Estado de Naturaleza: Sentimientos Básicos
El objetivo de la obra de Rousseau es distinguir qué es lo originario del ser humano y qué conforma su naturaleza universal. Para lograrlo, elabora la hipótesis del *estado de naturaleza*, donde describe al ser humano en armonía con la naturaleza. Para conocer la naturaleza originaria del ser humano, nos propone explorar el alma, donde encontramos dos sentimientos básicos: el *amor de sí* y la *piedad*, y dos características: la *libertad* y la *perfectibilidad*.
En la naturaleza originaria no se encuentran la sociabilidad ni la razón, que son las que definen al ser humano civilizado. Los dos sentimientos básicos son:
- Amor de sí: El individuo, tal como emerge de la naturaleza, solo posee un instinto de conservación guiado por el amor a sí mismo. La aparición del *amor propio* es atribuible a la sociedad y será la causa de la degeneración: de comportarnos con los demás y de depender de ellos.
- La piedad: Rousseau la define como la repugnancia natural a ver perecer o sufrir a otro ser sensible, y principalmente a nuestros semejantes.
El hombre natural carece por completo de atributos morales e intelectuales; no es bueno ni malo, razón por la cual esos valores le son ajenos, como lo son a los animales.
El estado de naturaleza es la etapa original del hombre y se caracteriza por tener los instintos más primarios, careciendo de razón y de moralidad. El hombre vive en armonía con su entorno, mientras que el hombre civilizado vive agobiado por necesidades artificiales que se satisfacen con ayuda de los demás, y deseando aparentar algo que no es. Este conflicto entre el aparentar y el ser es una de las causas de la infelicidad del hombre moderno.
En el estado de naturaleza solo se admiten las desigualdades físicas del hombre, mientras que la civilización produce la desigualdad moral. El estado de naturaleza permitió al hombre gozar de una felicidad desconocida, sin ambicionar nada más. Rousseau quiere conocer al hombre en sí mismo, sin estar infectado por la civilización, y a partir de esto establecer las bases de la legítima sociedad política.
Libertad y Perfectibilidad
El hombre posee la libertad por naturaleza. Los animales están sometidos a los dictados de la naturaleza y no son agentes morales, ya que no conocen las exigencias básicas, por lo que los consideramos seres amorales.
El hombre, por el contrario, es libre; puede hacer lo que quiera y su conducta puede ser resultado de la elección. En esto precisamente consiste la libertad, y por eso decimos que el ser humano es un agente moral.
La libertad tiene distintos usos. La *libertad natural* es la capacidad propia del ser humano de poder elegir. La profesión de fe tiene como referencia esta noción de libertad, que en resumen es todo lo que el hombre puede hacer en el sentido político y social.
La *perfectibilidad* es una característica de la naturaleza que permite desarrollar cualidades de las que se carece en el estado de naturaleza, como la razón y la sociabilidad. Esta es una cualidad específica del hombre, como individuo o como especie, que le permite desarrollar capacidades que en el estado de naturaleza solo se hallaban en germen.
Amor de Sí, Amor Propio y Armonía
El hombre natural posee dos sentimientos que contribuyen a la armonía con el medio: el *amor de sí* y la *piedad natural*. El primero es como un instinto de autoconservación que hace que el individuo vele por sí mismo, se guarde de peligros y se mantenga en las mejores condiciones posibles. El segundo hace que se identifique con el que sufre y experimente rechazo al dolor.
El *amor propio* es un sentimiento artificial producido por la civilización. Este amor propio tiene como consecuencia el orgullo, la vanidad, la envidia, la ambición, y es aquí donde empieza a distinguirse entre ser y parecer.
Cuando el amor propio se instala en nosotros, desaparece la armonía, dando lugar a un conflicto interno en el hombre. Pero pese a que el amor propio lleva al egoísmo y es la causa de las desigualdades sociales, el ser humano puede conducir los sentimientos naturales y alcanzar la felicidad y la virtud.
La Teodicea
Consiste en esclarecer en qué consiste la justicia divina, es decir, la ley de Dios. Es una teología, un discurso acerca de Dios que se asienta en principios racionales. Sostiene que la justicia divina está basada en los hombres, diciendo que su vida es un valle de lágrimas. La teodicea es el resultado de la pretensión humana de exculpar a Dios de la existencia del mal en el mundo.
Voltaire renuncia a la teodicea, y Rousseau la considera una parte de su filosofía. Voltaire dice que el origen del mal es un problema insondable.
Rousseau distinguió el mal físico del mal moral. Los males físicos son inherentes a la vida. No hay nada que reprochar al mal físico, ya que es el precio que debemos pagar por nuestra vida. La naturaleza, que es obra de Dios, no es culpable de someterse a los caprichos humanos.
El mal moral tiene como consecuencia las desigualdades que la civilización tolera, pero en el estado de naturaleza encontramos males físicos y naturales. El ser humano es el único responsable de que unos tengan de todo y otros tengan tan poco.
Hay ocasiones en que estos males se los atribuimos a Dios, o bien a nuestros propios actos que Dios posteriormente condenará, pero Dios deja abierta la posibilidad de que se adquiera un progreso moral y que nos permita salvarnos por nuestras elecciones en todos los ámbitos.