Viviendas Romanas en Mérida: Tipos y Características

Tipos de Viviendas Romanas

La vivienda romana se clasificaba, fundamentalmente, en dos tipos:

1. Domus

La Domus era la casa señorial romana, propia de las familias acomodadas. Se organizaba en torno a dos patios: el atrium y el peristylum.

  • Atrium: Patio central con una abertura superior (compluvium) para la entrada de agua de lluvia y un estanque central (impluvium) que la recogía.
  • Peristylum (hortus): Patio con columnas y jardín en la parte posterior de la casa.
  • Tablinum: Habitación entre el atrio y el peristilo, usada como despacho por el padre de familia.
  • Otras habitaciones: triclinium (comedor), culina (cocina), cubiculum (dormitorio).

Generalmente, las domus estaban decoradas con pinturas al fresco en las paredes y mosaicos en el suelo. A los lados de la entrada podían existir locales para negocios abiertos al exterior (tabernae).

2. Insulae

Las Insulae eran casas de vecindad, casi siempre en alquiler, destinadas a los menos ricos. Eran edificios de varios pisos, construidos rápidamente y con materiales baratos, por lo que no ofrecían demasiadas garantías de seguridad, sufriendo con frecuencia derrumbes o incendios.

  • Multitud de ventanas al exterior.
  • Habitaciones multiuso.
  • Sin agua corriente ni alcantarillado (servicios comunitarios en la planta baja).

Es probable que este tipo de vivienda solo se diera en las ciudades más grandes y populosas de la antigüedad, donde la falta de espacio era acuciante. En pueblos y ciudades pequeñas, la mayor parte de la población vivía en casas más o menos lujosas, según sus posibilidades.

3. Villae

Las Villae eran casas de campo para explotaciones agrícolas o recreo de los señores, con graneros, talleres y otras dependencias. Tuvieron gran importancia en las provincias.

Restos de Viviendas Romanas en Mérida

La mayor parte de los datos que poseemos sobre las viviendas romanas en Mérida se fechan desde finales del siglo II d.C. en adelante. Abundan los restos menores, repartidos por toda la ciudad antigua, que parecen ser viviendas modestas. Destacan por su amplitud o por la importancia de los hallazgos:

1. Casa del Mitreo

De finales del siglo I d.C., es una magnífica domus señorial con dependencias organizadas simétricamente a partir de tres peristilos. Se llama así por su cercanía a restos del culto a Mitra. Predominan los espacios abiertos. Las estancias más íntimas, como dormitorios, salas de estar o comedor, se disponen en torno a un jardín o viridarium, con fuentes, y en relación a otro patio porticado con estanque central.

Destaca el Mosaico Cosmológico, de gran calidad y colorido, con temas alegóricos de la naturaleza. Las decoraciones pictóricas más sobresalientes, del ciclo báquico, se encuentran en el Museo Nacional de Arte Romano. También hay habitaciones subterráneas y un conjunto termal.

2. Casa del Anfiteatro

Construida en torno al siglo III d.C. y fuera de las murallas, se cree que el conjunto arqueológico comprende dos casas: la Casa del Anfiteatro y la Casa de la Torre del Agua. Su estructura responde al esquema tradicional de casa con peristilo. Destaca la sala de estar, con un pavimento que representa a Venus y Cupido y escenas de vendimia, y la habitación del mosaico de los Peces, un posible comedor lujoso. En el sector norte están los restos de la cocina y los baños con hypocaustum. Se ha documentado un mausoleo próximo a las casas.

3. Casa-basílica (o Casa del Teatro)

Domus bajo-imperial (siglo IV), llamada así por la forma absidal de una de sus habitaciones, que conserva pinturas interesantes. Situada detrás del proscenio del teatro, aprovecha materiales y parte de un muro de este. También tiene esquema de peristilo, con pasillos pavimentados de mosaico. Destacan dos habitaciones absidales decoradas con frescos de figuras humanas. Hay restos que podrían ser de un hypocaustum.

4. Casa de los Mármoles

En el conjunto de Morerías, esta domus ocupa una manzana completa. Tiene gran aparato ornamental, con habitaciones que miran a un corredor rectangular central que gira en torno a un patio pavimentado con losetas de mármol blanco y pizarra. Tiene estancias absidales, cubicula y termas.

La Villa Romana

Es la casa de campo romana, similar a las antiguas haciendas del sur de España. Se dividía en una zona para trabajadores, aperos, animales y productos, y otra (señorío) para los dueños. La villa rústica solía tener corrales, estanque, habitaciones y barracones. La villa urbana se situaba en un lugar pintoresco y se construía con lujo para las visitas del señor. A partir del siglo IV, se acondiciona para un uso constante, con comodidades como calefacción, triclinios, baños completos, piscina y pórticos, todo adornado con lujo.

Algunos distinguen la villa suburbana, con características de la urbana, pero sin campos de labranza y cercana a las ciudades. Las villas romanas extremeñas tienen características comunes: origen tardío, explotación agrícola perenne con residencia del señor y perduración en el tiempo tras las invasiones bárbaras. Destacan las villas de “Las Tiendas”, “Torreáguila”, “Pesquero” (cercanas a Mérida), “La Majona”, “El Pomar” y “La Cocosa” (cerca de Badajoz).

Características de la Épica Latina

Se distinguen dos tipos de poesía épica:

  • Épica heroica o narración épica primitiva: Poesía narrativa oral, dirigida a una audiencia popular, compuesta por recitadores profesionales y con carácter de improvisación. Celebraba las hazañas de los guerreros, ofreciendo ideas y sentimientos comunes a una colectividad, encarnados en una figura modelo: el héroe. Ejemplos: el Ramayana y el Mahabharata indios; la Ilíada y la Odisea griegas; el Gilgamés asirio-babilónico.
  • Poema épico de carácter culto: Poesía narrativa escrita, dirigida a una audiencia culta, compuesta por un solo autor y producto de un trabajo elaborado sin improvisación. Ejemplo: la Eneida de Virgilio.

La poesía épica latina es una épica culta con tres tendencias: poemas épicos que siguen la poesía griega épica primitiva; epilios o poemas épicos breves sobre temas mitológicos (modelo alejandrino); y poemas épicos de tema latino. Sus orígenes escritos se remontan al siglo III a.C. Existen testimonios indirectos de artistas que recitaban hazañas de héroes y de pueri (esclavos jóvenes) que cantaban hazañas de antepasados en banquetes (carmina convivalia), pero no se conserva nada anterior al siglo III a.C.

Las primeras manifestaciones literarias (siglo III a.C.) corresponden a Livio Andrónico, quien tradujo la Odisea al latín en versos saturnios. Autores significativos fueron Nevio y Ennio, autor de un poema épico considerado epopeya nacional de los romanos hasta la Eneida. De época ciceroniana, se conservan versos sueltos de una epopeya de Furio Bibáculo y dos poemas épicos de P. Terencio Varrón. Valerio Catulo introdujo la pequeña epopeya de corte alejandrino.