Arquitectura y arte en la antigua Grecia

Estructura del templo

Edificio de planta rectangular tripartita, construido sobre una plataforma formada por tres escalones, llamado estilóbato el superior y estereóbato los otros dos. Se compone de:

  • Una cella o naos, donde se guardaba la estatua de la divinidad.
  • La pronaos, o pórtico que antecede a la cella.
  • El opistódomos, construido para dar simetría al templo.

Los templos se suelen clasificar según el número o disposición de sus columnas. Según el número de éstas en sus frentes pueden ser dístilos, tetrástilos, hexástilos, octástilos o decástilos.

Planta y disposición de las columnas:

  • Períptero: fila de columnas rodeando todo el perímetro.
  • Pseudoperíptero: columnas adosadas al muro.
  • Díptero: fila de columnas que rodea al templo es doble.
  • Monóptero: templo circular, rodeado de una fila de columnas.
  • Próstilo: una fila de columnas ante la pronaos.
  • Anfipróstilo: fila de columnas ante la pronaos y otra ante el opistódomos.
  • Áptero: no tiene columnas.

En la Acrópolis de Atenas, recinto sagrado, se encuentran algunos de los templos y edificios más emblemáticos de la arquitectura clásica griega, como los Propileos, Atenea Niké, Partenón, templo de estilo dórico períptero y octástilo, y Erecteion.

Los santuarios:

Donde se solían celebrar reuniones en las que se hacían juegos deportivos, se representaban obras de teatro, repletos de bellos edificios, y destacaban, además de los tesoros, los templos dedicados a las divinidades.

La arquitectura civil:

Entre ellos podemos destacar los teatros, las stoas y las palestras. La stoa es una galería porticada, eran el centro de la vida pública.

La arquitectura del helenismo

El helenismo se caracteriza por el abandono de la rigidez clásica y su variación, como el Altar de Zeus, un edificio de planta cuadrada, abierto a un patio interior, rodeado por un peristilo.

La escultura griega

Arcaico (siglos VIII al VI a.n.e.): periodo de formación y consolidación.

Clásico (siglos V y IV a.n.e.): periodo de plenitud de la escultura, dominio del canon en la representación del cuerpo humano, perfección y equilibrio.

Helenístico (siglos IV al I a.n.e.): desarrollo de la expresión, dramatismo y actitudes violentas, anecdóticas o emocionales.

Escultura arcaica:

Estatuillas de pequeño tamaño, llamadas xoanas, generalmente de madera, que tenían que ver con cultos religiosos.

Escultura clásica:

En el siglo V a.n.e. la escultura alcanza su máxima perfección y serenidad. En el siglo IV a.n.e., otorgan mayor atención a la expresión de los sentimientos de los rostros, que siempre es una expresión reflexiva y serena (Mirón, Fidias y Policleto).

Escultura helenística:

Los valores de armonía y medida de la Grecia clásica son sustituidos por concepciones estéticas nuevas, destacando la expresión del sentimiento y el afán propagandístico.

La pintura y la cerámica griegas

Los motivos decorativos son muy diversos: leyendas heroicas, temas históricos, juegos atléticos, escenas de la vida cotidiana, etc. La cerámica constituyó uno de los más bellos productos artísticos y constituyeron un objeto de exportación de lujo de primer orden.

Evolución:

1. Periodo geométrico (siglos X­VIII a.n.e.): Presentan en su decoración puntos, líneas paralelas, triángulos, círculos, rombos, espirales, etc., ordenados en bandas de distinta anchura. Generalmente son escenas funerarias.

2. Época arcaica (siglos VII­VI a.n.e.): Cerámica llamada de figuras negras. Lo narrativo tiene más importancia que lo decorativo, adquiriendo protagonismo la figura humana.

3. Época clásica (desde fines del siglo VI a.n.e.): Inversión de la policromía apareciendo las figuras rojas, sobre fondo negro. Las escenas irán ganando naturalidad, expresividad y movimiento.

4. A lo largo del V a.n.e. se irán añadiendo otros colores, hasta llegar a la cerámica.

El teatro griego

En el centro de los teatros se situaba una amplia zona circular o elíptica para ello, llamada orquesta donde se situaban el coro y los músicos. Estos teatros se encontraban en los santuarios y zonas sagradas, y aprovechaban el declive de montes y hondonadas naturales para construir el graderío, que en un principio tendría asientos provisionales y más tarde se irían haciendo permanentes, en piedra, situados de forma escalonada y abarcando más de la mitad de un círculo.