Ortografía, Fonética y Fonología del Español: Claves para su Dominio

La ortografía no es una parte de la gramática; la lengua escrita y la lengua oral son dos manifestaciones diferentes del mismo código lingüístico. El dominio de la expresión escrita es indispensable, pues revela muchos aspectos de la personalidad del usuario.

Ortografía

A diferencia de otras lenguas como el inglés o el francés, cuyas ortografías han evolucionado muy poco en relación con los cambios experimentados por sus sistemas fonológicos, el español presenta un alto grado de adecuación entre unidades fónicas y gráficas. Esto se debe, por un lado, a la relativa simplicidad de nuestro sistema fonológico en comparación con el de otras lenguas y, por otro, a la realización de sucesivas reformas ortográficas parciales.

El español presenta un sistema gráfico con veintisiete grafemas y cinco dígrafos para representar veinticuatro unidades fonológicas. Hay ciertos fonemas que pueden aparecer gráficamente representados de varias maneras.

El sistema de reglas de acentuación no tiene como función indicar si una secuencia vocálica se articula en una sola sílaba o en sílabas distintas. La función de la tilde es indicar cuál es la sílaba tónica de la palabra. Las palabras que contienen un hiato formado por una vocal cerrada tónica seguida por una vocal abierta llevan siempre tilde en la vocal cerrada.

Fernando Vilches dice en su artículo que el lenguaje de los móviles ha provocado una revolución en el idioma de la que se está derivando un cambio en el proceso de alfabetización de los más jóvenes (a partir de los 12 años), ya que éstos son los que más utilizan este servicio. Veamos algunos aspectos de esta «Neografía»:

  • Eliminación de los grafemas vocálicos, de la letra «h» y del primer signo de interrogación y de exclamación: ola!, qdms?
  • Supresión de acentos (el inglés carece de ellos) y de la letra «ñ».
  • Ausencia llamativa de signos de puntuación.
  • Uso reiterado del signo de admiración para dar un marcado carácter exclamativo al mensaje.

En los mensajes SMS se produce una sugerente combinación entre los rasgos escritos (el texto) y las modalidades entonativa y gestual.

Fonética y Fonología

Tanto la fonética como la fonología tienen como objeto de estudio los sonidos de una lengua. La fonética estudia el inventario de los sonidos de una lengua con arreglo a las diferencias perceptibles. La fonología estudia los elementos fónicos, o unidades, de una lengua desde el punto de vista de su función. Los fonemas son las unidades fonológicas más pequeñas en que se puede dividir un conjunto fónico; su característica principal es la capacidad para diferenciar significados.

El sistema fonológico español cuenta con veinticuatro fonemas. No todos existen en todas las variedades lingüísticas. Algunos de ellos se dan en el habla en determinadas zonas o hablantes, por lo que puede decirse que en el sistema fonológico del español actual coexisten varios subsistemas, cada uno de los cuales está formado por un número de fonemas diferentes.

Juana Gil dice que ni la fonología ni la fonética son campos que cuentan con grandes adeptos en España. Es cierto que la lingüística en general es una estructura ya de por sí minoritaria que tampoco atrae en la actualidad. Los estudios sobre la fonética en los últimos años en España han reportado datos valiosos y un mejor conocimiento del nivel fónico de la lengua. En cambio, no existe, hoy por hoy, una investigación sobre los estudios fonológicos.

Desde este punto de vista, la estructura fonológica no se entiende como algo gobernado por principios exclusivos del lenguaje, sino como algo natural. Este enfoque no está implantado en nuestro país, pero tiene muchas posibilidades de cambiar pronto.

Tomás Navarro comienza por la explicación puramente física de la articulación del sonido: los pulmones intervienen en la espiración y la inspiración, el aire sale por los bronquios y la tráquea. Este aire va por la laringe, la faringe y la boca, y por medio de la glotis (cuerdas vocales) es modificado. Finalmente, es expulsado por la cavidad bucal, produciéndose un acto de fonación mediante el control de todos estos órganos para producir sonidos según su naturaleza:

  • Modo de articulación. Las vocales pueden ser: altas, medias y bajas. Las consonantes: africadas, líquidas, nasales, fricativas y oclusivas.
  • Lugar de articulación. Las vocales pueden ser: anteriores, posteriores y centrales. Las consonantes pueden ser: bilabiales, interdentales, alveolares, dentales…
  • Articulaciones sordas y sonoras. Dependiendo de si vibran o no las cuerdas vocales al emitir el sonido.
  • Bucales y nasales. Dependiendo de la cavidad nasal (abertura o cierre) y de la posición de la cavidad bucal (abertura o cierre).

La Entonación y el Acento

La lengua es un conjunto de signos, y el signo es la asociación de un significante con un significado. Cuando hablamos, nuestra voz recorre distintos tonos, pero siempre alrededor de una nota central que llamamos nuestro tono medio. Cada una de las sílabas tiene su tono, y el conjunto de los tonos de las sílabas de un grupo fónico se llama entonación. Ahora bien, hay que distinguir entre la entonación y las formas de entonación que la lengua tiene. En el primer caso, la entonación es un matiz expresivo; en el segundo, un significante. En este último sentido, la entonación marca el principio y el final de una frase, así como la diferente actitud mental del hablante ante el contenido de esta.

Joaquim Llisterri dice que en la tradición fonética española ha sido fundamental definir la intensidad como el parámetro acústico que mantiene una relación más estrecha con el acento. Si bien el acento ha sido objeto de diversos estudios, ha adquirido una gran relevancia en la investigación fonética y fonológica. Tal vez no sea exagerado afirmar que la descripción más completa de la entonación del español peninsular es la que en 1944 publicara Navarro Tomás. Una novedad en los estudios sobre la entonación ha sido la aplicación de modelos que se habían desarrollado en otras lenguas, permitiendo, de este modo, contrastar los fenómenos específicos de nuestra lengua con los que representan tendencias generales. Al hablar, nuestro tono de voz no es constante, cambia con subidas y bajadas para expresar información, porque no es lo mismo enunciar, preguntar y exclamar. Lo que en la lengua escrita se expresa por medio de signos gráficos auxiliares, en la lengua oral se expresa con el cambio de tono. Desde este momento, entramos en las llamadas unidades suprasegmentales.