El Gobierno Provisional (1931)
Tras la proclamación de la República, se formó un gobierno provisional heterogéneo, que respondía a la coalición del Pacto de San Sebastián. Presidido por Niceto Alcalá Zamora, incluía a miembros de la Derecha Liberal Republicana, como el propio presidente y Miguel Maura; Alejandro Lerroux y Diego Martínez Barrio, del Partido Radical; Álvaro de Albornoz y Marcelino Domingo del Partido Republicano Radical-Socialista; Manuel Azaña de Acción Republicana; Francisco Largo Caballero, Fernando de los Ríos e Indalecio Prieto del PSOE y UGT; y autonomistas como el catalán Nicolau D’Olwer o el gallego Santiago Casares Quiroga.
El primer objetivo de este gobierno fue convocar elecciones a Cortes Constituyentes para el 28 de junio por sufragio universal masculino de mayores de 23 años.
El principal reto era satisfacer las demandas autonomistas catalanas, pues al mismo tiempo que se proclamaba la República, Francesc Macià proclamó en Barcelona el Estat Catalá, definido como una república autónoma dentro de un estado federal.
Una de las primeras medidas fue el establecimiento de la libertad de cultos. El 2 de mayo, el cardenal Segura publicó una pastoral que era una auténtica apología de la monarquía, al tiempo que calificaba al nuevo régimen como una “revolución atea y comunista”. Ante la reacción de la Iglesia, hostil hacia la República, surgió una fuerte agitación anticlerical, con ataques al clero y quema de iglesias y conventos.
Pero no todos los problemas de orden público procedían de la derecha monárquica y católica. Desde la izquierda, los anarquistas vieron en las libertades republicanas una ocasión para intentar su ansiada revolución y se negaron a colaborar con el nuevo gobierno, al que consideraban burgués, organizando todo tipo de revueltas, intentos revolucionarios, huelgas, etc. La más destacada fue la huelga de la Telefónica. Ante todos estos hechos se hizo necesaria la Ley de Defensa de la República, que sacrificaba algunos derechos individuales para evitar la desestabilización del nuevo régimen.
Para dar solución a la grave situación de los jornaleros, se avanzó en la reforma agraria con un Decreto de Laboreo Forzoso que preveía la expropiación de las tierras no trabajadas por sus propietarios para entregarlas a los campesinos. La urgencia de esta medida venía provocada también por la sequía del último invierno, que se tradujo en malas cosechas y amenazaba la estabilidad social en el campo. A pesar de las apariencias, el carácter no revolucionario del nuevo régimen quedó patente en su defensa de la propiedad privada.
Partidos Políticos y Organizaciones Sociales
El número de partidos protagonistas de esta etapa es muy amplio, y fueron creciendo, agrupándose o disgregándose a lo largo de la etapa. Antes de desarrollar la evolución política, conviene conocerlos a partir de su primera cita con las urnas bajo el régimen republicano, ganadas por amplia mayoría por las fuerzas de izquierda.
- PSOE: Fue el grupo más votado. Contaba con el apoyo incondicional de la UGT, que tenía un gran número de afiliados. Sus líderes eran Julián Besteiro, Indalecio Prieto y Francisco Largo Caballero.
- Republicanos de izquierda: Destacaban el Partido Republicano Radical-Socialista de Marcelino Domingo y Acción Republicana del destacado escritor y abogado Manuel Azaña. Ambos grupos formaron Izquierda Republicana.
- Izquierda nacionalista: Estaba representada por los catalanes de Esquerra Republicana de Catalunya, dirigidos por Francesc Macià y Lluis Companys, los federales y los autonomistas gallegos de la ORGA, dirigidos por Casares Quiroga.
- Extrema izquierda: Fuera de las cortes quedó el PCE, que no obtuvo ningún escaño, y los anarquistas (CNT-FAI) que no participaron en las elecciones. En 1933 se creó el Partido Sindicalista, de carácter anarquista y dirigido por Ángel Pestaña; y en 1935 apareció el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) en Cataluña.
- Centro político: Se situaba el Partido Radical de Alejandro Lerroux, ideológicamente indefinido y oportunista, cuyas características más destacadas eran la demagogia y el anticlericalismo. Su líder más competente, Diego Martínez Barrio, provocará una escisión en 1934 formando un grupo de orientación izquierdista, Unión Republicana.
- Derecha Liberal Republicana: Liderada por Niceto Alcalá Zamora, representaba el único grupo de derechas verdaderamente republicano. Sus miembros procedían de los antiguos partidos turnistas desencantados por la actitud del rey ante el golpe de estado de Primo de Rivera.
Todos estos grupos, con excepción de comunistas y anarquistas, defendían el nuevo régimen. Pero había una derecha política, monárquica y católica, opuesta al régimen republicano, que se irá desarrollando con rasgos poco tranquilizadores.
- Partido Agrario: Agrupaba a la oligarquía terrateniente, especialmente de Castilla.
- Acción Nacional: Grupo católico fundado en 1931 por Ángel Herrera Oria y dirigido por José Mª Gil Robles. Su ideario se resumía en el lema “Religión, Familia, Orden, Trabajo y Propiedad”. A partir de 1933 las fuerzas de derecha se aliaron en torno a este partido formando la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA).
- JONS y Falange Española: Las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista) se fundaron en 1931, dirigidas por Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma, con una ideología abiertamente fascista. En 1933 se fundó Falange Española, otro grupo ultraderechista de orientación fascista dirigido por José Antonio Primo de Rivera, el hijo del antiguo dictador. Ambos partidos se fusionaron en 1934.
- Comunión Tradicionalista Española: Agrupaba a los restos del carlismo más rancio desde 1932.
- Renovación Española: En 1933 apareció Renovación Española, dirigido por José Calvo Sotelo y Antonio Goicoechea, un grupo monárquico, conservador y filofascista, que luego se llamará Bloque Nacional, con un programa político que puede definirse como totalitario.
Un poco al margen de unos y otros se encontraban los grupos nacionalistas conservadores, con una posición ambivalente respecto al nuevo régimen republicano.
- Lliga Regionalista de Cataluña: Perdió buena parte de su apoyo ante el nacionalismo republicano de izquierdas, representando sólo un tercio del electorado catalanista.
- PNV: Ideológicamente mostraba una gran indefinición y sólo se distinguía, además de por su reivindicación nacionalista, por su carácter fuertemente católico. Tenía también un sindicato creado en 1911: STV (Solidaridad de Trabajadores Vascos).
Otras organizaciones muy influyentes en la España republicana fueron los sindicatos UGT y CNT, que se repartían al 50% el control de la clase obrera. UGT dependía del PSOE y actuaban políticamente coordinados. La CNT se negaba a la participación política y en su seno se apreciaban dos tendencias, una partidaria de pactos y acuerdos con los grupos obreros y burgueses, encabezada por Ángel Pestaña y Joan Peiró, y otro sector ortodoxo, dirigido por Buenaventura Durruti y Juan García Oliver, partidario de la revolución directa mediante la acción violenta que planteó graves problemas a los gobiernos republicanos.
Mucha influencia tuvo también la organización patronal conocida como Unión Nacional Económica, que mantuvo una ofensiva constante contra los gobiernos de izquierda. También hay que señalar la existencia de grupos universitarios, como la Federación Universitaria Escolar (FUE), protagonista de las revueltas estudiantiles contra la dictadura, cuyos miembros nutrieron las organizaciones políticas desde la extrema izquierda a la extrema derecha; y el SEU, grupo organizado por los falangistas.
La República de Izquierdas (1931-1933)
Las elecciones del 28 de junio dieron la victoria a republicanos y socialistas, con una participación de casi el 70%, la más alta hasta entonces. Se abre una etapa denominada también “Bienio social-azañista”, ya que el gobierno estuvo presidido por Manuel Azaña, con el apoyo fundamental del PSOE en el gobierno y el parlamento. El cargo de Presidente de la República lo continuó ejerciendo Niceto Alcalá Zamora.