de existir un ser originario, que es el que da lugar a toda la serie: Dios.
Las cinco vías son las siguientes:
- Por el movimiento: va desde el movimiento del mundo al primer motor inmóvil.
- Por la causalidad eficiente: va desde las causas subordinadas hasta la primera causa incausada.
- Por la contingencia: va desde los seres contingentes del mundo hasta un primer ser necesario.
- Por los grados de perfección: va desde las cualidades que se dan en la perfección del mundo hasta un ser infinitamente perfecto.
- Por la finalidad y el orden cósmico: va desde el orden y la finalidad del mundo hasta una primera inteligencia ordenadora.
Teología y Naturaleza de Dios
Una vez demostrada la existencia de Dios, Santo Tomás procede a entender a Dios, y para ello propone tres teologías: la negativa, la apofática y la apofántica. Pero Santo Tomás define a Dios por medio de una teología apofántica, racional y sistemática que estudia a Dios por medio de la analogía. Aquí maneja principios procedentes de Alfarabi, Avicena y Maimónides, como la distinción entre esencia y existencia; principios platónicos, como la participación y la causalidad ejemplar; y neoplatónicos, como son los grados de ser y perfección. Santo Tomás distingue totalmente entre Dios y las criaturas. Afirma que Dios es el creador de todo el universo y, por tanto, es un ser necesario, no puede no existir, frente a las criaturas que son contingentes, pueden existir o no. En los seres contingentes hay una diferencia entre la esencia (su definición universal) y existencia (si realmente existen o no), ya que su esencia no implica su existencia, pero en Dios, al ser necesario, su esencia implica su existencia. La esencia es potencia de ser (posibilidad) y la existencia es acto de ser (el hecho). Aquino, igualmente, establecerá una organización jerárquica de los seres basada en sus grados de perfección según la potencialidad de sus esencias y su semejanza (participación) con Dios: los seres serán más o menos perfectos de acuerdo con su parecido mayor o menor con Dios.
Antropología: El Hombre como Compuesto de Cuerpo y Alma
Santo Tomás toma la teoría hilemórfica de Aristóteles para explicar el hombre y lo concibe como un synolon de cuerpo y alma (materia y forma). No obstante, no le casa que, si la parte solo cobra sentido en el todo, Aristóteles considere que una parte del alma (el entendimiento agente) sea inmortal y no lo sea todo el alma. Por lo tanto, y de acuerdo con el cristianismo, Santo Tomás considera como inmortal al alma completa. Además, es inmaterial puesto que el entendimiento es una potencia que conoce desmaterializando.
Ética: La Búsqueda de la Felicidad y la Ley Natural
Su ética es teleológica y eudemonista: las acciones persiguen un fin último, la felicidad, que se consigue mediante el ejercicio del alma racional (el conocimiento y la virtud). Puesto que Dios es el bien supremo, una vida dedicada a la búsqueda y al conocimiento de Dios será la más perfecta y feliz para el ser humano.
Santo Tomás define la ley como una ordenación que establece la razón encaminada al bien común y que tiene que estar siempre promulgada por aquel que esté al servicio o al mando de la sociedad. Dios gobierna el mundo mediante la ley eterna, de la que participan las criaturas mediante la ley natural. El hombre actúa correctamente cuando sigue la ley natural que le dicta su razón. La ley natural es el hábito de la razón práctica que se encuentra de forma universal, invariable e indeleble en la razón. Su primer precepto es: “ha de hacerse el bien y evitarse el mal”. Esta es la norma básica que establece el criterio de moralidad al que deben atenerse los actos humanos y a la que se reducen todos los demás preceptos relacionados con las tendencias naturales del hombre.
Política: El Orden Político y el Bien Común
Tomás de Aquino considera que el hombre es naturalmente sociable, y que la perfección de la vida humana solo es posible en sociedad.
Igual que todo poder deriva de Dios, la ley positiva debe derivarse de la ley natural y buscar el bien común. De este modo, el orden político debe subordinarse al orden moral, y este, al orden divino. Cuando la ley positiva y la autoridad respetan la ley natural, son legítimas; en caso contrario, son injustas y es lícito resistirse a ellas.
Las formas positivas de gobierno son la monarquía, la democracia y la aristocracia; y las negativas la tiranía, la oligarquía y la demagogia.