El Nacimiento y Expansión del Islam
El islam nació en el siglo VII en la península arábiga, cuando Mahoma, un comerciante de La Meca, comenzó a predicar una nueva religión monoteísta basada en la sumisión a Alá. Sus enseñanzas, recogidas en el Corán, encontraron oposición en su ciudad natal, por lo que en el 622 Mahoma y sus seguidores emigraron a Medina (Hégira), marcando el inicio del calendario islámico. Tras su muerte en 632, el islam se expandió rápidamente bajo el liderazgo de los califas bien guiados y, posteriormente, de la dinastía Omeya, conquistando vastos territorios desde la India hasta la península ibérica.
La Conquista Musulmana de la Península Ibérica
En el 711, los musulmanes cruzaron el estrecho de Gibraltar y, bajo el mando de Tariq ibn Ziyad, derrotaron al rey visigodo Rodrigo en la batalla de Guadalete. En pocos años, la mayor parte de la península quedó bajo control musulmán, estableciendo Al-Ándalus como provincia del Califato Omeya de Damasco (Emirato dependiente, 711-756).
El Emirato Independiente de Córdoba (756-929)
En el 756, Abd al-Rahmán I, último superviviente de los Omeyas tras la masacre de su familia en Damasco, llegó a Al-Ándalus y se proclamó emir independiente de Córdoba (Emirato independiente, 756-929), aunque sin romper lazos religiosos con el califato abasí de Bagdad. Su dinastía consolidó el poder musulmán en la península.
El Califato de Córdoba (929-1031)
En el 929, Abd al-Rahmán III se proclamó califa, estableciendo el Califato de Córdoba (929-1031), la etapa de mayor esplendor político, cultural y económico de Al-Ándalus. Sin embargo, las luchas internas llevaron a su desintegración en 1031, dando paso a los Reinos de Taifas.
Almorávides, Almohades y el Reino Nazarí de Granada
Durante los siglos XI y XII, las invasiones de los almorávides y almohades intentaron reunificar Al-Ándalus frente al avance cristiano. Sin embargo, tras la derrota almohade en Las Navas de Tolosa (1212), la presencia musulmana se redujo al Reino Nazarí de Granada, último bastión islámico en la península.
El Fin de Al-Ándalus
Finalmente, en 1492, los Reyes Católicos conquistaron Granada, poniendo fin a casi ocho siglos de dominio musulmán en la península ibérica.
La Mezquita de Córdoba y el Arte Califal
El arte califal en Al-Ándalus tuvo su máximo exponente en la Mezquita de Córdoba, un edificio emblemático construido entre los siglos VIII y X durante el Emirato y el Califato Omeya. Fue iniciada por Abd al-Rahmán I en el 785 sobre la basílica visigoda de San Vicente, marcando el inicio de la arquitectura islámica en la península. Su construcción pasó por varias fases:
- Abd al-Rahmán I (785-788): Se levantó la primera mezquita con once naves perpendiculares al muro de la quibla, con un innovador sistema de arcos de herradura superpuestos que algunos historiadores relacionan con el acueducto de los Milagros de Mérida.
- Abd al-Rahmán II (833-852): Se amplió la sala de oración hacia el sur.
- Al-Hakam II (961-966): Añadió la maqsura y la cúpula sobre el mihrab, decorada con mosaicos bizantinos.
- Almanzor (987-990): Última ampliación, duplicando su tamaño hacia el este.
La mezquita se construyó con materiales de acarreo (spolia), reutilizando columnas y capiteles visigodos, romanos y tardorromanos. Se emplearon piedra caliza, mármol y ladrillo, destacando el uso del dovela alternada en blanco y rojo en los arcos.
La Mezquita de Córdoba influyó en la arquitectura hispánica, inspirando la Mezquita de Sevilla (hoy Catedral) y la Aljafería de Zaragoza. Su alminar, reformado por Hernán Ruiz II, sirvió de modelo para la Giralda de Sevilla.
Con la conquista cristiana en 1236, la mezquita se convirtió en catedral. En el siglo XVI, bajo Carlos V, se construyó una capilla mayor renacentista en su interior, alterando su estructura original.
En 1984, la UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad, reconociendo su importancia universal como símbolo del esplendor califal y del sincretismo cultural en España.
Ficha Técnica: Mihrab de la Mezquita de Córdoba
- Nombre: Mihrab de la Mezquita de Córdoba
- Fecha: Siglos VIII-X
- Estilo: Arte hispanomusulmán, arte califal
- Ubicación: Mezquita-Catedral de Córdoba
- Autor: desconocido
El mihrab de la Mezquita de Córdoba es uno de los elementos más emblemáticos del arte califal. Se encuentra en el muro de la quibla, orientado hacia La Meca, y fue construido durante la ampliación de Al-Hakam II (961-966). A diferencia de otros mihrabs, que son simples nichos, el de Córdoba es una sala octogonal con cúpula propia, lo que lo hace único.
La decoración es excepcional, con mosaicos de influencia bizantina, enviados por el emperador de Constantinopla a petición del califa. Estos mosaicos, compuestos por teselas de colores, forman inscripciones cúficas y motivos vegetales.
El arco de herradura que lo enmarca está ricamente ornamentado con ataurique (decoración vegetal tallada).
El mihrab está precedido por la maqsura, un espacio reservado para el califa, delimitado por una serie de arcos lobulados y entrecruzados. Sobre el mihrab, se levanta una cúpula gallonada, construida en piedra y decorada con nervaduras, característica del arte omeya cordobés.
Este mihrab no solo es un punto de oración, sino un símbolo del poder del califa y de la importancia de Córdoba como centro del islam en Occidente. Es una de las obras maestras del arte islámico y ha influido en numerosas construcciones posteriores.
Ficha Técnica: Sala Hipóstila de la Mezquita de Córdoba
- Nombre: Sala hipóstila de la Mezquita de Córdoba
- Fecha: Siglos IX-X
- Estilo: Arte hispanomusulmán, arte califal
- Ubicación: Mezquita-Catedral de Córdoba
- Autor: desconocido
La sala hipóstila de la Mezquita de Córdoba es una de las estructuras más impresionantes del arte califal. Se compone de un bosque de columnas que sostiene un sistema de arcos bicolores, característico de la arquitectura omeya en Al-Ándalus. Fue construida en varias fases, con importantes ampliaciones durante los siglos IX y X.
Los arcos son superpuestos y de herradura en la parte inferior, con arcos de medio punto en la superior. Este diseño, inspirado en el acueducto de los Milagros de Mérida, permite mayor altura y sensación de ligereza. La alternancia de dovelas en rojo y blanco crea un efecto visual dinámico y distintivo.
Los materiales empleados incluyen spolia (materiales reutilizados), como columnas y capiteles romanos y visigodos, junto con piedra caliza y ladrillo. El sistema de soportes y arcos fue clave para la ampliación de la mezquita sin perder cohesión estética.
Esta estructura influyó en la arquitectura posterior, inspirando edificaciones islámicas y cristianas, como la Aljafería de Zaragoza o la catedral construida en su interior. Su diseño, además de funcional, refuerza la idea de un espacio infinito, potenciando la experiencia espiritual del creyente. Es uno de los elementos más icónicos de la mezquita y del arte islámico en general.
La Mezquita Mayor de Sevilla y la Giralda
La Mezquita Mayor de Sevilla fue construida durante el dominio almohade en al-Ándalus. Su construcción comenzó en 1172, bajo el califa Abu-Yacqub Yúsuf, en un área cercana a la alcazaba del siglo XI. Tras la compra de terrenos y el derribo de edificios, la obra se inició bajo la dirección del arquitecto Ahmad Ibn Bâsu y continuó hasta 1176. En 1182, comenzó a usarse como oratorio, aunque su alminar no estaba construido.
En 1184, el califa decidió rodear la mezquita con murallas, pero su muerte interrumpió las obras. Su sucesor, Abu Yúsuf al-Mansur, modificó el recinto y ordenó continuar el alminar en 1188. Finalmente, en 1198, se colocó el yamur (remate esférico), finalizando la torre.
El complejo alcanzó 34.000 m², con 14.432 m² dedicados a la sala de oración. Contaba con diecisiete naves separadas por arquerías y un patio rectangular de 43,32 m por 81,36 m. Sus muros eran de tapia con partes de sillería y ladrillo, y su techo tenía armaduras de madera y bóvedas de yeso. Se conserva la Puerta del Perdón, con hojas de cedro del Atlas, decoradas con inscripciones cúficas.
El alminar, hoy conocido como la Giralda, tenía rampas para el acceso y cámaras abovedadas. Su decoración exterior destaca por sus arcos bíforos y sebka, hechos con ladrillo y estuco.
Tras la conquista cristiana en 1248, la mezquita fue convertida en catedral. En 1569, Hernán Ruiz II finalizó la transformación de la Giralda, añadiendo el campanario y la veleta de bronce, conocida como el Giraldillo, símbolo del Renacimiento europeo y de la ciudad de Sevilla.
El Arte Nazarí: La Alhambra y el Generalife
El arte nazarí (siglos XIII-XV) es la última fase del arte hispano-musulmán en la península ibérica y tuvo su máximo esplendor en el Reino Nazarí de Granada. Su obra más representativa es la Alhambra, un complejo palaciego construido a partir del siglo XIII que destaca por su exquisita decoración, el uso de materiales ligeros y la integración con la naturaleza.
Uno de sus espacios más icónicos es el Patio de los Arrayanes o Patio de Comares, que servía de antesala al Salón de los Embajadores. Se caracteriza por su gran alberca central rodeada de arrayanes, que reflejan la luz y la arquitectura, creando un efecto de armonía y serenidad. A su alrededor, los arcos de mocárabes, las inscripciones cúficas y la decoración en yeso reflejan la maestría nazarí.
Otro de los patios más emblemáticos es el Patio de los Leones, símbolo del refinamiento arquitectónico nazarí. Su fuente central, sostenida por doce leones de mármol, representa una fusión entre la tradición islámica y la influencia andalusí. El patio está rodeado de galerías con arcos de mocárabes y columnillas estilizadas, creando un espacio de ligereza visual y belleza.
A las afueras de la Alhambra se encuentra el Generalife, la residencia de recreo de los sultanes nazaríes. Construido en el siglo XIV, destaca por sus jardines, fuentes y terrazas, diseñados para evocar un paraíso terrenal. Su elemento más famoso es el Patio de la Acequia, con una alberca longitudinal flanqueada por surtidores de agua y una exuberante vegetación.
El arte nazarí se caracteriza por el uso de yeserías, mocárabes, azulejos y epigrafía islámica en su decoración, además de su adaptación al paisaje. La Alhambra y el Generalife, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984, son los mejores exponentes de este arte refinado y simbólico, que marcó el final de la presencia islámica en la península antes de la caída de Granada en 1492.
Ficha Técnica: La Alhambra y el Generalife de Granada
- Nombre: Alhambra y Generalife
- Ubicación: Granada, España
- Arte: Arte islámico (hispano-musulmán, arte nazarí)
- Fecha de Construcción: Siglos XIII-XV
- Materiales: Yeso, ladrillo, mármol, madera, cerámica, estuco
La Alhambra es una fortaleza y palacio monumental situado en la colina de Sabika, en Granada. Su construcción comenzó en el siglo XIII, durante el reinado de Muhammad I, y se prolongó hasta el siglo XV, siendo ampliada por diversos sultanes nazaríes. La Alhambra destaca por su delicada combinación de arquitectura, jardines, patios y fuentes, reflejando el refinamiento y la complejidad del arte nazarí.
La Alhambra se divide en varias partes, cada una con su propia función y carácter. La primera es la Isla Alcazaba, una zona de carácter militar con barracones para los soldados. Esta área era estratégica para la defensa y vigilancia de la ciudad. Con la caída del reino nazarí, los granadinos que no tenían hogar se establecieron en los antiguos barracones.
En su interior, la Alhambra alberga mezquitas y oratorios dedicados a los sultanes, con interiores decorados con detalles en yeso, mientras que su exterior era más austero. Posteriormente, se construyó el Conjunto Paraciego, que incluye el Mexuar, una sala de recepción decorada con zócalos.
Destacan, además, los Patios, entre los que se encuentran el Patio de Comares (o de los Arrayanes), mandado construir por el sultán Yusuf, que es un patio rectangular con una alberca central rodeada de columnas de mármol.
El Palacio de los Leones, construido por Muhammad V, es otro de los espacios más emblemáticos. Su Patio de los Leones tiene una fuente central sostenida por doce leones de mármol, y está rodeado por finas columnas. Este patio se considera un ejemplo de la influencia de los claustros cristianos, con una estructura de tipo crucero.
El Generalife, situado en lo alto de la colina, es un palacio de verano con dos patios: el Patio de la Acequia y el Patio de la Reja, que destacan por su belleza y tranquilidad, con fuentes y jardines que reflejan la conexión de la Alhambra con la naturaleza.
La Alhambra es un reflejo perfecto del arte y la cultura nazarí, con una arquitectura que fusiona la espiritualidad, la estética y la funcionalidad, y es un importante símbolo del legado islámico en España.