El Reinado de Alfonso XII y el Establecimiento del Sistema Canovista (1875-1931)

El Reinado de Alfonso XII: La Restauración Borbónica y el Sistema Canovista (1875-1931)

Alfonso XII, hijo de Isabel II y Francisco de Asís, reinó España desde 1875 hasta 1885. En 1870, su madre abdicó en él desde el exilio. La Restauración borbónica es el período de la historia española que abarca, en sentido amplio, desde 1875 hasta 1931. La historiografía señala dos etapas diferenciadas:

  • Una primera hasta 1902 (mayoría de edad de Alfonso XIII) en la cual el sistema canovista funcionó con normalidad, posibilitando la alternancia de partidos en el Gobierno.
  • Una segunda etapa en la que el sistema entró en crisis por el surgimiento y desarrollo de fuerzas y movimientos sociales: nacionalismos periféricos, movimiento obrero, crisis colonial e inestabilidad política.

Para llevar a cabo la Restauración había dos propuestas:

  • La de Cánovas del Castillo, líder del partido Alfonsino, que hizo firmar al futuro rey el Manifiesto de Sandhurst el 1 de diciembre de 1874, con el que pretendía una restauración sin intervención del ejército.
  • La del general Martínez Campos que se adelantó pronunciándose el 29 de diciembre de 1874.

El Sistema Canovista

Cánovas del Castillo comenzó su trayectoria pública en las filas de los puritanos, ala izquierda de los moderados. Colaboró con O’Donnell en la “Vicalvarada” y durante el bienio progresista militó en el partido Unión Liberal. Durante el Sexenio democrático lideró a los moderados que apoyaban el regreso de los Borbones. Se atrajo a las élites económicas y sociales, a la Iglesia y a los políticos liberales desencantados o temerosos ante la evolución del Sexenio. Su principal mérito fue dotar a la monarquía de un sistema liberal y autoritario que permitía la alternancia pacífica en el gobierno de dos fuerzas políticas liberales y moderadas que no se marginaban entre sí ni recurrían al ejército o a la insurrección popular para desalojarse del poder. Los partidos antimonárquicos, antiliberales y antinacionales quedaron excluidos al igual que las masas populares.

Las características del régimen de la Restauración ideado por él son las siguientes:

  • Resurgir político de la monarquía.
  • Consolidación de la estructura capitalista fruto del desarrollo industrial y de la política proteccionista.
  • Afianzamiento de la burguesía conservadora a través de la oligarquía y el caciquismo.
  • Fin de la preeminencia de los militares que quedaron al margen de la actividad política.
  • Prolongado periodo de paz y de estabilidad política.
  • Regionalismo y nacionalismo: elementos perturbadores del momento.
  • España ocupó un segundo plano en la política exterior.

El sistema ideado por Cánovas se concreta en la teoría de los cuatro pilares:

  1. El rey: encarna el principio de autoridad. Es una institución incuestionable.
  2. Las Cortes: representan la libertad y forman junto con la monarquía la columna vertebral de la nación. Deben ser bicamerales: el Congreso electivo por sufragio censatario y el Senado formado por senadores nombrados por el Rey con carácter vitalicio y otros elegidos entre los mayores contribuyentes.
  3. Constitución escrita: para que ofrezca permanencia su redacción será flexible, así podrá recibir diversas interpretaciones cuando se produjese el relevo en el ejercicio del poder. El historiador Sánchez Agesta calificó la Constitución de 1876 como un cheque en blanco que los partidos podían llenar a su antojo.
  4. Dos partidos políticos, al estilo del parlamentarismo inglés del que Cánovas era un ferviente admirador. Estos partidos deberían aceptar las reglas del juego y alternarse en el gobierno.
  • El partido Liberal Conservador liderado por Cánovas y a partir de 1897 por Francisco Silvela. Contaba con los apoyos de la clase alta, alto clero, moderados y unionistas.
  • El partido Liberal liderado por Sagasta hasta 1903 formado por políticos demócratas y progresistas contó con el apoyo de las clases medias.

El instrumento para hacer efectivo el turno de partidos era el falseamiento del proceso electoral basado en el reparto previo de las circunscripciones (encasillado), el fraude electoral y el caciquismo.

La Restauración era pues un sistema político oligárquico en el que los resultados electorales no obedecían a la voluntad popular.

Para conseguir la estabilidad política propuso:

  • La pacificación de España: puso fin a la Tercera Guerra Carlista (1876) y suprimió los fueros vasco-navarros.
  • Fin de la Guerra colonial en Cuba. En 1878 se firmó la Paz de Zanjón en la que el gobierno se comprometía a abolir la esclavitud y a dar autonomía a Cuba.
  • El alejamiento del ejército de la vida pública limitando su actuación a las funciones profesionales.
  • La elaboración de un nuevo ordenamiento jurídico-político: La Constitución de 1876.

La Constitución de 1876

De carácter integrador, sin propuestas excluyentes, por lo que ha sido la más duradera de la historia de España. Estuvo vigente hasta 1923. De su contenido destaca:

  • Principios fundamentales: amplias prerrogativas de la monarquía. Soberanía compartida entre el Rey y las Cortes. Modelo centralista del estado. Catolicismo como religión oficial del Estado. Tolerancia religiosa. Declaración de derechos individuales (propiedad, libertad de expresión…).
  • Reparto de poderes: no hay división clara. El Rey tenía poder hegemónico sobre el parlamento, potestad ejecutiva y legislativa.
  • Bicameralismo: Congreso (elegido por sufragio censatario y a partir de 1890 por sufragio general masculino) y Senado (senadores electos y otros de designación real).
  • Centralismo: al quedar bajo el control del Gobierno ayuntamientos y diputaciones y al ser suprimidos los fueros vascos.

La ley electoral, de asociación y de imprenta no se incluyeron en la Constitución sino que se desarrollaron posteriormente mediante leyes orgánicas, respondiendo a la inclinación ideológica de los gobiernos.