Arte Hispano-Musulmán: Mezquitas y Palacios
Epígrafe 3.5: La Mezquita y el Palacio en el Arte Hispano-Musulmán
La prohibición de representar imágenes en edificios religiosos llevó a un marcado gusto por la decoración abstracta. La arquitectura fue la principal manifestación artística, con escaso desarrollo de la escultura y la pintura. Sus características principales son:
- Empleo de materiales pobres.
- Abundante decoración (horror vacui) sin imágenes: elementos vegetales, motivos geométricos e inscripciones epigráficas (textos coránicos).
- Mayor interés por el interior que por el exterior del edificio.
Arte Omeya: La Mezquita de Córdoba
La mezquita se levanta sobre la basílica visigoda de San Vicente y presenta las partes esenciales de una mezquita mayor:
- Un patio al aire libre con arquerías y la fuente de las abluciones.
- Una sala de oración cubierta dividida en naves.
- Un muro de quibla orientado hacia el Sur (en lugar de la Meca), hacia el cual se dirige la oración.
- El mihrab, nicho en la quibla, equivalente al ábside cristiano.
- Un espacio delante del mihrab para el califa.
- El alminar o minarete, torre para llamar a la oración.
El crecimiento poblacional llevó a tres ampliaciones en los siglos IX y X. Otras obras importantes del periodo califal son el Palacio de Medina Azahara y la mezquita de Bab al-Mardún en Toledo.
Arte de los Reinos Taifas (Siglo XI)
Se acentúa la tendencia decorativa para ocultar la pobreza de los materiales. Se utilizan arcos lobulados, entrecruzados y mixtilíneos. La obra más representativa es el palacio de la Alfajería de Zaragoza.
Arte de Almorávides y Almohades
Reaccionan contra el decorativismo anterior. En Sevilla, se conserva la Torre del Oro y la Giralda, minarete de la antigua mezquita.
Arte Nazarí de Granada (Siglos XIV y XV): El Palacio de la Alhambra
Es la obra cumbre del periodo granadino y el mejor palacio islámico conservado. Estructuras sencillas enmascaradas por una rica decoración con motivos vegetales, geométricos y epigráficos. Se utilizan bóvedas de mocárabes y yesería. La Alhambra son dos palacios unidos: uno en torno al Patio de los Arrayanes (oficial) y otro en torno al de Los Leones (privado). Características de los palacios islámicos:
- Mayor preocupación por el interior que por el exterior.
- Estancias en torno a patios.
- Dependencias yuxtapuestas con ordenación espacial.
- Fusión de la arquitectura con la naturaleza (fuentes y vegetación).
Estas características son aún más evidentes en el palacio de verano de El Generalife.
Orígenes de los Reinos Cristianos en la Península Ibérica
Epígrafe 4.1: La Península Ibérica en la Edad Media: Los Primeros Núcleos de Resistencia Cristiana (Siglos VIII-X)
Las zonas montañosas del norte (Cordillera Cantábrica y Pirineos) se mantuvieron libres de la dominación musulmana. Allí surgieron los primeros núcleos de resistencia cristiana: el asturiano, el de Pamplona-Navarra, el aragonés y el de los Condados Catalanes, poco poblados, con formas económicas primitivas y escasamente romanizados. Durante estos siglos, se limitaron a resistir o avanzar por zonas despobladas. El Reino de Asturias fue el pionero, seguido por el Reino de Pamplona.
Reino Astur-Leonés
Los nobles visigodos se refugiaron y organizaron el foco de resistencia más antiguo. Pelayo protagonizó la Batalla de Covadonga en el 722, estableciendo una frontera en tierra de nadie a orillas del río Duero. Se ampliaron los dominios (Galicia y País Vasco), consolidando la monarquía astur y colonizando el Valle del Duero. A comienzos del siglo X, el reino se denominó astur-leonés o Reino de León. Galicia y Castilla ganaron autonomía. Castilla, con Fernán González, avanzó hacia la independencia. Fue un siglo de crisis en la expansión cristiana al coincidir con el esplendor del califato.
Los Núcleos Cristianos del Pirineo
Pamplona, Aragón y los Condados Catalanes se debatieron entre la influencia del imperio carolingio y la presencia musulmana en el Valle del Ebro.
Reino de Pamplona
Pamplona se rebeló en el 799 contra el emirato de Córdoba y pasó a depender de los francos. La familia de los Arista expulsó a los francos. Con Sancho Garcés I (905-925) se inició la conquista de La Rioja y la unión con Navarra. Durante el reinado de Sancho III el Mayor (1000-1035), el reino se expandió ocupando Castilla, parte de León y la zona pirenaica. A su muerte, dividió el reino entre sus hijos: Fernando I (Castilla), Ramiro I (Aragón) y García (Navarra).
Reino de Aragón
Con capital en Jaca, osciló entre la influencia franca, musulmana y navarra.
Condados Catalanes
Formaban la Marca Hispánica organizada en condados cuyos condes nombraban los francos. El condado de Barcelona ocupó una posición hegemónica. Con el Conde Borrel II (954-992) se logró la independencia del poder franco.