Contexto Histórico y Naturaleza del Documento
El presente documento recoge una selección de artículos de los estatutos del centro recreativo Euskeldun Batzokija, fundado en Bilbao en 1894. Se incluyen apartados pertenecientes al capítulo I (Objetivo y carácter) y II (Doctrina política). Por su origen, constituye una fuente primaria y directa para conocer la ideología originaria del nacionalismo vasco. En cuanto a su forma, se trata de un texto jurídico-administrativo, al ser los estatutos de una asociación. Y, por su contenido, es un texto político.
Aunque el documento no está firmado, declaraciones posteriores de Luis Arana revelan que fue su hermano, Sabino Arana, quien lo redactó. Los estatutos se publicaron en la revista *Bizkaitarra*, una publicación impulsada por Sabino Arana en 1893, dirigida a los vizcaínos, con el objetivo de despertar en ellos una conciencia nacional vasca.
Este texto data del 24 de mayo de 1894, durante el periodo histórico conocido como la Restauración, bajo la regencia de Mª Cristina de Habsburgo (viuda de Alfonso XII). El destinatario es la población de Bizkaia, especialmente aquella que comparte los ideales expresados en los estatutos. Su propósito es dar cobertura legal a la primera asociación de carácter nacionalista en Bizkaia.
Conceptos Clave
Para una mejor comprensión del texto, se definen los siguientes términos:
- Fueros: Derechos fiscales, económicos y militares de las Provincias Vascongadas que fueron derogados por Cánovas del Castillo durante la Restauración mediante la Ley del 21 de julio de 1876.
- Euskeria: Término creado por Sabino Arana para referirse a la Patria Vasca, la actual Euskal Herria, integrada por las siete provincias: Gipuzkoa, Bizkaia, Araba, Nafarroa, Lapurdi, Zuberoa y Behe-Nafarroa.
Ideas Principales de los Estatutos
Se pueden identificar tres ideas fundamentales en los artículos de este texto:
- La fundación de un centro recreativo en Bilbao para los vizcaínos con el nombre de Euskeldun Batzokija (art. 1), que dependerá de la Asociación Bizkai-Batzar, cuyos estatutos redactará Sabino Arana (art. 2).
- El lema que resume la doctrina política de este centro: JaunGoikua eta Lagizarra (art. 1), y su explicación:
- JaunGoikoa: Bizkaia se constituye como territorio confesional católico (art. 3).
- LagiZarra: Bizkaia se reconstituirá con familias de raza y lengua vasca, rigiéndose por sus fueros tradicionales y con el euskera como lengua oficial (art. 4).
- Eta: En Bizkaia, habrá un equilibrio entre religión y estado (art. 5), estableciéndose, sin embargo, una separación entre ambos (art. 6), pero subordinando el estado a la religión (art. 7).
- La futura federación de Bizkaia con los otros seis territorios que comparten raza, lengua, religión y costumbres, en una entidad superior: Euskelerria o Euskeria (art. 8).
El Surgimiento del Nacionalismo Vasco
El nacionalismo vasco surge como reacción de la sociedad tradicional frente al nuevo Estado liberal creado en España a lo largo del siglo XIX. Tres causas fundamentales explican sus orígenes:
- El resurgimiento del foralismo: La abolición de los fueros en 1876 provocó una reacción en defensa de las instituciones suprimidas. Aunque en 1878 se aprobaron los Conciertos Económicos, que permitían una autonomía fiscal, en Bizkaia surgió un movimiento en defensa de los derechos forales.
- La defensa del euskera y la cultura vasca: Los intelectuales vascos se opusieron a la política cultural uniformista practicada por el liberalismo.
- El rechazo a las transformaciones sociales: La acelerada industrialización de Bizkaia trajo consigo la llegada de numerosos inmigrantes procedentes de otras zonas de España (denominados “maketos”) con su idioma y costumbres a la zona minera e industrial de Bilbao. Esta “invasión” española se percibía como una amenaza a la identidad de Bizkaia (etnia, euskera y tradiciones) y como la causante de los males de la sociedad tradicional, sustentada en la vida rural, el catolicismo y las señas de identidad vascas.
El campesinado católico y fuerista, desencantado por la derrota carlista, y principalmente la mediana y pequeña burguesía bilbaína fueron los principales receptores del nacionalismo.
Sabino Arana y la Consolidación del Nacionalismo
El gran propulsor del nacionalismo vasco fue Sabino de Arana-Goiri (1865-1903), de familia burguesa profundamente católica y carlista. Su concepto de nación, muy tradicionalista, lo formuló en el lema “Jaungoikoa eta Lagizarra” (Dios y Ley antigua).
- En el plano religioso (Jaungoikoa), entendía que la religión católica era inherente al alma vasca y proclamaba la subordinación de lo civil a lo religioso.
- En el plano político (Lagizarra), consideraba que para un pueblo diferente –de raza, leyes, costumbres y, sobre todo, lengua distinta– recuperar los fueros totales era volver a la libertad originaria. Impulsó la lengua y costumbres vascas y defendió la pureza racial del pueblo vasco. Arana popularizó un nuevo nombre para su patria, Euzkadi, y una bandera propia para Bizkaia, la ikurriña, adoptada luego como bandera del PNV y más tarde como bandera de Euzkadi en 1936.
En 1892, publicó “Bizcaya por su independencia”, una recopilación de artículos en los que denunciaba la situación de opresión de Bizkaia y abogaba por su independencia.
En 1893, reunió a un grupo de amigos en el caserío Larrazabal (Discurso de Larrazabal), a quienes presentó su ideario nacionalista resumido en el lema Jaungoikoa eta Lege Zarra, anunciándoles la constitución de una asociación nacionalista cuyos estatutos ya había redactado.
El 14 de julio de 1894, fundó el primer centro nacionalista, “Euskeldun Batzokija“, en la calle Correo de Bilbao, izándose por primera vez la ikurriña, diseñada por Sabino y Luis Arana. Al día siguiente, sus miembros aprobaron en Junta General sus estatutos (los que estamos comentando) y eligieron como presidente a Sabino Arana. Fue suspendido por el Gobierno Civil en septiembre de 1895.
El 31 de julio de 1895, se fundó, de forma clandestina, el Partido Nacionalista Vasco (Euzko Alderdi Jeltzalea), para vizcaínos, con la finalidad de restaurar los fueros tradicionales. La represión gubernamental no se hizo esperar. Arana permaneció en la cárcel desde septiembre de 1895 hasta enero de 1896.
A raíz de salir elegido diputado provincial en 1898, la posición política de Arana se moderó al aceptar que la autonomía debía alcanzarse desde la legalidad y dentro de la unidad del Estado español. Esto facilitó la entrada en el partido a sectores de la alta burguesía industrial vasca, que veían en el nacionalismo un posible aliado ante el incremento del movimiento obrero. La muerte prematura de Arana en 1903 marcó la evolución del nacionalismo posterior.
Evolución del Partido Nacionalista Vasco
Desde la muerte de Arana, convivían dos tendencias dentro del partido:
- El nacionalismo autonomista, industrial y urbano de Ramón de la Sota, apoyado por la alta burguesía moderna e industrial. Su revista era *Euskalduna*. Controlaban el partido, que en 1916 adoptó el nombre de Comunión Nacionalista Vasca (CNV).
- El nacionalismo independentista, etnicista y ruralista de Luis Arana, apoyado por la alta burguesía bilbaína tradicionalista. Su revista era *Aberri*. En 1921 fueron expulsados de Comunión Nacionalista Vasca y fundaron un partido que retomó el nombre de Partido Nacionalista Vasco (PNV).
El nacionalismo vasco se reunificó en la Asamblea de Bergara de noviembre de 1930 bajo la primera denominación de Partido Nacionalista Vasco (PNV).
Ese mismo año, en diciembre de 1930, se produjo una escisión con los elementos más liberales del partido, que fundaron un nuevo partido, aconfesional y republicano: Acción Nacionalista Vasca (ANV).
Crecimiento e Influencia del PNV
El Partido Nacionalista Vasco incrementó su presencia electoral y su influencia en la sociedad vasca. En 1911, creó un sindicato nacionalista y católico, Solidaridad de Obreros Vascos (actual ELA-STV), para apartar a los obreros vascos del sindicato socialista.
A partir de 1917, el nacionalismo vasco empezó a tener una representación parlamentaria notable, obteniendo en las elecciones 6 de los 7 escaños de Bizkaia. Su principal rival en la defensa vasca fue el carlismo, que también reclamaba la vuelta de los fueros, y que en Navarra tenía mucha fuerza.