Felipe V (1700-1746): El Inicio de la Dinastía Borbónica en España
El reinado de Felipe V, nacido Felipe de Anjou, marcó el comienzo de la dinastía borbónica en España. Su ascenso al trono generó tensiones internacionales, ya que las potencias europeas temían el aumento de la influencia francesa. El descontento del archiduque Carlos de Austria llevó a la creación de la Gran Alianza de La Haya en 1701, compuesta por Holanda, Austria y otros estados, con el objetivo de deponer a Felipe V y coronar al archiduque.
Aunque Felipe V logró algunos triunfos iniciales, su situación se complicó cuando los territorios de la Corona de Aragón decidieron proclamar rey al archiduque. En 1704, una escuadra anglo-holandesa se apoderó del Peñón de Gibraltar, y el archiduque estableció su corte en Barcelona, desde donde dirigió campañas hacia Castilla.
Un punto de inflexión fue la Batalla de Almansa en 1707, una victoria decisiva para Felipe V que le permitió recuperar Valencia. Tras la batalla, Felipe V promulgó un decreto aboliendo los fueros de Valencia y Aragón.
Los Tratados de Utrecht (1713) y Rastadt (1714) pusieron fin a la Guerra de Sucesión Española. Felipe V fue reconocido como rey, pero España perdió importantes dominios como Milán, Nápoles, los Países Bajos, Gibraltar y Menorca.
Los Decretos de Nueva Planta y la Centralización del Poder
Los Decretos de Nueva Planta fueron una consecuencia directa de la Guerra de Sucesión. Felipe V aprovechó la adhesión de los territorios de la Corona de Aragón a la causa del archiduque para abolir sus fueros (legislación propia y sistema político de gobierno) en 1707, 1715 y 1716, centralizando el poder en la monarquía.
Política Exterior y los Pactos de Familia
Felipe V tuvo dos matrimonios. De su primer matrimonio nacieron Luis I y Fernando VI. Tras enviudar, se casó con Isabel de Farnesio, una mujer ambiciosa que buscó asegurar territorios italianos para sus hijos.
La política exterior de Felipe V estuvo marcada por los Pactos de Familia con Francia. En 1733, durante la Guerra de Sucesión Polaca, España y Francia se aliaron contra Austria, firmando el Primer Pacto de Familia. Como resultado, el infante Carlos (futuro Carlos III) se convirtió en rey de Sicilia y Nápoles.
En 1740, estalló la Guerra de Sucesión Austriaca. España y Francia firmaron el Segundo Pacto de Familia en 1743, y el infante Felipe fue reconocido como duque de Parma tras la guerra.
Fernando VI (1746-1759): Un Reinado de Paz y Reformas Internas
El reinado de Fernando VI se caracterizó por la paz exterior y las reformas internas, en gran parte gracias a la labor de su ministro, el marqués de la Ensenada.
En 1749, se realizó el Catastro de Ensenada, un ambicioso proyecto para registrar la riqueza de cada contribuyente y mejorar la eficiencia fiscal.
En 1753, se firmó el Concordato con Roma, que otorgaba a la Corona española el derecho de nombrar a los principales cargos eclesiásticos en España.
Durante la Guerra de los Siete Años (1756-1763) entre Francia y Gran Bretaña, España se mantuvo neutral.
Fernando VI y su esposa, Bárbara de Braganza, no tuvieron hijos. La muerte de la reina en 1758 afectó profundamente al rey, quien falleció unos meses después.
Carlos III (1759-1788): El Despotismo Ilustrado en España
El reinado de Carlos III es considerado un ejemplo de despotismo ilustrado, una forma de gobierno que combinaba el absolutismo monárquico con las ideas de la Ilustración.
Política Exterior: Entre Guerras y Alianzas
Al inicio de su reinado, la Guerra de los Siete Años seguía en curso. Carlos III decidió intervenir firmando el Tercer Pacto de Familia con Francia en 1761, buscando recuperar Gibraltar y Menorca. Sin embargo, la Paz de París (1763) fue favorable a Gran Bretaña. España cedió Florida a Gran Bretaña, mientras que Francia cedió Canadá y sus posesiones en la India.
En 1776, estalló la Guerra de Independencia de las Trece Colonias norteamericanas contra Gran Bretaña. España apoyó a los colonos y, tras la Paz de Versalles (1783), recuperó Florida y Menorca.
Política Interior: Reformas y el Motín de Esquilache
La política interior de Carlos III se caracterizó por las reformas impulsadas por sus ministros: Esquilache, Aranda y Floridablanca.
El Motín de Esquilache (1766) fue una revuelta popular en Madrid contra las reformas urbanísticas y de vestimenta impuestas por el ministro Esquilache. El motín provocó la destitución de Esquilache y la expulsión de los jesuitas en 1767, acusados de instigar la revuelta.
El conde de Aranda impulsó la repoblación de territorios despoblados.
El conde de Floridablanca, quien dirigió la política española desde 1776 hasta el final del reinado, emitió deuda pública y creó el Banco de San Carlos en 1782.
Se amplió la libertad de comercio con América y se promovieron las Sociedades Económicas de Amigos del País, que fomentaban el desarrollo económico y las reformas en la agricultura.
Sociedad y Economía en el Siglo XVIII
El siglo XVIII fue un período de crecimiento demográfico en España. Sin embargo, la estructura de la propiedad de la tierra, dominada por la nobleza y la Iglesia, se mantuvo sin cambios significativos. Se mantuvo el mayorazgo, que concentraba la herencia en el primogénito.
Los monarcas crearon las manufacturas reales, donde el Estado actuaba como empresario.
En América, la población blanca, formada por españoles peninsulares y criollos, ocupaba los altos cargos de la administración y poseía un gran poder económico. Se establecieron medidas para liberalizar el comercio, como los decretos de libertad de comercio de 1765 y 1778, y se crearon nuevas universidades.
La Ilustración y el Despotismo Ilustrado
El siglo XVIII es el siglo de la Ilustración, un movimiento intelectual que promovía la razón, la ciencia y el progreso. En el ámbito político, la Ilustración dio lugar al despotismo ilustrado, una forma de gobierno que buscaba realizar reformas para mejorar la vida del pueblo, pero sin su participación política, bajo el lema “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”.
Carlos IV (1788-1808): El Declive y la Crisis del Antiguo Régimen
El reinado de Carlos IV estuvo marcado por la Revolución Francesa y la creciente influencia de Manuel Godoy, el favorito de la reina María Luisa de Parma.
Tras el estallido de la Revolución Francesa en 1789, España se unió a la coalición contra Francia. Sin embargo, tras ser derrotada, España firmó la Paz de Basilea (1795), cediendo a Francia la parte oriental de la isla de Santo Domingo.
Godoy dio un giro a la política exterior española y se alió con Francia. En 1801, España declaró la guerra a Portugal en la Guerra de las Naranjas, que finalizó con el triunfo español.
Napoleón Bonaparte, buscando aislar a Inglaterra, impuso el bloqueo continental en 1806, prohibiendo el comercio con Inglaterra en Europa. Para asegurar el cumplimiento del bloqueo en Portugal, Napoleón firmó con España el Tratado de Fontainebleau (1807), que permitía a las tropas francesas atravesar España camino de Portugal.
En 1808, el Motín de Aranjuez provocó la caída de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo, Fernando VII.