La Segunda República Española (1931-1936)
La Constitución de 1931
Desde noviembre de 1931 hasta noviembre de 1933 se extiende el bienio socialazañista. En el gobierno provisional del 14 de abril estaban representados prácticamente todos los grupos políticos del Pacto de San Sebastián. La novedad era la presencia en el gobierno del partido socialista, junto con el republicanismo moderado representado por Manuel Azaña, y las inquietudes regionalistas. Los propósitos eran: instaurar la República para establecer la libertad en España, transformar el estado y construir una nueva sociedad.
En junio de 1931, tuvieron lugar las elecciones a Cortes Constituyentes en un ambiente de relativa tranquilidad. Las urnas dieron una clara mayoría a la coalición republicano-socialista. La nueva Constitución, aprobada en diciembre de 1931, reflejó las ideas de esta mayoría. Sus principales rasgos:
- Soberanía popular: Se declaraba al nuevo estado español como una “República democrática de trabajadores de todas clases”.
- Sufragio universal: Masculino y femenino.
- Extensa declaración de derechos y libertades: Derechos civiles (divorcio, equiparación hijos legítimos e ilegítimos), derecho a la educación.
- Poderes del Estado: Poder legislativo en manos de unas Cortes unicamerales. Poder ejecutivo: Presidente de la República con escasos poderes. Jefe de Gobierno, nombrado por el Presidente pero que debía contar con la aprobación de las Cortes. Poder judicial en manos de los tribunales de justicia.
- Derecho a la autonomía: Por primera vez en la historia de España, se establece el derecho de las regiones a establecer Estatutos de Autonomía.
- Estado laico: Separación de la Iglesia y el Estado. Desaparición del presupuesto de culto y clero. Prohibición de ejercer la educación. Libertad de conciencia y cultos.
El Bienio Reformista (1931-1933)
El gobierno republicano-socialista emprendió un amplio programa de reformas en un contexto económico desfavorable, marcado por el ascenso del paro. Principales medidas:
- Reformas laborales: Iniciadas desde el Ministerio de Trabajo por el socialista Largo Caballero, favorecían la posición de los trabajadores y sindicatos, encontrando la cerrada oposición de los empresarios.
- Reforma educativa: Amplio programa de construcción de escuelas y contratación de maestros con mejores salarios. Enseñanza mixta. La Religión dejó de ser asignatura obligatoria, lo que agudizó el enfrentamiento con la Iglesia.
- Reforma militar: Buscando garantizar la fidelidad del Ejército al nuevo régimen republicano y propiciar la reducción del excesivo número de jefes y oficiales, se exigió el juramento de fidelidad al nuevo régimen, pudiendo optar los que se negaran al retiro voluntario con paga completa.
- Reforma agraria: Se aprobó en 1932 la Ley de Bases de la Reforma Agraria. Con ella se buscaba el reasentamiento de campesinos sin tierra en latifundios insuficientemente explotados. Su aplicación fue un fracaso y muy pocos campesinos se beneficiaron, provocando una decepción generalizada entre el campesinado en un contexto económico de paro creciente.
La Cuestión Regional
El 14 de abril de 1931, en la plaza de San Jaime de Barcelona, Francesc Macià proclamó la República Catalana, dentro de la República Española, adelantando una definición federal para el régimen recién instaurado. El Gobierno provisional estableció un pacto con el nacionalismo republicano catalán que, bajo la dirección de Macià, logró unirse en un único partido, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), y conseguir la hegemonía política en detrimento de la conservadora Lliga. El pacto planteaba la aprobación de un estatuto autonómico para Cataluña. La Constitución de 1931, aun recalcando el carácter unitario de la República, reconocía la pluralidad cultural de España y establecía los cauces para la descentralización política.
En 1932 entró en vigor el Estatuto Catalán. Cuando estalló la guerra civil, en 1936, el Estatuto Vasco estaba en avanzado proceso, siendo aprobado por las Cortes el 1 de octubre de 1936. El Estatuto Gallego estaba en una fase anterior y no llegó a aprobarse. La iniciativa estatutaria apenas se había puesto en marcha en otras regiones españolas. El Estatuto Catalán provocó desasosiego en los cuarteles y en los sectores más conservadores de la política, que percibían la nueva situación como el comienzo de una España rota.
El Bienio Radical-Cedista (1933-1936)
La actuación política mostraba la clara ruptura con todo lo precedente. Un movimiento de reacción cristalizó en el fallido golpe de estado de Sanjurjo. Su fracaso favoreció un afianzamiento de la política transformadora del gobierno de Azaña. Ante ello, las derechas se fueron aglutinando en torno a dos grupos políticos: Acción Popular y Derecha Regional Valenciana, y en torno a José María Gil Robles hasta la creación de la CEDA, cuyo objetivo era el poder y montar barricadas contra la reforma. Desde principios de 1933, el deterioro del gobierno fue evidente y la sociedad española basculó hacia la derecha. También aparecieron pequeños partidos de corte fascista: Las JONS y Falange Española. En septiembre, Lerroux formó gobierno, pero, falto del apoyo necesario, cayó a los pocos días. En octubre se encargó Martínez Barrios, quien, tras la disolución del parlamento, preparó nuevas elecciones que se celebraron en noviembre y que mostraron la existencia de tres grandes partidos: el socialista, el radical y el católico. Ganaron las derechas canalizadas a través de dos fuerzas: Los radicales con 100 diputados y la CEDA con 110. Esto significaba el fin de la República de izquierdas. El triunfo conservador fue contestado por una insurrección anarquista que resultó en más de cien muertos.
En las elecciones de 1933 habían vencido los radicales de Lerroux y la CEDA. Lerroux formó gabinete con miembros de su partido. La CEDA apoyó al gobierno desde el Parlamento. Lerroux se vio obligado a iniciar una política de rectificación de las reformas del bienio anterior, con la paralización de las reformas iniciadas:
- Paralización de la reforma agraria: Con la consiguiente expulsión de las tierras que habían ocupado miles de jornaleros.
- Paralización de la reforma militar: Y designación para puestos clave de militares claramente antirrepublicanos como Franco, Goded o Mola. Esta nueva política fue completada con una amnistía para los participantes en el golpe de Sanjurjo en 1932.
- Conciliación con la Iglesia Católica.
- Paralización de las reformas educativas: Parón en el programa de construcciones escolares y anulación de la enseñanza mixta.
- Enfrentamiento a los nacionalismos periféricos: Freno al proyecto de Estatuto de Autonomía vasco, presentado por el PNV, y enfrentamientos con la Generalitat catalana, que presidía Lluis Companys, dirigente de ERC, desde enero de 1934.
Las Fuerzas Políticas (1933-1936)
Las Derechas:
- CEDA: Dirigida por Gil Robles, agrupaba a las clases medias y populares católicas. Las Juventudes de Acción Popular (JAP), organización juvenil del partido, tenían ya rasgos claramente fascistas.
- Renovación Española: Dirigida por Calvo Sotelo, agrupaba a los monárquicos con posturas cada vez más extremistas y antidemocráticas.
- Falange Española: De José Antonio Primo de Rivera, se fusionó en 1934 con las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS) de Ledesma. Quedaba así constituido el núcleo político de ideología fascista en España.
Las Izquierdas:
- Izquierda Republicana: De Manuel Azaña, agrupaba el centro-izquierda que había optado por una política de reformas y de alianzas con el movimiento obrero.
- PSOE: El mayor partido obrero, estaba dirigido por un grupo de líderes a menudo enfrentados. Indalecio Prieto y Largo Caballero representaban el ala más moderada y más radical del partido. En general, el PSOE vivió un claro proceso de radicalización.
- PCE: Seguía las nuevas directrices de la Komintern y buscaba una alianza de la izquierda contra el fascismo. La experiencia alemana y el ascenso de Hitler en enero de 1933 habían hecho rectificar a Stalin y buscar alianzas con todas las fuerzas de centro-izquierda.
- CNT: Seguía ligada a la acción revolucionaria, aunque había quedado muy mermada tras el fracaso de la insurrección de diciembre de 1933.
- ERC: Los continuos enfrentamientos del gobierno de la Generalitat catalana con el gobierno de derechas de Madrid habían propiciado que la Esquerra Republicana de Catalunya, dirigida por Lluis Companys, girara a la izquierda en sus posiciones políticas.
La Revolución de 1934
En un contexto de freno a las reformas, endurecimiento patronal, exasperación obrera y claro retorno al conservadurismo social, se inició el camino que condujo a la revolución de octubre de 1934. La creciente tensión entre los dos polos políticos culminó con la entrada de tres ministros de la CEDA en el gobierno en octubre de 1934. El movimiento revolucionario, aunque planeado a escala nacional, estalló en Asturias y Cataluña, sin llegar a cristalizar en el resto del país. En Barcelona, Companys, desde la presidencia de la Generalitat, dirigió una insurrección con claro matiz independentista. La revuelta fue rápidamente reprimida por el Ejército. Lo peor ocurrió en Asturias. Aquí la huelga general triunfó y degeneró en una verdadera revolución organizada por la UGT y la CNT. La persistencia de la insurrección llevó al gobierno a optar por la represión más brutal. La Legión, dirigida por el general Franco, fue la encargada. El balance de la Revolución de Octubre de 1934 fue aterrador. El gobierno de derechas endureció su política: se suspendió el estatuto de autonomía de Cataluña y se redactó una nueva Ley de Reforma Agraria.
Las Elecciones de 1936 y el Frente Popular
En un ambiente de creciente radicalización, se presentaron las candidaturas:
- El Frente Popular: Pacto electoral firmado en enero de 1936 por Izquierda Republicana, PSOE, PCE, POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) y Esquerra Republicana de Catalunya. Este pacto agrupaba a todas las izquierdas. La CNT, con muchos presos en la cárcel, no pidió la abstención y apoyó de forma tácita a la coalición de izquierdas.
- Coalición de derechas: Formada por la CEDA y Renovación Española, acudió con un programa basado en el miedo a la revolución social.
- Falange y PNV: Se presentaron por su cuenta.
La victoria fue para el Frente Popular, que basó su triunfo en las ciudades y las provincias del sur y la periferia. La derecha triunfó en el norte y el interior del país.
Tras las elecciones, el Presidente de la República fue Manuel Azaña, después de forzar la destitución de Alcalá-Zamora, quien intentó frenar la descomposición del país dando la jefatura de gobierno a Indalecio Prieto, pero éste fue desautorizado por su propio partido, el PSOE. Fue encargado de formar gobierno Casares Quiroga, quien gobernó entre el temor a la subversión social de las izquierdas y el miedo al golpe de estado militar de las derechas.
El nuevo gabinete inició rápidamente la acción reformista:
- Amplia amnistía para todos los represaliados tras octubre de 1934.
- Restablecimiento del Estatuto catalán.
- Alejamiento de Madrid de los generales más sospechosos de golpismo. Franco, Mola y Goded fueron destinados a Canarias, Navarra y Baleares.
- Reanudación de la reforma agraria. Esta medida fue rápidamente desbordada por la acción de los jornaleros que se lanzaron a la ocupación de fincas.
- Tramitación de nuevos estatutos de autonomía. El Estatuto de Galicia fue aprobado en plebiscito en junio de 1936, y el del País Vasco estaba prácticamente terminado en julio de 1936.
El ambiente social era cada vez más tenso. La izquierda obrera había optado por una postura claramente revolucionaria y la derecha buscaba de forma evidente el fin del sistema democrático. El país quedó inmerso en una gran violencia social y política. Mientras, la conspiración militar contra el gobierno del Frente Popular avanzaba. Había una trama política conformada por los principales líderes de los partidos: Gil Robles, Calvo Sotelo, José Antonio Primo de Rivera. Crecía el número de generales implicados: Franco, Goded, Fanjul, Varela… Emilio Mola, destinado en Pamplona, se convirtió en el jefe de la conspiración, el “director” del golpe. El estallido final se produjo por los asesinatos del teniente Castillo y del líder derechista Calvo Sotelo. La noche del 17 al 18 de julio estallaba la guerra civil.
Política de Reformas y Realizaciones Culturales: La Edad de Plata (1898-1936)
La II República supone el momento culminante de la Edad de Plata de la cultura española, que se extendería aproximadamente entre 1898 y 1936. Para numerosos estudiosos supone el segundo gran momento de esplendor de la cultura española tras el Siglo de Oro. Entre las causas que se barajan para su despegue suelen apuntarse algunas condiciones especiales:
- Mayor democratización estatal que se traduce en un mayor librepensamiento. En un clima en el que tanto la militancia política y sindical crecen, intelectuales y científicos se comprometen con los cambios políticos y sociales que iniciará fundamentalmente la II República.
- Transformación de la sociedad española durante el primer tercio del siglo XX, cada vez más urbanizada y de masas, en la que los espacios de sociabilidad tendían a extenderse, se ampliaba el tiempo y las formas de ocio y crecían los espectáculos literarios, deportivos, taurinos y musicales de masas.
- La marcada herencia regeneracionista favoreció el ambiente de crítica política y social, así como la gran importancia concedida a la educación y la investigación científica que liderará la Institución Libre de Enseñanza.
- Se disparó un vasto mercado para la prensa y el libro favorecido por el incremento de la alfabetización y la escolarización. Comenzó a celebrarse el Día del Libro en 1926 y en 1933 arrancó en Madrid la popular Feria del Libro. También salieron a la luz publicaciones periódicas como la Revista de Occidente (1923) y diarios como ABC (1903) y El Sol (1917), además de impulsarse notablemente las bibliotecas.
- Consolidación de dos ciudades referenciales desde el punto de vista cultural: Madrid, capital y centro consagrado de creación cultural y científica, y Barcelona, núcleo urbano cosmopolita y abierto a las influencias europeas e iberoamericanas.
- Apogeo de numerosas instituciones eminentemente culturales, tanto oficiales, como la Universidad Central, como no oficiales, entre las que podemos subrayar el Ateneo y la Institución Libre de Enseñanza.
- Sucesión de cuatro insignes generaciones de pensadores y artistas: el Modernismo, en el que se inscribe la Generación del 98, la Generación del 14, la del 27 y la del 36.