Contexto Histórico del Arte Bizantino
El emperador Teodosio dividió el Imperio Romano en Oriente y Occidente (395). Las provincias orientales, con una economía más próspera, industrial y comercial, resistieron los ataques bárbaros. El Imperio Romano se mantuvo en Oriente y empezó a llamarse Imperio Bizantino por el nombre griego de su capital, Constantinopla, una ciudad creada por Constantino sobre la antigua ciudad griega de Bizancio. El Imperio Bizantino sobrevivirá durante toda la Edad Media hasta caer en poder de los turcos (1453). Su importancia histórica y cultural es muy grande: conservó la cultura clásica en sus universidades y escuelas, transmitió este legado cultural hacia el mundo islámico y la civilización europea, y cristianizó a los pueblos eslavos. A lo largo de los diez siglos de su existencia, sus límites fueron cambiando:
- En la época del emperador Justiniano (S. VI o 1ª Edad de Oro) alcanza su mayor extensión, ya que este emperador trató de reconstruir el antiguo Imperio Romano emprendiendo la conquista del Mediterráneo. Entre sus adquisiciones se incluye Italia, el sur de España y parte del norte de África. La ciudad italiana de Rávena se convirtió en la capital del Imperio Bizantino en Occidente y estuvo gobernada por un exarca rodeado de un lujo y esplendor similar al del emperador bizantino.
- En el S. VII, los conquistadores árabes le arrebatan las provincias más ricas y queda reducido a Asia Menor (Turquía) y Grecia.
Su larga supervivencia se explica por:
- La importancia de su capital, Bizancio o Constantinopla (Estambul), que creció sin cesar desde que Constantino la eligió como capital del Imperio Romano en el S. IV. En la época de Justiniano alcanzó su mayor esplendor. Durante toda la Edad Media fue la principal ciudad europea, sede de una corte fastuosa, gran centro comercial en el que terminaban la ruta de la seda y las especias, y principal centro artesanal de objetos de lujo. La vida económica de la ciudad proporcionaba ingresos a un estado que también terminó ruralizándose cuando perdió las provincias más ricas.
- El mantenimiento de un alto nivel cultural y científico que, aplicado a la técnica militar, hizo su capital inexpugnable durante siglos.
El Imperio Bizantino, aunque heredero del Imperio Romano, tiene unos rasgos originales y propios que adquiere ya en la época de Justiniano: la religión cristiana alcanza un papel preponderante y el estado es teocrático (integración entre el Estado y la Iglesia).
Características Generales del Arte Bizantino
Arte religioso y palaciego cuya finalidad es glorificar a Dios y al emperador, enseñar a los fieles las verdades cristianas e impresionar mediante la majestuosidad y el lujo decorativo.
Es un arte simbólico que expresa una concepción cristiana del mundo. Sus principales manifestaciones artísticas son las iglesias con cúpulas, que simbolizan el orden divino del mundo, con gran lujo decorativo en forma de mármoles en los suelos y mosaicos o pinturas de fondos dorados con reflejos metálicos que tratan de representar un mundo sobrenatural que impresiona y conmueve. Las formas figurativas se mantienen, pero sufren un proceso de deformación para conseguir dicho objetivo.
Tiene una triple influencia: griega, romana y oriental; esta última (luz, color, espiritualidad) se va imponiendo frente al ideal de belleza clásica.
El momento de mayor esplendor es durante el reinado de Justiniano (527-565) o 1ª Edad de Oro, en el que se construyeron las iglesias más ricas e importantes. Pero, lo más importante del arte bizantino es la creación de unos modelos fijos -la iglesia de cruz griega con cúpula y la iconografía- que se crean en la 2ª Edad de Oro después de las luchas iconoclastas. Estos modelos se repetirán durante siglos sin variación, ya que sirven para ayudar a la comprensión de dogmas inmutables.
Su influencia llega a los pueblos eslavos, cristianizados por Bizancio, y pervive hasta el S. XVII, destacando su florecimiento en Rusia. También ejerce gran influencia en el arte cristiano occidental, especialmente en el románico.
La Arquitectura Bizantina: Rasgos Generales
Es una arquitectura abovedada, como la romana, que da más importancia al interior de los edificios que al exterior, pero la arquitectura bizantina tendrá una personalidad propia. El templo es el principal edificio:
- Materiales pobres (piedra, ladrillo) en el exterior y lujosos en el interior (mármoles, mosaicos, etc.) que dan al edificio una rica policromía de influencia oriental.
- Empleo de cubierta abovedada: bóveda de cañón, arista y cúpula, arcos de medio punto o peraltados en la separación de las naves.
- El empleo de la cúpula sobre pechinas: triángulos en los que se apoya la cúpula.
- Soportes diversos: columna con capitel troncocónico muy decorado, generalmente con motivos vegetales o geométricos y encima del cual hay una pieza trapezoidal llamada cimacio. También utilizaron los capiteles clásicos con modificaciones como la decoración zoomorfa o la estilización de la decoración vegetal. Además de la columna, usan pilares gruesos y contrafuertes exteriores.
- Las plantas son variadas: planta central, edificios de planta basilical paleocristiana con cubierta plana, basilical bizantina con bóvedas y cúpula y la de cruz griega, con cúpula central y brazos iguales.
- Carácter simbólico del edificio, que responde a un plan preestablecido para expresar las ideas de la religión cristiana.
- División jerárquica del espacio.
- Espacio interior dilatado ilimitadamente.
- Gran importancia de la decoración de los espacios interiores, totalmente cubiertos con mármoles, relieves, mosaicos y pinturas. De vivos colores, cubren las cúpulas y están realizados sobre fondo dorado.
Etapas de la Arquitectura Bizantina
En el periodo de mayor esplendor del Imperio, durante el gobierno del emperador Justiniano, gran mecenas artístico, se realizaron las obras más importantes de la arquitectura y de la decoración bizantina en la capital, Constantinopla, o en Rávena, ciudad situada al norte de Italia que fue la capital del exarcado o provincia occidental del Imperio. La basílica de Santa Sofía de Constantinopla es la obra maestra del arte bizantino, de gran importancia en la historia de la arquitectura por el empleo de las pechinas. El emperador Justiniano la mandó construir como símbolo de su poder y de su alianza con la iglesia. La planta, muy original, combina la planta basilical y la central.
2ª Edad de Oro (S. IX al XII)
Se imponen las iglesias de planta de cruz griega inscritas en un cuadrado o en un rectángulo. Se cubren de cúpulas que se asientan sobre tambores poligonales. Las cúpulas se hacen ahora más pequeñas, pero son más numerosas. Suelen situarse en los ángulos del cuadrado (excepto en San Marcos). Se busca la belleza exterior: arquerías ciegas o perforadas, alternancia de ladrillo con piedras coloreadas formando figuras. A este tipo pertenecía la desaparecida iglesia de Nea de Constantinopla, pero los mejores edificios están fuera de la capital. En Italia destaca la basílica de San Marcos de Venecia, del siglo XI, de planta de cruz griega inscrita en un rectángulo con cinco cúpulas sobre tambor y tres ábsides. Su aspecto actual es el resultado de muchas modificaciones.
3ª Edad de Oro (siglos XIII-XV)
El arte bizantino conoce un renacimiento y un nuevo periodo de esplendor. La cristianización de los pueblos eslavos llevada a cabo por dos monjes bizantinos (San Cirilo y San Metodio) hace que el arte bizantino se difunda por los valles del Danubio (Rumania, Bulgaria) llegando hasta Rusia. Su gran expansión provoca la división en pequeñas escuelas. Utiliza el revestimiento de ladrillo buscando efectos decorativos (de forma parecida al mudéjar). A esta etapa corresponden: las iglesias griegas de Mistra y los monasterios de Monte Athos en Grecia. En Moscú destaca la iglesia de la Asunción del Kremlim del S. XVI con cúpulas bulbosas sobre elevados tambores.
Las Artes Plásticas: El Mosaico y la Iconografía Bizantina
Las artes plásticas recogen dos tradiciones: la romana, que se refleja en el mantenimiento de las imágenes humanas, y la oriental, que se refleja en la preferencia por la luz y el color frente a la forma. La forma de expresión es antinaturalista: figuras hieráticas, rígidas e inmóviles, con fuerte expresividad en los ojos, sin volumen ni movimiento, sin entorno real, con rigurosa frontalidad; pero tratadas con un gran sentido decorativo (colores vivos y fondos dorados). En la 1ª etapa, la influencia romana es importante (retratos); en la 2ª y 3ª etapa, la herencia oriental se impone sobre la romana. El arte bizantino, como heredero del arte paleocristiano, prefiere el mosaico para embellecer sus edificios, pues sus teselas de nácar, mármol o pasta vítrea ofrecen más posibilidades lumínicas y cromáticas que la pintura. El mosaico recubre la casi totalidad de los muros del templo en la 1ª Edad de Oro, pero después empieza a ser sustituido por pinturas de fondo dorado en la 2ª Edad de Oro. Los iconos -cuadros o paneles de otros materiales con imágenes religiosas- tuvieron gran éxito en la 3ª Edad de Oro.
El Mosaico Bizantino en la 1ª Edad de Oro
Los mosaicos más importantes se encuentran en las iglesias de Rávena, debido a que los de Santa Sofía y otras iglesias de Constantinopla han desaparecido a consecuencia de las luchas iconoclastas y de la conquista turca. En cambio, Rávena estuvo en contra de los iconoclastas y ya no era bizantina durante la conquista turca, por lo que los mosaicos se han preservado.
La 2ª Edad de Oro
Lo más destacado es la creación de unos modelos iconográficos fijos que estableció el Concilio de Nicea (787). Los temas y los tipos de imágenes: Cristo en Majestad (Pantocrátor), la Virgen, entronizada (sentada o de pie con el niño en brazos), escenas evangélicas de la vida de Cristo o de la Virgen, diferentes categorías de personajes santificados (patriarcas, profetas, apóstoles, mártires, obispos) que han ayudado a formar la fe y la iglesia que la defiende. La distribución de los temas en la iglesia sigue una jerarquización cristiana, que también se manifiesta en el tamaño de las figuras: cúpula principal, ábside. En las paredes y bóvedas de las naves se sitúan las escenas de los evangelios o distintas categorías de personajes importantes en la elaboración de la fe.
Contexto Histórico del Arte Islámico
En el S. VII surgió en el oeste de Arabia una nueva civilización basada en la religión de Mahoma, el Islam. La nueva religión monoteísta se inspiró en el judaísmo y cristianismo: el arcángel Gabriel es el que comunica los principios de una nueva religión a Mahoma, quien la empieza a predicar en Arabia. Después de su muerte, sus discípulos redactaron por escrito sus enseñanzas, creando el libro sagrado del Corán. Mahoma era originario de La Meca -ciudad de la que huyó hacia Medina (la hégira) y volvió a reconquistar-, la ciudad santa a la que los creyentes deben peregrinar al menos una vez en la vida. Había unificado Arabia y, a su muerte, sus seguidores iniciaron una rápida expansión impulsada por la idea de Guerra Santa y por los intereses económicos de los pueblos nómadas y comerciantes. La conquista islámica fue rápida (S. VII-VIII) debido a la debilidad de los imperios persa y bizantino y dio lugar a la formación de un gran imperio que abarcaba la Península Ibérica, el norte de África y el Oriente Medio hasta la India. En su época de apogeo (S. VIII, IX y X) superaba en extensión al Imperio Romano. La rapidez de las conquistas (en 632 muere Mahoma, y en 711 ya han llegado a España), la tolerancia inicial hacia otras costumbres y creencias, y la falta de una tradición artística propia explican la capacidad de asimilación del mundo musulmán. Así, el sincretismo es uno de los aspectos fundamentales de la cultura y el arte musulmán, que recoge las tradiciones de culturas superiores como la persa o la bizantina y las adapta a las nuevas necesidades del Islam. A partir de su capacidad de asimilación, el Islam supo crear formas propias que definen a un estilo artístico fácil de identificar, a pesar de la diversidad de épocas y escuelas. La unidad del arte islámico se explica por tres factores: el clima caluroso y seco predominante en todas las zonas de dominio musulmán, la religión islámica y la lengua árabe. El arte islámico está al servicio de las necesidades religiosas (mezquitas) y cortesanas (palacios o fortalezas). Sus obras más representativas se realizaron en la Edad Media, en el periodo del califato omeya y abbasí, porque en este momento es la civilización más floreciente al controlar las principales rutas de comercio mundial; pero posteriormente se desarrollaron otras importantes escuelas en el imperio otomano durante el S. XVI o mongol en el S. XVII.
Características Generales de la Arquitectura Islámica
La arquitectura es la principal forma de expresión artística en el arte islámico, debido a la prohibición religiosa de representar figuras humanas y animales, ya que la religión musulmana es anicónica y enfatiza el uso de las palabras sobre las imágenes. Esta prohibición, respaldada por las enseñanzas de Mahoma, impulsó a los artistas a evitar la observación de la naturaleza y a enfocarse en el desarrollo de patrones geométricos, una característica de los pueblos nómadas. En el arte profano, como en las miniaturas persas, sí se representan imágenes, especialmente en palacios y libros científicos. Persia fue el centro de mayor creatividad debido a su interacción con artistas chinos e indios. Además, el arte islámico sobresale en la creación de objetos decorativos y útiles de marfil, metal y cerámica vidriada con acabados metálicos brillantes.
- Los edificios son de escasa altura, buscando la extensión longitudinal, en armonía con el paisaje y ligeros, por lo que no exigen soportes muy resistentes.
- Son de volúmenes cúbicos y geométricos en los que sobresalen las cúpulas.
- Los materiales son variados, pero generalmente pobres, ya que prefieren construir deprisa –por su tradición nómada, de acuerdo con la idea de mutabilidad.
- Los elementos sustentantes son el muro, los pilares y las columnas. Predominan las columnas, que suelen ser esbeltas con fuste delgado debido al poco peso de la cubierta.
- Los capiteles: corintio, de nido de avispa, cúbico o de mocárabes.
- Los elementos sustentados son los arcos y las cubiertas, prefieren el arco de herradura. Otros arcos son: de medio punto, en cortina, peraltados, acampanados, decorados con mocárabes, festoneados o angrelados.
- Las cubiertas son ligeras, frecuentemente adinteladas y de madera.
- La cúpula es un elemento común con un simbolismo divino al representar la bóveda celeste. Se coloca en los lugares más importantes del edificio, siendo generalmente pequeña, decorativa y no estructural, fabricada con materiales livianos como madera o yeso, y ricamente ornamentada.
- La importancia de la decoración: el interior del edificio se decora totalmente por voluntad estética (horror vacui), por la necesidad de cubrir los materiales pobres y la estructura del edificio, y por el deseo de crear un espacio cambiante (todo cambia menos Dios).
Elementos Constructivos y Ornamentales
- Elementos constructivos con fines decorativos como los arcos entrecruzados y de mocárabes o bóvedas gallonadas, etc.
- Motivos ornamentales en sentido estricto. Hay tres tipos: epigrafía o caligráficos con textos del Corán, que suelen ocupar la parte superior de los muros, o con inscripciones dedicadas al personaje que mandó construir el edificio; la lacería con motivos geométricos entrecruzados formando polígonos, estrellas o lazos; el ataurique, que son motivos vegetales con forma de hojas alargadas que se enroscan.
- Los motivos son estilizados (abstractos) y se repiten en series ininterrumpidas, siguiendo una tradición oriental que sugiere la idea de infinito.
- Elementos de la naturaleza: la luz, los patios con jardines y el agua forman parte esencial de los edificios islámicos, contribuyendo a dar la sensación de tranquilidad y de espacio cambiante que busca este arte.
Gran delicadeza y tranquilidad como símbolo de la certidumbre y el valor tranquilo que produce el Islam en el creyente. Por otro lado, contribuye a crear un espacio cambiante: juegos de brillos, reflejos, luces, colores hacen inestable lo estable para expresar la idea de que la prueba de que Dios existe es que todo cambia menos Dios. A diferencia del interior, el exterior de los edificios es de gran simplicidad excepto en las portadas principales y en el recubrimiento de las cúpulas.
Tipos de Edificios: La Mezquita
Lugar para orar en comunidad, la mezquita de los viernes o aljama. Sus dimensiones dependen del tamaño de la comunidad y con frecuencia se producen ampliaciones. Las partes son:
- En el interior hay un gran recinto o nave para la oración en común, el haram, con elementos como:
- La quibla o muro orientado a La Meca hacia el que deben mirar los fieles al hacer sus plegarias.
- El mihrab es un nicho o capilla ubicado en la quibla de la mezquita, con origen en los ábsides de las iglesias paleocristianas. Representa la presencia del profeta como el primer imán y es un área inaccesible para los fieles. Es el lugar más lujosamente decorado de la mezquita.
- El nimbar o púlpito, un lugar elevado por encima del nivel general desde el que el imán dirige las oraciones.
- La macsura, un sector especial, cercado por arquerías, reservado al príncipe para protegerlo de posibles ataques.
- En el exterior: el patio descubierto –rodeado de arquerías- con la fuente de abluciones y el minarete o alminar, una torre de plantas variadas.
- Otros edificios son: las escuelas coránicas o madrazas, cuya planta es parecida a la de la mezquita de iwan.
- El mausoleo tiene distintos tipos: el más frecuente consta de un plinto cuadrado, que representa el universo material, y una cúpula alusiva al cielo y la eternidad.
- Los caravasares, que proporcionaban alojamiento a los comerciantes y sus caravanas, se levantan en las grandes rutas de comercio, en lugares deshabitados, y fueron construidos generalmente por el soberano.
- Además, tenemos las alhóndigas o almacenes, alcazabas o fortalezas, las murallas, los baños y los palacios.
El Palacio
Está amurallado con torres en las esquinas y a lo largo de la muralla. Al igual que la mezquita, no tiene una planta establecida ni un centro arquitectónico bien delimitado y reconocible. Son auténticas ciudades-palacios, ricamente decoradas en su interior, formadas por distintas pequeñas dependencias ordenadas en torno a patios interiores en los que son frecuentes las fuentes, acequias y jardines como expresión de poder. Los aposentos privados (harem), la sala de recepción (mexuar), el salón del trono (diwan). La disposición en pequeñas estancias se debe al rechazo a una arquitectura monumental y grandiosa, así como de la verticalidad.
La Ciudad Musulmana
Se desarrolla sin un plan previo, con casas dispuestas unas al lado de otras. El trazado de las calles se adapta más a las viviendas que a los servicios urbanos, formando un laberinto de calles estrechas y sinuosas, muchas veces sin salida. Esta disposición responde a la concepción de la calle como un espacio de tránsito rápido, no de paseo, ya que las relaciones sociales se dan dentro de las casas. La Medina era el núcleo central amurallado de la ciudad, con varias puertas de entrada, y albergaba la mezquita principal, la fortaleza o alcazaba en un lugar elevado junto a la muralla, y el zoco o mercado en pequeñas plazas. Alrededor de la medina se encontraban los arrabales o barrios periféricos, como las juderías, delimitados por vallas y puertas.
Emirato y Califato de Córdoba (711-1031)
Se conoce como periodo cordobés, ya que su capital es el principal centro de irradiación de la cultura islámica, hasta la disolución del Califato, y en ella se levantaron los más importantes monumentos. En su génesis es clara la influencia de la arquitectura visigoda e hispanorromana, sobre todo porque en un principio se reutilizaron muchos elementos arquitectónicos de edificios anteriores, así como sus técnicas constructivas. Esta etapa se caracteriza por:
- El arco de herradura semicircular con mayor cerramiento que el visigodo.
- La alternancia de dovelas en rojo y blanco decoradas o lisas.
- El encuadramiento en el alfiz.
- Las cubiertas de madera.
- La rica tipología de bóvedas (gallones, crucería) de gran influencia en la arquitectura cristiana.
El monumento más importante de este periodo y, acaso de todo el arte hispanomusulmán, es la mezquita de Córdoba, que fue realizada a lo largo de un amplio periodo (finales del S. VIII-fines del S. X).
Los Primeros Reinos de Taifas (1031-1085)
Tras la caída del Califato, Al Andalus se dividió en reinos independientes. Córdoba perdió su supremacía y muchos literatos y artistas se trasladaron a otras ciudades en los que florecen diversas cortes como las de Sevilla, Toledo, Zaragoza, Almería, etc., cuyos reyezuelos llevaron a cabo una importante labor constructiva durante el S. XI intentando emular a Córdoba y dejar constancia de su independencia. Pero la prosperidad material es menor, ya que han de pagar impuestos en oro (parias) a los cristianos, por lo que:
- Los edificios son de pequeñas dimensiones y materiales baratos: el ladrillo y el yeso que cubre las estructuras.
- Se acentúa la fantasía decorativa para ocultar la pobreza.
- La complicación de los arcos alcanza un fastuosismo barroco.
El mejor ejemplo del arte de este periodo es el Palacio de la Alfajería de Zaragoza. Destaca por los arcos variados.
Imperios Norteafricanos: Almorávides (finales del siglo XI-principios del siglo XII) y Almohades (finales del siglo XII- principios del siglo XIII)
Son imperios creados por tribus bereberes del norte de Marruecos que fueron llamados por los reyes de Taifas ante el peligro del avance cristiano.
- Los almorávides introducen el mocárabe, y utilizan más el pilar que la columna. Emplean todo el repertorio anterior, la mampostería y el ladrillo como materiales, y gran variedad de arcos y bóvedas.
- Los almohades prescinden de la riqueza decorativa anterior y tienden a una mayor austeridad y sencillez en las construcciones. En lugar de las recargados motivos vegetales del arte califal impondrán una decoración basada en la redes de rombos o sebkas. Del arte califal tomarán los arcos de herradura apuntados y lobulados. Los almohades construyeron mezquitas y fortificaciones.
El Reino de Granada o Nazarí (finales del siglo XIII- siglo XV)
Las campañas de los cristianos a mediados del S. XIII dejaron a Al Andalus reducida al reino nazarí de Granada, que ocupaba la Andalucía Penibética. Este pequeño reino alcanza su esplendor en el S. XIV, con Yusuf I y Mohamed V, en el que se produjo en un nuevo renacimiento artístico con construcciones variadas (mezquitas, palacios, madrazas,…) y la proliferación de excepcionales talleres donde se trabajaba la cerámica y el vidrio de reflejos dorados. El arte de este periodo se caracteriza por:
- La vuelta a una abundante y delicada decoración que da una gran suntuosidad a edificios construidos con materiales pobres y estructura simple.
- Las paredes se cubren con yeserías y cerámica vidriada.
- En el interior de los edificios, la mayoría de los arcos son falsos, con una función decorativa y, por ello, se realizan con materiales ligeros como el yeso. Se usan mucho los de mocárabes y festoneados.
- En el exterior, los arcos sí ejercen función constructiva y suelen ser de herradura apuntados.
- Aparece un tipo de columna característico con fuste cilíndrico muy fino decorado en la parte superior con numerosas anillas. El capitel también es nuevo: se recubre con mocárabes o decoración vegetal.
- Se utilizan falsas cúpulas decoradas con mocárabes y las cubiertas de madera con decoración de lacería.
Ejemplo: la Alhambra.