Arte del Renacimiento Italiano y Español: Arquitectura, Escultura y Pintura

1. Arquitectura del Renacimiento en Italia

La arquitectura renacentista supuso una ruptura radical con el lenguaje medieval, retomando elementos de la Antigüedad Clásica. Se recuperaron las plantas centralizadas, aunque se siguieron usando las longitudinales. Se valoró la cúpula, y el muro recobró su función tectónica, a menudo revestido. En el exterior, las decoraciones de mármoles de colores eran comunes.

a) Filippo Brunelleschi

Brunelleschi, arquitecto y escultor, protagonizó una revolución artística. Fascinado por la Antigüedad, viajó a Roma con Donatello. Su obra maestra, la cúpula de la Catedral de Florencia, le ocupó gran parte de su vida. Otras obras importantes son el Hospital de los Inocentes, la Basílica de San Lorenzo y la Basílica del Santo Espíritu.

Cúpula de la Catedral de Florencia

De gran importancia técnica e histórica, la cúpula, un reto constructivo, se erige sobre un tambor octogonal de ocho paños con un perfil apuntado. Recuerda al Panteón de Agripa y se considera un símbolo “cosmológico”. Construida con dos casquetes separados por un espacio hueco para aligerar el peso, se compone de anillos concéntricos. Cada paño del tambor tiene un óculo y planchas de mármol blanco y verde, que junto al rojo del ladrillo, animan el exterior. Se remata con una linterna.

Iglesia de San Lorenzo

Construir iglesias era difícil, ya que los templos no se habían concebido como espacios internos para los fieles. Brunelleschi construyó dos iglesias basilicales: San Lorenzo y Santo Spirito. San Lorenzo, propuesta por los Médicis, tiene planta de cruz latina con efecto visual de centralización en el crucero. El interior recupera el lenguaje clásico: naves separadas por columnas y arcos de medio punto. Plinto, base ática, capitel corintio y entablamento realzan el arco. La luz y el color crean un efecto espacial. Las cubiertas planas casetonadas siguen modelos clásicos. El resultado es un espacio armonioso, elegante, sobrio y grandioso, que evoca las obras clásicas.

b) León Battista Alberti

Arquitecto y teórico del Quattrocento, Alberti descubrió la grandeza del arte clásico en Roma, encontrando en Brunelleschi a su maestro. Sus obras más conocidas son el Palacio Rucellai, la fachada de Santa María Novella, el Templo de Malatesta en Rímini, y las iglesias de San Sebastián y San Andrés en Mantua. Alberti fue un humanista renacentista.

Palacio Rucellai

Ejemplo de renovación urbana, los palacios, emblema de la nueva sociedad, se abrían a la ciudad. El Palacio Rucellai destaca por la planitud de su almohadillado, que realza la geometría del conjunto con luces y sombras. Alberti usa la superposición de órdenes: toscano en el primer piso y corintio en el segundo y tercero. Las ventanas bíforas “albertinas”, con un óculo en el tímpano, son un elemento personal.

2. Arquitectura del Cinquecento

a) San Pedro del Vaticano

El Papa Julio II encargó a Bramante sustituir la antigua basílica de San Pedro por una nueva, que sería tumba de Pedro, sede pontificia y centro de la cristiandad.

Planta de Bramante

Bramante ideó una planta centralizada de cruz griega inscrita en un cuadrado, con una cúpula central de 40 metros de diámetro y otras cuatro en los codos de la cruz. La planta realza los volúmenes externos. El proyecto se frustró por la muerte de Julio II y Bramante.

Proyecto de Rafael

Rafael, sucesor de Bramante, propuso una planta de cruz latina con tres naves, capillas y una amplia cabecera, conservando la cúpula de Bramante. Su muerte prematura impidió su desarrollo.

Plan de San Gallo el Joven

San Gallo el Joven recuperó la planta centralizada, aunque no una cruz griega pura.

Solución de Miguel Ángel

Miguel Ángel respetó la cruz griega, colocando cuatro pilares ochavados para una cúpula mayor que la de Bramante. La cúpula se asienta sobre un tambor circular con columnas gemelas, y sobre éste, un segundo tambor y la cúpula apuntada. La linterna abierta a la luz la corona. La cúpula del Vaticano se convirtió en un símbolo universal. El interior es luminoso y unitario.

b) Andrea Palladio

Arquitecto y teórico, autor de “Los Cuatro Libros de la Arquitectura”, Palladio contribuyó al Manierismo, especialmente con sus villas, ejemplo de arquitectura civil.

Villa Rotonda

Las villas de Palladio responden a la demanda de vida campestre, reinterpretando la arquitectura clásica. La Villa Rotonda tiene una sala circular con cúpula, y cuatro pórticos a modo de templo romano en los extremos. Los pórticos, próstilos y exástilos de orden jónico, tienen frontón y escalinata. La planta es cuadrada. Destaca su elegancia y sencillez monumental.

3. Escultura del Renacimiento

Se recuperó la proporcionalidad y el desnudo, a menudo con temas mitológicos. Se usaron piedra, mármol, bronce, etc., en estatuas, bustos, relieves, etc.

a) Donatello

Artista representativo del siglo XV, Donatello evolucionó de un estilo medieval a uno humanista. En Roma, aprendió de las obras antiguas. Experimentó con las formas y los contenidos, devolviendo a la escultura el sentido heroico clásico. Se centró en la figura humana. Su estatua ecuestre de Gattamelata en Padua, inspirada en Marco Aurelio, es el primer monumento ecuestre renacentista. Donatello exploró las cualidades de los materiales y los efectos de la luz.

b) Miguel Ángel

Influenciado por colecciones de esculturas antiguas y descubrimientos arqueológicos, Miguel Ángel desarrolló un estilo manierista, con una fase clasicista. Su obra muestra su personalidad y maestría en la talla.

La Piedad

Obra clásica y humanista, La Piedad, en mármol de Carrara, muestra la belleza ideal. La Virgen, eternamente joven, tiene un rostro delicado. El manto, con pliegues que crean contrastes de luz y sombra, completa el clasicismo. El cuerpo de Cristo, tratado con verismo, forma un triángulo equilibrado con la Virgen. La composición transmite armonía y sosiego.

David

El David, de 4 metros, tallado en un solo bloque de mármol, simboliza el triunfo de la República sobre los Médicis. La obra, descomunal, muestra la fuerza de la talla, iniciando el estilo “heroico” de Miguel Ángel. El desnudo clásico, en contraposto, tiene una musculatura potente y una expresión firme, anticipando la tensión manierista.

Moisés

Moisés, representado con furia al bajar del Sinaí, muestra rabia y cólera. Los ropajes recuerdan la tradición clásica, pero la expresión, con barba encrespada y mirada furibunda, inicia la terribilitá miguelangelesca.

Tumba de los Médicis

En la sacristía de San Lorenzo, Miguel Ángel creó las tumbas de Giuliano y Lorenzo de Médicis. Giuliano simboliza al hombre activo, y Lorenzo, al contemplativo. A sus pies, las alegorías de la Aurora y el Crepúsculo, y la Noche y el Día, representan el paso del tiempo. El conjunto, manierista, muestra un tratamiento anatómico potente.

Piedad Rondanini

Obra inacabada por la crisis espiritual de Miguel Ángel, la Piedad Rondanini culmina su interpretación manierista. Las figuras alargadas, resbaladizas, acentúan el dinamismo. El mármol, con zonas pulidas y otras sin terminar, muestra la despreocupación por la belleza externa, buscando representar la espiritualidad.

4. El Renacimiento en España

La influencia italiana fue minoritaria en España. El Renacimiento español es complejo, con diversas influencias y pocas veces puramente clásico.

A) Arquitectura

a) Plateresco

El primer Renacimiento español, llamado estilo Reyes Católicos, Isabelino, Cisneros o Plateresco, recuerda el trabajo minucioso de los plateros. Ejemplos son la Universidad y el Palacio de Monterrey en Salamanca.

b) Clasicismo o Purismo

Arquitectos españoles se centraron en los volúmenes, siguiendo las normas clásicas. El Palacio de Carlos V en la Alhambra, de Machuca, simboliza el poder imperial. Con almohadillado romano y planta manierista (exterior cuadrado, patio circular), tiene orden dórico abajo y jónico arriba. La decoración alude al poder imperial.

c) Herreriano o escurialense

El Manierismo español culmina en El Escorial, de estilo Herreriano, Escurialense o Trentino.

Monasterio de San Lorenzo de El Escorial

El Escorial, ideado por Felipe II, fue proyectado por Juan Bautista de Toledo y terminado por Juan de Herrera. Conmemora la Batalla de San Quintín y es palacio, iglesia, panteón real y centro de artes y ciencias. La planta rectangular, con el palacio sobresaliendo, forma una parrilla, símbolo del martirio de San Lorenzo. El interior tiene patios cuadrangulares, como el de los Evangelistas. La iglesia, centralizada de cruz griega, tiene una cúpula. El presbiterio elevado alberga el Panteón Real. El interior, sobrio y monumental, repite arcos, pilastras toscanas y bóvedas de cañón con lunetos. El exterior, austero, tiene piramidones. El Escorial refleja el Estado y el Imperio de Felipe II: frío y racional.

B) Escultura

a) Alonso Berruguete

Influenciado por el Manierismo y Miguel Ángel, Berruguete creó obras como el Sepulcro del Cardenal Tavera (mármol) y el Retablo de San Benito (madera policromada).

San Sebastián

El San Sebastián de Berruguete muestra dinamismo manierista: la figura se retuerce en serpentinata, con múltiples puntos de vista. El canon estilizado y las formas delicadas crean una actitud danzarina e inestable. Con cierto clasicismo, sin dramatismo excesivo, transmite intimismo religioso.

b) Juan de Juni

Juni, más reposado que Berruguete, cuidaba las anatomías. Influenciado por el clasicismo y Miguel Ángel, creó obras como el Santo Entierro, la Piedad de Medina del Campo y la Dolorosa y el Crucificado de Valladolid.

C) Pintura

El Greco

El Greco, influenciado por el arte bizantino, veneciano e hispánico, muestra un estilo rígido, colores encendidos y misticismo expresionista.

La Trinidad

Con reminiscencias miguelangelescas, La Trinidad muestra elementos manieristas: la postura escurridiza de Cristo, la anatomía musculosa y los cánones alargados. Los colores ácidos contribuyen al misticismo, y el juego de luces crea contrastes.

Entierro del Conde de Orgaz

El Entierro del Conde de Orgaz representa la aparición de San Esteban y San Agustín. El cuadro se divide en dos niveles: terrenal y celestial, unidos por un ángel en escorzo. En la zona terrenal, el realismo destaca en los santos, el cadáver y los retratos. En la Gloria, Cristo, la Virgen, San Pedro y los Bienaventurados, incluyendo a Felipe II, se representan con pincelada suelta, luces fantasmales y figuras alargadas, creando dos estilos en un solo cuadro.