Conductismo: Fundamentos y Tipos de Condicionamiento
El Condicionamiento Clásico
El condicionamiento clásico se basa en la asociación de estímulos y respuestas. Un reflejo es una unidad simple de conducta innata, en la que se produce una respuesta inevitable ante una modificación de la situación ambiental. Es la combinación de un estímulo (E) y una respuesta (R). Pavlov, en sus experimentos con perros, demostró cómo se puede provocar la salivación (respuesta) ante un estímulo neutro, como el sonido de una campanilla, al asociarlo repetidamente con la presentación de comida (estímulo incondicionado). La salivación ante la comida es una respuesta incondicionada, mientras que la salivación ante el sonido de la campanilla, tras el condicionamiento, se convierte en una respuesta condicionada. El sonido, inicialmente neutro, se transforma en un estímulo condicionado.
Es importante destacar que el intervalo de tiempo entre la presentación del estímulo condicionado (campanilla) y el estímulo incondicionado (comida) es crucial para el aprendizaje. Un intervalo más corto facilita el condicionamiento. Además, si se presenta repetidamente el estímulo condicionado sin el estímulo incondicionado, la respuesta condicionada se debilita y eventualmente desaparece, fenómeno conocido como extinción de la conducta.
El Condicionamiento Operante
El condicionamiento operante, desarrollado por Skinner, se centra en cómo las consecuencias de una conducta influyen en su probabilidad de repetición. El refuerzo es aquello que se le ofrece al sujeto a cambio de la conducta que se le pide. En sus experimentos, Skinner utilizó cajas especiales (cajas de Skinner) para estudiar el comportamiento animal. Por ejemplo, una paloma dentro de la caja aprende a presionar una palanca para obtener comida. La acción de presionar la palanca, inicialmente accidental, se convierte en una conducta aprendida debido a la recompensa (comida).
Las diferencias clave entre el condicionamiento clásico de Pavlov y el operante de Skinner son:
- Conducta externa: En el condicionamiento operante, la conducta es observable y medible (presionar la palanca).
- Efecto sobre el entorno: La conducta del individuo tiene un impacto en su entorno (obtener comida).
Este proceso se denomina modelamiento y tiene como consecuencia el refuerzo. Existen dos tipos de reforzadores:
- Reforzadores primarios: Satisfacen necesidades biológicas básicas, como la comida o la satisfacción sexual.
- Reforzadores secundarios: Son aprendidos y adquieren valor a través de la asociación con reforzadores primarios, como el sonido que precede a la comida.
También existe el refuerzo negativo, que implica la eliminación de estímulos aversivos para aumentar la probabilidad de una conducta. El castigo, por otro lado, busca disminuir la probabilidad de una conducta. Puede ser positivo (aplicar un estímulo doloroso) o negativo (retirar un estímulo agradable).
Existen dos programas principales de refuerzo:
- Refuerzo continuo: La respuesta deseada se refuerza cada vez que ocurre.
- Refuerzo intermitente o parcial: La respuesta se refuerza solo algunas veces.
Skinner, basándose en las teorías de Pavlov y Watson, extendió estos principios al comportamiento humano, aunque sus experimentos se centraron principalmente en animales. Argumentó que el uso de castigos y amenazas es menos efectivo que el refuerzo positivo para modificar la conducta.
Psicología Cognitiva: El Estudio de los Procesos Mentales
La psicología cognitiva se encarga del estudio de los procesos mentales relacionados con el conocimiento. Surgió en las décadas de 1950 y 1960 como una reacción al conductismo, que se enfocaba únicamente en la conducta observable.
La Hipótesis Cognitivista
La hipótesis cognitivista propone que la conducta debe explicarse en términos de estructuras y procesos mentales internos, que actúan como formas de organización y procesamiento de la información. Los trabajos de Chomsky sobre el lenguaje pusieron de manifiesto las limitaciones del conductismo para explicar la adquisición del lenguaje. Chomsky argumentó que la complejidad del lenguaje requería la existencia de mecanismos mentales innatos, lo que reintrodujo el concepto de “mente” o “caja negra” en la psicología.
La psicología cognitiva se asocia con la metáfora del ordenador, que considera la mente humana como un sistema de procesamiento de información similar a un software. Sin embargo, estos planteamientos han sido cuestionados por los hallazgos recientes de las investigaciones neurocientíficas.
Neurociencia Cognitiva: La Unión de Mente y Cerebro
La neurociencia cognitiva estudia la estructura, función química, farmacología y patología del sistema nervioso, y cómo estos elementos interactúan para dar origen a la conducta. Combina la neurociencia con la psicología para proporcionar una nueva comprensión del cerebro y la conciencia. Se basa en un enfoque científico multidisciplinario que integra disciplinas como la neurobiología, la psicobiología y la psicología cognitiva.
La neurociencia cognitiva está transformando nuestra comprensión de los procesos mentales implicados en el comportamiento. Un ejemplo de este cambio es el surgimiento de la neuroética, una nueva disciplina que busca comprender las bases neurológicas de nuestro comportamiento ético y moral.