La Narrativa Española en la Transición y Fin de Siglo

Literatura Española del Siglo XX: De la Posguerra a la Modernidad

La Novela Española desde los Años 70 hasta Finales del Siglo XX

Tras la muerte de Franco en 1975, la libertad llegó a España y a sus letras. La desaparición de la censura permitió la publicación de obras previamente prohibidas y el conocimiento de la narrativa de otros países. Comienzan a surgir nuevos subgéneros al dictado del mercado:

  • Novela policíaca: Manuel Vázquez Montalbán, autor de una serie protagonizada por el detective Pepe Carvalho.
  • Novela histórica: El hereje de Miguel Delibes, La vieja sirena de José Luis Sampedro o la saga protagonizada por el capitán Alatriste, de Arturo Pérez-Reverte, ambientada en el Siglo de Oro.
  • Novela de la reflexión: La lluvia amarilla donde Julio Llamazares habla del abandono de los pueblos en un largo y emocionado monólogo.
  • Novela negra y de intriga.

Es el momento de los llamados best sellers. Los autores publican cada uno o dos años para mantener el interés de los lectores. Es complicado establecer tendencias en estas fechas. Primero, falta perspectiva y, además, con la llegada de la democracia, la novela se hace accesible al gran público; cada autor emprende un camino personal. Aún así, podemos señalar que en la novela española de los últimos treinta años del siglo XX conviven:

  1. Novelistas importantes de la posguerra: Miguel Delibes, Camilo José Cela y Gonzalo Torrente Ballester.
  2. Algunos novelistas de la “Generación del 50”: Juan Goytisolo, Juan Marsé.
  3. Los novelistas del 75: Cultivan una novela experimental e intelectual al estilo de Tiempo de silencio. Suelen prestar más atención a la forma y el argumento llega a casi desaparecer. Abundan historias fragmentadas y monólogos interiores para un público culto: Eduardo Mendoza, José María Guelbenzu.
  4. Nuevos escritores, dados a conocer ya después del franquismo: Manuel Vicent, Julio Llamazares.
  5. Los más jóvenes: Hablan en sus novelas de los problemas de la juventud urbana con una estética muy cercana a la contracultura: Historias del Kronen de José Ángel Mañas, Ray Loriga con Héroes.

Destacan tres nombres:

  • Eduardo Mendoza: La verdad sobre el caso Savolta (donde narra los abusos de los dueños de una fábrica de armas) y La ciudad de los prodigios (evolución de la ciudad de Barcelona desde finales del siglo XIX).
  • Javier Marías: Corazón tan blanco y Mañana en la batalla piensa en mí.
  • Antonio Muñoz Molina: El invierno en Lisboa.

Novecentismo y Vanguardias

Hay muchos rasgos comunes entre las Vanguardias y el Novecentismo. Ambas tendencias forman un gran movimiento artístico de entreguerras que reacciona contra la literatura anterior. La inestabilidad política (fuertes conflictos sociales, fin del turnismo) influyó en este cambio. Las principales características del Novecentismo son:

  • Intelectualidad: Son intelectuales con una sólida preparación universitaria.
  • Racionalidad: Emplean la razón y huyen del sentimentalismo. José Ortega y Gasset define a los españoles como “una raza que se muere por instinto de conservación”.
  • Renovación: Huyen de los tópicos, aunque continúan con la percepción “castellanocéntrica” de España iniciada por los noventayochistas.
  • Influencia europea: Están influidos por el ambiente de deshumanización tras la Primera Guerra Mundial que afectó a toda Europa (incluida España, aunque fuera neutral). Buscan, influidos por las vanguardias europeas, un arte puro, cuya única finalidad es el goce estético.
  • Forma y belleza: Les preocupa la forma y su ideal de belleza está en la serenidad de los modelos griegos. Huyen del sentimentalismo y se orientan hacia lo apolíneo.
  • Elitismo: Crean una literatura para minorías cultas.
  • Preocupación por el lenguaje: La prosa recurre a la “función poética”, aparecen poemas en prosa como Platero y yo.

Los principales autores son ensayistas como Manuel Azaña, Gregorio Marañón, José Ortega y Gasset (con influyentes obras como La deshumanización del arte y La rebelión de las masas en la que desarrolla su teoría elitista); novelistas como Gabriel Miró (con descripciones minuciosas y falta de acción, como en El obispo leproso) o Ramón Pérez de Ayala. En poesía destaca Juan Ramón Jiménez, con su concepción de la “poesía pura” se acercó a este intelectualismo renovador. Su obra se divide en tres etapas:

  1. Etapa sensitiva (1898-1915): Marcada por la influencia de Bécquer, el simbolismo y el modernismo. Con Arias tristes.
  2. Etapa intelectual (1916-1936): Descubre el mar que simboliza para él el eterno presente e inicia una evolución espiritual en busca de la trascendencia.
  3. Etapa última (1937-1958): En su exilio americano escribe Dios deseado y deseante.

Como “Vanguardias” se conoce a las inquietudes artísticas de la “avanzadilla” cultural europea durante la Primera Guerra Mundial. Fue un movimiento de movimientos, con estilos y propuestas variadísimas. Los vanguardistas se consideran ciudadanos del mundo, desprecian las tradiciones. El futurismo nace en Italia, inspirado por Filippo Tommaso Marinetti; el cubismo propone la descomposición de la realidad; el dadaísmo busca una expresión fuera de toda lógica y absurda. Más importantes en España fueron el surrealismo, el ultraísmo y el creacionismo.

  • Surrealismo: Buscaban descubrir la verdadera realidad a través de los sueños, la escritura automática.
  • Ultraísmo: Resume en él todas las vanguardias rompiendo con el discurso lógico. Los ultraístas adoran el mundo de las máquinas y son muy eficaces en la creación de metáforas.
  • Creacionismo: Buscaba crear una realidad por medio de imágenes nunca dichas.

Es imposible entender las vanguardias en España sin hablar de Ramón Gómez de la Serna, prolífico escritor y periodista vanguardista español e inventor de la greguería (metáfora con humor). También hay que destacar la influencia que estos movimientos tuvieron en los miembros de la Generación del 27.