La Ciudad Preindustrial: El Casco Antiguo
El casco antiguo es la parte de la ciudad urbanizada desde su origen hasta el inicio de la industrialización a mediados del siglo XIX. Ocupa una pequeña superficie de la ciudad actual, pero tiene un gran valor, por el legado cultural que contiene.
Por su larga historia, el casco antiguo acumula elementos pertenecientes a diversas etapas, desde el nacimiento de la ciudad hasta la actualidad.
La Herencia de la Época Preindustrial
El casco antiguo suele presentar unas características comunes:
- Casi todas las ciudades estaban rodeadas de murallas. Su finalidad era defensiva, fiscal y sanitaria.
- El plano solía ser irregular, con calles estrechas y tortuosas, como se observa en muchas ciudades antiguas y medievales, musulmanas o cristianas. No obstante, hay ejemplos de planos radiocéntricos, lineales y en cuadrícula.
- La trama urbana era cerrada, aunque muchas viviendas tenían patios, corrales y huertos.
- Los usos del suelo eran diversos: con las viviendas se entremezclan talleres, comercios, almacenes y edificios públicos.
- Socialmente, en la ciudad coexistían diversos grupos. No obstante, existía cierta jerarquización: el centro era el lugar más destacado, donde se localizaban los principales edificios públicos y vivía la élite de la ciudad, que concentraba el poder político y religioso; los trabajadores vivían en la periferia, y las minorías étnicas y religiosas, en barrios aparte.
Las Transformaciones de la Época Industrial
La ciudad preindustrial sufrió notables modificaciones como resultado del proceso de industrialización, que tuvo lugar entre mediados del siglo XIX y la década de 1960.
Estas transformaciones pueden sintetizarse en reformas del plano, densificación de la trama, renovación y verticalización de la edificación, cambios en los usos del suelo y creciente segregación social.
- El plano experimentó reformas interiores y políticas de renovación, que afectaron a los sectores más valorados. En el resto, se inició un proceso de deterioro morfológico y social, que en algunos casos aún se mantiene.
- La trama se densificó en la época industrial para aprovechar más el espacio. En la edificación, algunos edificios eclesiásticos desamortizados se reutilizaron para otras funciones que exigían ubicaciones en el centro urbano. Otros edificios unifamiliares de una o dos plantas fueron sustituidos por viviendas colectivas.
- Los usos del suelo del casco antiguo experimentaron una progresiva terciarización. Desde el primer tercio del siglo XX, los edificios renovados instalaron actividades terciarias, que necesitaban accesibilidad y prestigio arquitectónico, y podían rentabilizar el alto precio del suelo.
- Socialmente, estas transformaciones acrecentaron la segregación social en el casco antiguo. Los grupos populares de bajos ingresos quedaron en los barrios degradados, mientras que en los barrios renovados se instalaron otros de mayor renta.
La Ciudad Industrial: Ensanches y Barrios
Entre mediados del siglo XIX y el primer tercio del XX, las ciudades que implantaron industrias modernas atrajeron a una numerosa población campesina y se extendieron fuera de las murallas preindustriales. En cambio, las ciudades medianas y pequeñas crecieron menos y la mayoría se mantuvo dentro de los límites anteriores.
La mayoría de las ciudades que rebasaron el casco antiguo derribaron las antiguas murallas, cuya función defensiva había quedado anulada por la mejora de la artillería. Su lugar fue ocupado por paseos de ronda o bulevares, que diferencian el casco antiguo de la nueva ciudad. En ella se crearon ensanches para los burgueses, barrios industriales y obreros, y barrios ajardinados.
La Periferia y las Recientes Transformaciones Urbanas
Los años posteriores a la Guerra Civil fueron de depresión económica y de escasa actividad constructiva, debido en parte a la escasez de materiales. Por eso, la transformación urbana fue poco significativa.
En cambio, desde mediados de la década de 1950, y sobre todo en la de 1960, las principales ciudades españolas iniciaron un enorme crecimiento. Sus causas fueron el incremento natural de la población y la inmigración campesina, atraída por el auge industrial y el progresivo desarrollo de los servicios, especialmente del turismo. Así, las ciudades ampliaron considerablemente el área edificada y crearon extensas periferias a lo largo de los principales ejes de transporte. Estas áreas urbanas llegaron a unirse a veces con los municipios vecinos, constituyendo aglomeraciones urbanas.
En la actualidad, las grandes ciudades tienen un ritmo de crecimiento menor, pero continúan extendiéndose en el espacio, debido a la difusión de parte de su población y de su actividad económica hacia periferias cada vez más alejadas. Surge así la llamada “ciudad difusa”, cuya manifestación principal es la formación de áreas periurbanas, de límites imprecisos, en las que se mezclan los usos del suelo y las formas de vida del campo y de la ciudad.
Las periferias urbanas se estructuran en diferentes áreas: barrios residenciales, áreas industriales y áreas de equipamiento.
Las Aglomeraciones Urbanas
Algunas ciudades han crecido hasta conectar con otros núcleos de población. Se crean así aglomeraciones urbanas, que pueden ser de diferentes tipos: áreas metropolitanas, conurbaciones, regiones urbanas y megalópolis. De ellas, las áreas metropolitanas son las que han tenido mayor desarrollo en España.
El Sistema Urbano Español
Las ciudades españolas se relacionan con su entorno y con otras ciudades, constituyendo sistemas o redes urbanas.
Hasta la década de 1980, el sistema urbano español era el heredado de la época industrial. A partir de entonces, ha experimentado importantes cambios, todavía sin consolidar, debido a la implantación del Estado autonómico, la integración en la Comunidad Europea y en el sistema económico mundial.
El Sistema de Ciudades y sus Cambios
El sistema urbano peninsular heredado de la etapa industrial se caracteriza por la localización en el centro de la mayor aglomeración urbana del país, Madrid, rodeada por ejes urbanos periféricos y por un interior poco urbanizado, sin ejes integrados.
- Madrid es el núcleo urbano principal de España. Se caracteriza por las funciones terciarias y mantiene relaciones con las principales ciudades españolas.
- Los ejes urbanos periféricos se disponen de forma semianular en torno a la capital.