Arte y Arquitectura en la Antigüedad: Pompeya, Bizancio y el Periodo Carolingio

Los Frescos de la Villa de los Misterios (Pompeya)

Situada en las afueras de Pompeya, la Villa de los Misterios debe su nombre al tema representado a modo de gran friso en las paredes de una de sus habitaciones: los ritos sagrados de carácter secreto en honor de Dioniso. Aunque la identificación del tema general parece clara, la interpretación de sus detalles, en cambio, resulta difícil y compleja. Los frescos fueron realizados en la primera mitad del siglo I a. C. y se clasifican en el segundo estilo pompeyano o arquitectónico, porque las escenas se enmarcan en arquitecturas pintadas que simulan ser reales, creando la ilusión óptica de que el espacio continúa donde solo existe un muro.

Iconos

Un icono es una imagen que tiene como soporte una tabla de madera. Sobre ella, a veces, se extendía una tela de lino sobre la que se daba una preparación blanca de yeso. Sobre ese yeso se aplicaban seis o siete capas. Sobre esta última se dibujaban las figuras y, normalmente, se rayaban con un punzón. Al final del proceso, se barnizaba para preservar la obra. Se llevan a cabo imágenes de manera codificada, ya que los teólogos son quienes dictan cómo se deben hacer las imágenes. La primera representación de la Virgen es la Kyriotisa, en majestad y sentada en un trono. La segunda es la Odigitria, que indica el camino de salvación, normalmente sosteniendo al niño con el brazo izquierdo y señalando con la mano derecha; aunque no se ve la figura de la Virgen, está de pie. La tercera es la Theotokós, que combina las dos anteriores, con la madre entronizada y señalando también como salvador, aunque a veces no aparezca tan claro. La cuarta sería el Pantocrátor (es románica), que es la presentación de Dios todopoderoso y se suele representar con los Evangelios en la mano izquierda y la mano derecha bendiciendo. La quinta es la Déesis, con una representación de Jesucristo en el medio, la figura de la Virgen a un lado y la de San Juan al otro lado; puede estar representada en la cruz o bien en el trono celestial como Pantocrátor. En el concepto de Déesis, están intercediendo por la humanidad. Los iconos del mundo bizantino tienen un fondo de pan de oro (dorado) para dar un carácter religioso y sobrenatural a la obra. El azul ultramarino es el color más difícil de conseguir; las mejores minas están en Afganistán, y los pintores intentan obtenerlo para dignificar aquello que querían resaltar.

La Cátedra del Obispo Maximiano de Rávena

Una de las obras que se llevan a cabo en Bizancio son las obras en marfil, como por ejemplo “La Cátedra del Obispo Maximiano de Rávena”, que es una obra del siglo VI d.C. Sobre una estructura de madera se iban colocando diferentes placas de marfil, y lógicamente, las placas más grandes van en la parte frontal de la cátedra. Se recogen temas del Antiguo y del Nuevo Testamento.

Pala D’Oro

En Bizancio, la orfebrería es muy importante. Dentro de ella, destaca el Tesoro de la Iglesia de San Marcos, realizado en oro, plata, piedras preciosas, esmaltes y cristal. La “Pala D’Oro” es el retablo de la Iglesia de San Marcos. Desde el siglo XI d.C., surge una orfebrería muy importante en Bizancio. Otro medio también muy importante en Bizancio son los tejidos, que tienen una gran influencia del mundo oriental en el mundo bizantino.

Capilla Palatina de Aquisgrán

  • La capilla fue construida en el año 805 d.C. para albergar las reliquias de los reyes carolingios y servir como sepultura del emperador. Su diseño busca recuperar el concepto de los antiguos martyria y mausoleos. Tiene una planta centralizada octogonal, inspirada en la Iglesia de San Vital en Rávena, con pilares macizos en los ángulos y un deambulatorio alrededor del féretro, por donde pasean los fieles. El interior del edificio cuenta con tres pisos de arcos de medio punto, siguiendo la tradición romana. En el nivel intermedio se encuentra una capilla palatina, destinada al uso del emperador. La cúpula descansa sobre un tambor y las bóvedas son de cañón, con formas circulares y semicirculares. En cuanto a los materiales, se utilizaron mármol y mosaicos con representaciones de santos, adornados con dorados para realzar el juego de la luz interior. Las columnas son reutilizadas de edificios de Rávena y son de estilo bizantino, con el famoso cimacio (una pirámide inversa truncada) colocado sobre los capiteles. Desde el punto de vista decorativo, las dovelas de los arcos alternan en colores blanco y negro, creando un efecto visual llamativo.

Iglesia de San Juan de Baños

  • El edificio se encuentra en Palencia y data del siglo VII, aunque no se conoce una fecha exacta, situándose alrededor del año 611 d.C. Presenta una planta basilical con pocos vanos, pequeños, lo que favorece un ambiente íntimo. Cuenta con un pórtico de entrada, que es una evolución del nártex. El interior está organizado en tres naves, con una nave central más alta y ancha que las dos laterales. También tiene un transepto (el brazo de la cruz) y un ábside cuadrado en el exterior, lo cual es una característica peculiar. En cuanto a la planta, existen estancias que se cree que eran utilizadas como sacristías y espacios para las liturgias. Dentro del edificio, el ábside no es cuadrado y está cubierto por un gran arco de herradura, junto con bóvedas de cañón. En la dovela central del arco, hay una cruz esculpida. Las naves están separadas por arcos de herradura que se apoyan en columnas de estilo romano, con fustes lisos y capiteles corintios. La cubierta del edificio es de madera, excepto el ábside, que está cubierto por una bóveda de cañón de piedra.