Arquitectura del Renacimiento: del Quattrocento al Manierismo

Urbanismo y arquitectura:

El urbanismo presentó propuestas de ciudades ideales y desarrolló nuevas propuestas para la organización de los jardines. En este contexto, la arquitectura civil y religiosa hizo suyos los postulados vitruvianos de firmitas, utilitas y venustas.

El Quattrocento:

Durante el Quattrocento (siglo XV), la región de la península Itálica donde se experimentó la arquitectura clásica fue la Toscana y, en especial, su capital, Florencia. El Renacimiento rompe con el estilo gótico, toma como modelo el arte de la antigua Roma y utiliza los mismos cánones clásicos.

Se utilizan los tres órdenes griegos (dórico, jónico y corintio), a los que se añaden los dos órdenes romanos (toscano y compuesto) y, como elementos de cubierta, el arco de medio punto, la bóveda de cañón y la cúpula de media naranja. La cúpula de Santa Maria dei Fiore en Florencia, obra de Filippo Brunelleschi, se convierte en el primer ejemplo.

El Cinquecento:

Durante el Cinquecento (siglo XVI), para decorar se crean combinaciones de monstruos, mitad animales y mitad humanos, y motivos vegetales denominados grutescos (Domus Aurea de Nerón, cuyas salas parecían grutas).

Los arquitectos muestran un gran interés por la normativa clásica. Se escriben tratados de arquitectura, como los de Sebastiano Serlio, Jacopo Vignola y Andrea Palladio, influidos por Vitruvio a la vez que por la visión, el análisis y el estudio de los monumentos de la antigüedad romana.

El Manierismo:

El período manierista se caracteriza por la ruptura con la normativa clásica, por alterar la morfología de los órdenes arquitectónicos y por realizar una arquitectura experimental, tanto en los planteamientos escenográficos como en la voluntad antifuncionalista.

El Manierismo es un arte aristocrático ligado a las cortes europeas que se convirtió en el espacio ideal para la nueva liturgia.

Urbanismo ideal y urbanismo de jardines:

Los proyectos urbanísticos buscaron romper con la anarquía organizativa de la ciudad medieval. En el ámbito público, proponen un urbanismo orientado a la organización de ciudades ideales o utópicas, mientras que en el ámbito privado se tiende al llamado urbanismo de paisaje.

Las propuestas de diseños urbanos se articularon entre la ciudad ideal diseñada por Filarete, llamada Sforzinda, organizada de forma radiocéntrica, y la ciudad de trazado reticular.

Paralelamente, la ciudad utópica se formuló en términos urbanísticos, propuesta en el siglo XVI por Tomás Moro en su obra Utopía.

El diseño de jardines se desarrolló en el siglo XVI. Dos de los ejemplos son el Sacro Bosco de Bomarzo y la Villa d’Este en Tívoli, ambos en Italia.

Tipologías arquitectónicas:

Las tipologías arquitectónicas renacentistas más comunes son: la iglesia, el palacio y las villas suburbanas.

La nueva formulación de los edificios religiosos:

La forma de la planta de las iglesias renacentistas es de dos tipos: la basilical, en forma de cruz latina, con tres naves y cúpula en el crucero, y la centralizada, en forma de cruz griega o circular. El modelo de la planta de cruz latina es la basílica romana y, de la planta centralizada, son el Panteón de Roma.

La basílica de San Pedro explica el largo proceso del proyecto, iniciada a principios del siglo XVI por Bramante en forma de cruz griega y terminada a finales del siglo XVI en forma de cruz latina. Brunelleschi hace suyos dos modelos de edificio en sus obras florentinas: el basilical en la iglesia de San Lorenzo y el centralizado en la Cappella Pazzi.

Es Alberti quien mejor representa el nuevo estilo renacentista con las obras que realiza en Mantua (iglesias de Sant’Andrea y San Sebastiano) y en Rímini (Templo Malatestiano), en las que puede aplicar la teoría arquitectónica expuesta en su tratado De re aedificatoria.

En el siglo XVI, Bramante representa con su templete de San Pietro in Montorio el paradigma de la arquitectura clasicista, defensora de la planta centralizada, relacionada con los templos circulares romanos, como el de Vesta, en Tívoli.

Las fachadas están organizadas en tres cuerpos verticales: el central, más alto que los laterales, que se unen a él mediante volutas. El conjunto está coronado por un gran frontón triangular. Ejemplo: es la fachada de la iglesia gótica de Santa María Novella en Florencia.

Los modelos de la arquitectura romana suelen estar presentes en las fachadas de las iglesias en forma de arco de triunfo, como, por ejemplo, la iglesia de Sant’Andrea de Mantua.

La arquitectura civil:

La utilitas vitruviana es la norma que se impuso en las nuevas formulaciones teóricas y prácticas de la arquitectura civil de los siglos XV y XVI.

Los palacios y las villas:

Los palacios tienen forma cúbica, coronada por una cornisa, y molduras horizontales que separan los tres pisos, estructurados en tres órdenes: toscano o dórico, jónico y corintio. La fachada, en la que destaca la poca importancia de la portada principal, presenta numerosas ventanas que aligeran la sensación maciza, aunque en conjunto conserva un carácter defensivo.

Otra característica importante es la organización interna del edificio alrededor del cortile o patio central.

Ejemplos son el Palazzo Rucellai, obra de Alberti, y el Palazzo Medici-Ricardi, de Michelozzo, ambos en Florencia.

En cuanto a las villas, son una recuperación de la antigua casa de campo romana. Su desarrollo alcanza el máximo esplendor en las villas suburbanas de Palladio, en los alrededores de Vicenza, ciudad cercana a Venecia. Entre las villas conservadas, se destaca la Villa Capra, más conocida como “la Rotonda”.

Otras tipologías urbanas:

Otras propuestas arquitectónicas civiles menos desarrolladas son los hospitales, entre los que destacan el de Los Inocentes, en Florencia, de Brunelleschi, y los teatros, entre los que destacan el Teatro Olímpico de Vicenza, obra de Palladio y Scamozzi. También son importantes Palladio con el puente Rialto de Venecia y Miguel Ángel con la Biblioteca Laurenciana.