Jovellanos y el Romanticismo: Contexto, Figuras Clave y Evolución en España

Jovellanos: Vida y Obra

Gaspar Melchor de Jovellanos nació en Gijón en 1744, en el seno de una familia noble, aunque no de gran riqueza. Recibió una educación esmerada que le inculcó una fuerte conciencia social, llevándole a cuestionar los privilegios de su clase. Inicialmente, se encaminó hacia la carrera sacerdotal, pero pronto la abandonó. Sus ideas reformistas lo llevaron a Madrid, un centro de la Ilustración bajo el reinado de Carlos III. Tras la muerte de este monarca, Jovellanos sufrió persecución. Confinado en Gijón, se dedicó a escribir y a promover ideas liberales y reformistas, lo que culminó en la creación del Instituto de Estudios Asturianos, precursor de la Institución Libre de Enseñanza.

Acusado injustamente de corrupción, fue desterrado al castillo de Bellver, donde se le prohibió leer y escribir. En 1808, durante la invasión napoleónica, fue liberado. A pesar de ello, se opuso a los franceses, intuyendo sus intenciones de socavar la independencia española. Murió a los 67 años en Vega, Asturias, amargado por la falta de reconocimiento en su país.

Obra de Jovellanos

Su obra es extensa y variada, incluyendo poesía (como su Epístola de Jovino) y teatro (El Pelayo). Sin embargo, destacó por sus ensayos, enmarcados en el espíritu ilustrado de la época. El tema central de sus ensayos es la problemática de España, lo que lo convierte en un precursor de los escritores del 98 y de las ideas regeneracionistas. Para Jovellanos, la reforma educativa era crucial para transformar la sociedad española, criticando su sometimiento a criterios eclesiásticos y tradicionalistas. Su defensa de la cultura como un bien accesible a todos lo posiciona como un defensor de la democracia y la Ilustración.

Su ensayo más conocido es el Informe sobre la Ley Agraria, donde aborda la necesidad de reformar la economía agraria, basándose en las teorías fisiocráticas francesas. Además de informes, escribió cartas (su Epistolario) y Diarios, donde relata sus viajes, su destierro y sus críticas a la intolerancia.

El Romanticismo en su Contexto Europeo

A principios del siglo XIX, una nueva sensibilidad, el Romanticismo, se extendió por Europa. Esta corriente representó una nueva forma de afrontar la vida, donde se valoraba el idealismo, la libertad, la imaginación y la individualidad, en contraposición a la razón del siglo XVIII.

En este contexto, la burguesía consolidó su poder económico, promoviendo un liberalismo que favorecía su prosperidad. Artistas y escritores respondieron a estas aspiraciones, buscando la libertad creativa y la originalidad. Surgió un interés por los nacionalismos y el folklore local.

El Romanticismo tuvo su origen en Alemania, con la obra Werther de Goethe, que influyó en toda una generación, reivindicando los sentimientos y la libertad. Este movimiento propuso un nuevo modelo de escritor y artista: el poeta maldito, desarraigado y bohemio, que renovó la literatura con nuevos valores como lo onírico, lo antiburgués y lo escabroso.

Tendencias y Etapas del Romanticismo en España

En Europa, el Romanticismo se manifestó en dos vertientes: la exaltada y la tradicionalista. La primera, con resonancias revolucionarias, representada por Lord Byron; y la segunda, con valores conservadores, como Walter Scott.

En España, el siglo XIX fue un periodo de inestabilidad, lo que retrasó la llegada del Romanticismo. Sin embargo, se pueden distinguir tres etapas:

  1. Prerromanticismo: Representado por neoclásicos como Cadalso (Noches lúgubres) o Meléndez Valdés, donde ya se aprecia la presencia del sentimiento.
  2. Apogeo Romántico: A partir de 1833, con el regreso de los exiliados y el surgimiento de figuras como Espronceda, Zorrilla o Larra.
  3. Romanticismo rezagado: Coincidiendo con la llegada del Realismo en Europa, en España se exaltaron los sentimientos y el individualismo, con la lírica intimista de Bécquer o Rosalía de Castro.

A diferencia de otros países europeos, el Romanticismo español se inclinó más hacia la línea intimista, sin una fuerte resonancia política, debido a la falta de acontecimientos decisivos que marcaran al país.