Características y Evolución del Arte Prehistórico y Griego: Escultura y Pintura

Temática Predominante en la Escultura Griega

La escultura griega se centra principalmente en la representación del ser humano. No busca retratar a individuos concretos, sino que aspira a crear modelos ideales de belleza basados en un canon o sistema de proporciones armónicas. Se trata, por lo tanto, de un realismo idealizado. Tanto hombres mortales como héroes y dioses mitológicos son representados de forma similar, predominando el desnudo, tanto masculino como femenino, en diversas actitudes y posiciones. También se representan seres imaginarios como esfinges, centauros o grifos.

Orden Corintio

El orden corintio es una variante del orden jónico; la principal diferencia reside en el capitel. La parte inferior del capitel presenta dos filas superpuestas de hojas de acanto. En la parte superior, se observan pequeñas volutas que surgen de un tallo abierto en un cáliz. El espacio entre ellas se decora con hojas de agua. El ábaco es estrecho. El resto de los elementos son similares a los del orden jónico, pero con una ornamentación aún más elaborada. En Grecia, la columna corintia era la más esbelta de los tres órdenes y comenzó a utilizarse en el siglo VI a.C., primero en el interior de los templos y luego en el exterior.

Orden Jónico

La columna jónica consta de basa, fuste y capitel, y se apoya sobre un plinto cuadrado. La basa es circular y está compuesta por molduras: dos toros y una escocia. El fuste, más esbelto que en el orden dórico, es acanalado y no presenta éntasis. El collarino está formado por una serie de perlas. El capitel consta de dos volutas o espirales unidas en la parte superior por una almohadilla y se remata con un ábaco, generalmente decorado. El entablamento consta de arquitrabe, friso y cornisa. El arquitrabe se divide en tres bandas que sobresalen ligeramente unas de otras. El friso es corrido, sin divisiones, y puede presentar decoraciones escultóricas. La cornisa consta de varias molduras, lisas o decoradas. El edificio presenta un frontón cuyo tímpano se decora con relieves.

Periodos de la Escultura Griega

La escultura griega, centrada en la figura humana, se divide en tres etapas principales:

  • Época Arcaica (siglos VII-VI a.C.): Se representan figuras humanas como los koroi (femenino) o los kouroi (masculino), caracterizados por su rigidez, frontalidad y convencionalismos en los peinados y rostros (la “sonrisa arcaica”).
  • Época Clásica (siglos V-IV a.C.): Se avanza hacia el naturalismo, alcanzando su máxima expresión en la segunda mitad del siglo V. Se impone un canon y los rostros presentan una expresión serena.
  • Postclasicismo (siglo IV a.C.): Aparecen rostros más expresivos.
  • Época Helenística (323 a.C. – 146 a.C.): Se observa una mayor diversidad temática, mayor expresividad, movimiento exagerado y abundancia de retratos.

Pinturas Rupestres: Altamira

Las pinturas del techo de las Cuevas de Altamira pertenecen a la Prehistoria, específicamente al Paleolítico Superior (cultura Magdaleniense). Forman parte de la escuela franco-cantábrica. Su autor o autores son desconocidos. Fueron descubiertas en 1875 por Marcelino Sanz de Sautuola, pero pasaron varios años hasta que la comunidad científica reconociera su autenticidad, ya que inicialmente se consideraron falsificaciones.

Las pinturas son rupestres y se encuentran en el techo de la cueva. Los pigmentos son colores naturales obtenidos de minerales: negro del carbón, rojo del óxido de hierro, ocre, y grasa animal para su mejor conservación. Estos colores se aplicaban con las manos o con pinceles artesanales hechos con cerdas de animales. El perfil se realizaba con un objeto punzante. La grasa permitía que los pigmentos penetraran en la roca, y la temperatura y humedad constantes han contribuido a su excelente conservación.

El tema principal son animales en diversas posturas, sin representación de figuras humanas. Son pinturas figurativas y realistas con una función mágico-simbólica: se creía que representar a los animales de forma realista facilitaría su caza. Para dar relieve, se utilizaba la degradación del color y se aprovechaban las protuberancias de la roca. Las proporciones se ajustan a las medidas reales, lo que genera una gran sensación de naturalismo. No existe profundidad ni se intenta representar un fondo paisajístico. Su realismo y ubicación sugieren una función mágico-religiosa como pintura ritual.

Pinturas Rupestres: Cogul

Esta pintura prehistórica pertenece a la escuela levantina, correspondiente al Mesolítico (6000-2500 a.C.). Se ubica en un abrigo rocoso en Cogul (Lleida, España).

Se trata de una pintura rupestre, pero a diferencia de las pinturas paleolíticas, no se encuentra en el interior de una cueva, sino en un abrigo rocoso. Por lo tanto, es una pintura parietal, expuesta a cambios de temperatura, lo que explica su peor estado de conservación.

La técnica destaca por su sencillez y durabilidad. Los colores se elaboraban con grasa animal y pigmentos como óxido de hierro y carbón. Se aplicaban con los dedos o con instrumentos artesanales. Se representan escenas de la vida cotidiana, como la caza o la danza. Se cree que estas escenas podrían tener un carácter ritual, relacionado con la supervivencia y la reproducción, fundamentales en esta época.

Inicialmente, son pinturas planas y lineales, sin buscar la degradación del color ni el volumen. Son representaciones figurativas, pero no realistas; los rasgos se reducen al mínimo, pero siempre lo suficiente para permitir la identificación. Generalmente, presentan una composición abierta. Las pinturas son dinámicas y, en algunos casos, parece que se intenta representar la perspectiva. También aportan información sobre la vida cotidiana, la caza, la recolección, la vestimenta y los cambios de temperatura, según las representaciones.