Basílica de San Vital de Rávena
Identificación
La Basílica de San Vital es una iglesia de planta centralizada que recuerda, en cierto modo, a la planta de San Sergio y San Baco, y que se sitúa a caballo entre el arte propiamente bizantino y el clásico. Se construyó en el siglo VI, concretamente entre los años 521 y 547, pero se desconoce el nombre del arquitecto o arquitectos que realizaron el diseño. El templo había sido comenzado en el año 521 bajo el patrocinio del arzobispo Ecclesio, cuando Rávena aún pertenecía a los ostrogodos. Más tarde, tras la conquista bizantina, se decidió que sería el templo oficial para el gobernador de la región occidental del imperio, el llamado Exarcado de Rávena. La iglesia, consagrada a San Vital, es la más rica de todas las que erigieron los bizantinos en Rávena (Italia). Se levantó para dotar a esta gran ciudad de un templo digno de la que era segunda capital de su imperio, por lo que tenía un fuerte contenido propagandístico.
Características Formales
- Materiales: Al exterior se utiliza el ladrillo rojo cara vista, que resulta sorprendente por su pobreza aparente en contraste con la ostentación del interior. Los ladrillos, en gran parte materiales locales, son distintos de los utilizados anteriormente en Rávena y en todo el norte de Italia. Delgados y largos, separados por juntas de mortero bastante gruesas, imitan los de Constantinopla, y fueron fabricados en la localidad para todas las construcciones financiadas por el banquero Juliano Argentario.
- Elementos sustentantes y sostenidos: Destaca especialmente la cúpula, que es ligerísima, construida con tubos de arcilla insertados y que se asienta sobre trompas. Su apoyo sobre columnas y su escaso peso permiten un sistema de iluminación centralizado desde la misma cúpula, que tiene mucho que ver con este sentido espacial de ascensionalidad e ingravidez. La cúpula es alta, está elevada no sólo por un piso de galerías, sino también por el tambor que va sobre los arcos, el cual conserva la forma octogonal y tiene una gran ventana en cada lado, enmarcadas cada una de ellas por arcos de medio punto, a partir de cuyas claves comienza la curvatura de la cúpula. Contribuye también a esta concepción mágica del espacio interior el juego elástico de las exedras, que además multiplican su efectismo en los dos pisos. También la alternancia de abovedamientos, ya que aparte de la cúpula, hay bóvedas de arista en el nártex, el deambulatorio y el presbiterio, y bóveda de cascarón en el ábside.
- Elementos decorativos: El sistema ornamental está constituido a base de pares de columnas y tríos de arcos en cada uno de los tramos, con capiteles bizantinos y una decoración musivaria impresionante que no hará sino exaltar los valores lumínicos del edificio.
- Planta: Presenta una planta de forma octogonal con un deambulatorio cubierto con una complicada bóveda de arista. En la parte central, y aprovechando los pilares centrales que sirven de soporte a la cúpula central, se articulan sucesivas exedras que nuevamente crean un dinámico ritmo espacial de elementos curvos y rectos. A la entrada se dispone un nártex transversal con dos torres a los lados que permitían el acceso a la tribuna o matronium de la planta alta. Se abren junto al ábside, la prótesis y el diaconicón. A pesar del sentido centralizado de la planta, se observa un rotundo eje longitudinal que viene marcado por la existencia del nártex transversal a la entrada, y al fondo un presbiterio, de forma rectangular abovedado en arista y el ábside, semicircular al interior y poligonal al exterior.
- Alzado: Al exterior destaca una correcta proyección de volúmenes, con el mismo sentido de la verticalidad y ritmo ascendente, desde las capillas hasta la cubierta central.
- Espacio interior: Destaca la sensación de ingravidez en todo el espacio. En este sentido, es muy importante el papel de la cúpula. En su interior domina la unidad y la diafanidad.
Contexto Histórico y Significado
Este edificio se reformó por deseo expreso del Emperador Justiniano a partir de construcciones anteriores, con el objeto de acelerar la integración de los territorios conquistados al Imperio Bizantino. La obra se financió con el dinero del acaudalado banquero Juliano Argentario, de origen griego (aportando una cantidad aproximada de 26 000 besantes de oro), y fue supervisada por el arzobispo de la ciudad, Maximiano, quien la consagró en el año 547. Todos estos personajes aparecen en la decoración musivaria que se realizó entre los años 546 y 548, año de la muerte de la emperatriz Teodora. Estos mosaicos son el mejor ejemplo de las artes figurativas bizantinas.
Relevancia en la Historia del Arte
En la época de su construcción, San Vital fue una excepción en la producción arquitectónica de Rávena, donde la basílica italiana era la norma. Siglos después, en 787, sería visitada por Carlomagno, quien la utilizaría como modelo para la construcción de su capilla palatina de Aquisgrán.