Francia
Francia es la cuna del gótico, como lo fue del románico. En la fase protogótica encontramos los edificios cistercienses como la abadía de San Denis, y las catedrales de Laon y Notre-Dame de París. En el período clásico destacan las catedrales reales, ya que son los reyes los promotores de su construcción: Reims, Amiens y Chartres. En el período manierista destaca la Santa Capilla de París y la catedral de Rouen. En general las construcciones francesas tienden a la verticalidad.
Alemania
En Alemania el gótico triunfa sobre todo en las regiones occidentales, debido al influjo francés. Sin embargo, aquí la tradición carolingia, otoniana y románica es muy fuerte. La primera construcción auténticamente gótica es Santa Isabel de Magdeburgo. La influencia francesa se deja sentir en la catedral de Colonia. También son destacables las catedrales de Ratisbona, Erfurt, Ulm y Estrasburgo. No obstante, el gótico llega hasta el siglo XV.
Inglaterra
En Inglaterra el gótico tiene un desarrollo peculiar. Potencia las líneas rectas; es más macizo y horizontal y utiliza una pantalla a modo de telón tanto por delante como por detrás de la catedral. Además, usa con profusión las bóvedas de abanico. En Inglaterra el gótico presenta tres etapas: el estilo primitivo, con catedrales como las de Canterbury, Lincoln y Salisbury; el estilo decorativo, en el que la decoración se hace independiente de la arquitectura, con catedrales como las de York, Exeter y Wells; y el estilo perpendicular, más racional y organizado, y con tendencia a la desornamentación exterior, aunque se mantiene en el interior. En este período destacan las catedrales de Westminster, Gloucester y el castillo de Windsor.
Italia
El gótico apenas entró en Italia, aunque la catedral de Milán sea la excepción; que continúa con las formas clásicas, los muros macizos y la tendencia horizontal. No encontramos aquí las señas de identidad góticas, más que en algunos elementos. Los vanos son menos numerosos, lo que da pie para ser pintados. Las fachadas suelen estar revestidas de mármoles de ricos colores, aunque se dispongan en ellas gabletes. Destacan las catedrales de Siena, Arezzo y Milán. Pero lo característico del gótico italiano es la arquitectura civil: palacios y lonjas, que aparecen en las numerosas repúblicas italianas. Son, pues, edificios de escasa altura. Destacan los palacios de las Señorías de Siena y Florencia, la cartuja de Pavía, el Ayuntamiento de Perusa y el palacio ducal Casa del Oro en Venecia.
Portugal
En Portugal el gótico llega a través de España. Destacan el convento de Batalha y el monasterio de Alcobaça. Sin embargo, en los siglos XV y XVI se desarrolla el original estilo manuelino, que se caracteriza por su abigarrada ornamentación. El estilo se difunde por todo Portugal, pero destacan el monasterio de Belem, el convento de Tomar y la iglesia de Olivenza, en España.
España
En cuanto a España el gótico tiene dos ámbitos fundamentales, el camino de Santiago y las ciudades comerciales de la Corona de Aragón, que en esta época está extendiéndose por el Mediterráneo. Distinguiremos cuatro períodos: la fase de transición, el gótico pleno o clásico, el gótico manierista o mediterráneo y el gótico flamígero.
La segunda etapa, en el siglo XII, es la del gótico pleno. Fundamentalmente es el gótico de Castilla y León. Este es el momento de máximo apogeo del camino de Santiago. El estilo tiene una gran influencia francesa y en él aparecen todos los elementos que definen el estilo gótico. Las catedrales más importantes son las de León, Burgos y Toledo. También se construyen las catedrales de Oviedo y Palencia.
La tercera etapa, en el siglo XIV, es la manierista, y se centra, fundamentalmente, en el Mediterráneo. Se acaban las catedrales de Palma de Mallorca, Barcelona, Santa María del Mar (Barcelona) y Gerona, ésta última de una sola nave, y se construye la lonja de Barcelona. Son templos más austeros, la nave central es más ancha y las laterales son más altas. No abundan los arbotantes ni los pináculos.
En el siglo XV aparece el gótico flamígero, que en Castilla se denomina isabelino. En esta época la decoración se desborda, las plantas tienden a ser cuadradas, de una sola nave y los soportes más delgados. El coro deja de estar en el centro de la nave principal y se desplaza a los pies y en alto. Los motivos decorativos aparecen en todas partes: portadas, ventanas, cornisas, cresterías, pináculos, etc., y son, fundamentalmente, escudos heráldicos, puntas de diamante, conchas, etc., de inspiración mudéjar. Este estilo parece que llega a España de la mano de los maestros de los países bajos que trabajan aquí. En la Corona de Aragón destacan las lonjas de Palma de Mallorca y Valencia, la catedral de Tarragona y la Generalitat de Barcelona. En Castilla aparecen dos escuelas: la de Toledo y la de Burgos. Se conocen algunos maestros como Juan de Guas , en Toledo, que construyó San Juan de los Reyes, y la puerta de los leones de la catedral de Toledo. En Burgos trabaja Juan de Colonia que construiría las torres de la catedral de Burgos, la capilla del Condestable; y la cartuja de Miraflores y Simón de Colonia , que construye las fachadas de San Pablo y San Gregorio en Valladolid. También se construyen la capilla real de Granada y la catedral de Sevilla. A partir de estos momentos en las ciudades aparecen palacios que crean un modelo de fachada sobria, como el palacio del Infantado en Guadalajara.