Maestros del Renacimiento y Primitivos Flamencos: Un Recorrido por sus Obras
Primitivos Flamencos
Jan Van Eyck está considerado como uno de los mejores pintores del norte de Europa del siglo XV y el más conocido de los primitivos flamencos. Es una de las figuras de transición desde el gótico internacional a la llamada escuela flamenca. Van Eyck reintroduce el óleo, es maestro en el retrato, tuvo un exquisito gusto por la minuciosidad de los detalles que a veces tienen contenido simbólico, que se puede ver reflejado en El matrimonio Arnolfini.
Roger Van der Weyden fue un pintor primitivo flamenco. Fue capaz de crear apariencia de vida gracias a la extraordinaria minuciosidad con que aborda los pequeños detalles, como las lágrimas que escurren por las mejillas, los bordados de un tejido o la sombra de las barbas mal afeitadas. Van der Weyden rompe en su pintura los límites entre lo real y lo esculpido al situar a sus figuras en espacios con frecuencia inconcebibles o irreales, con escalas contrarias a la lógica y, sin embargo, intensamente emotivas y de gran fuerza estética por la armonía de sus composiciones. Introduce la vía del patetismo y dramatismo en sus cuadros, siendo su obra esencia El descendimiento, del Museo del Prado.
El Bosco fue un pintor nacido en los Países Bajos, con una obra excepcional tanto por la extraordinaria inventiva de sus figuraciones y los asuntos tratados como por su técnica, llegando a ser calificado como artista lejano dentro de la tradición de la pintura flamenca a la que pertenece. Sus temas iconográficos, llenos de seres fantásticos, cuya apariencia irreal anticipa el surrealismo, son deudores de los bestiarios. Era un técnico formidable de colorido delicado y cuidadosa ejecución. Los temas moralizadores, apoyados en figuras caricaturescas y seres monstruosos, le sirven para hacer una crítica religiosa y social. En el Museo del Prado se encuentra una de sus obras más destacables, el tríptico de El Jardín de las Delicias.
Artistas del Quattrocento Italiano
Brunelleschi fue arquitecto y escultor del Quattrocento italiano. Filippo Brunelleschi es el protagonista de la renovación arquitectónica florentina. Fue también el líder que aglutinó a artistas como Donatello, Masaccio, Ghiberti o Michelozzo que con su obra dieron origen al arte renacentista. Desde sus primeras obras sentó las bases del racionalismo clásico. Empezó como escultor hasta que, tras el estudio de las ruinas de Roma, se entusiasmó con la arquitectura. Una de sus obras más destacables es la cúpula de Santa María de las Flores.
Alberti fue un destacado arquitecto del Quattrocento italiano y es el ejemplo de intelectual humanista: un gran teórico que escribe libros sobre arquitectura, escultura y pintura. Defiende el carácter intelectual del arquitecto, cuya función es proyectar y diseñar, y no construir. Entre sus ideas destacan: el valor dado a los órdenes clásicos y el gran interés por la proporción y la armonía, aplicando módulos basados en cálculos matemáticos. Destaca por sus tratados basados en la obra de Vitruvio y por su obra en la fachada de Santa María Novella.
Ghiberti es el primer gran escultor y broncista del Quattrocento italiano. Se había formado en el taller de orfebrería de su padre, lo que explica su virtuosismo técnico. Su fama arranca del concurso que, en 1401, convocó el Gremio Mayor de comerciantes de paños de Florencia, para realizar las segunda puertas del baptisterio de la catedral, al que también se presentó Brunelleschi. La obra le fue adjudicada y la realizó con escenas enmarcadas en cuadrifolios góticos. La obra acabó llamándose Las puertas del Paraíso.
Donatello fue un artista y escultor italiano de la segunda mitad del siglo XV. Se convirtió en una fuerza innovadora en el campo de la escultura monumental y en el tratamiento de los relieves, utilizando el stiacciato. Donatello será el que mejor represente y aporte características del Quattrocento: importancia del hombre en sus diversas formas físicas y actitudes psicológicas, el contrapposto, la importancia de la luz para crear efectos de brillo y sombra con la que también se consigue volumen. Entre sus obras destacan El David, estatua representada como un joven y con influencia del clasicismo en el contrapposto y la curva praxiteliana; y el Condottiero Gattamelata, estatua ecuestre que recuerda a Marco Aurelio.
Maestros del Cinquecento Italiano
Leonardo da Vinci fue un importante pintor del Cinquecento italiano, además fue diseñador, matemático, proyectista y anatomista, entre otras cosas. Es una de las figuras más paradigmáticas de la historia de la cultura y del arte. Nacido en Toscana, su actividad transcurre fundamentalmente en Milán y Florencia. Fue defensor de la excelencia del arte pictórico sobre las demás artes, para él la pintura es ante todo una actividad intelectual. Sus principales aportaciones fueron: la importancia y estudio del efecto de la luz que conduce a utilizar el sfumato y a iniciar la perspectiva aérea; mostró gran interés por reflejar estados anímicos y expresivos de los personajes, como en La Última Cena. Entre sus obras más destacables se encuentra La Gioconda.
Rafael fue un pintor y arquitecto italiano del Renacimiento. En su juventud viaja a Florencia, donde aprende de Miguel Ángel y Leonardo da Vinci. Su obra se caracteriza por la ausencia de tensión y dramatismo y por un gran equilibrio, amabilidad y serenidad, además de la consecución de una belleza idealizada y una estudiada composición simétrica desarrollada sobre amplios espacios de arquitectura clásica. El Papa Julio II le encargó decorar las Estancias Vaticanas al mismo tiempo en el que Miguel Ángel trabajaba en la bóveda de la Capilla Sixtina, lo que resultó en una admirable “competencia” entre ambos artistas. Una de las facetas más desconocidas de Rafael es la de arquitecto: al fallecer Bramante se le encargó continuar con las obras de la basílica de San Pedro del Vaticano. Una de sus obras más conocida es el fresco de La escuela de Atenas, en las Estancias Vaticanas.
Miguel Ángel fue un arquitecto, escultor y pintor del Cinquecento italiano, considerado uno de los más grandes artistas de la historia tanto por sus esculturas como por sus pinturas y obra arquitectónica. Desarrolló su labor artística a lo largo de más de setenta años entre Florencia y Roma, que era donde vivían sus grandes mecenas. Triunfó en todas las artes en las que trabajó, caracterizándose por su perfeccionismo. La escultura era su predilecta y la primera a la que se dedicó. En su escultura hay que destacar su obra maestra, El David. Seguida de la pintura en la que destaca la bóveda de la Capilla Sixtina, y ya en sus últimos años realizó proyectos arquitectónicos como la cúpula de la basílica de San Pedro del Vaticano. Miguel Ángel representa en arquitectura un cambio hacia el barroquismo, jugando con la ilusión óptica.