Descubre el Arte del Antiguo Egipto: Características y Monumentos

El Arte Egipcio

Fundamentos del Arte Egipcio

La geografía de Egipto favoreció la creación de una cultura que evolucionó con continuidad y en la que las influencias exteriores fueron relativamente escasas. Una vez configuradas las condiciones políticas y establecidos los fundamentos de las creencias religiosas y su liturgia, la aparente inmutabilidad del mundo egipcio fue una nota distintiva, salvo en circunstancias excepcionales, como los intentos reformadores del faraón Akenatón (Amenofis IV) con su intento de establecer una religión monoteísta. Toda la vida egipcia estaba regida por la religión, que otorgaba al faraón un carácter divino y que valorizaba la existencia de la vida ultraterrena en íntima conexión con la vida material. De aquí se derivan la grandiosidad arquitectónica y su simbolismo, como la rigidez de las formas escultóricas, en íntima conexión con los conceptos de la inmutabilidad de las creencias y la permanencia del poder, al margen de las circunstancias históricas.

La estética egipcia subyace bajo las formas del arte romano del Bajo Imperio, como en el arte bizantino y en el copto, que influyen fuertemente en el arte cristiano occidental, en los jeroglíficos y simbología del manierismo y, fundamentalmente, en múltiples aspectos del arte de los siglos XIX y XX. Monumentalismo, racionalismo matemático, trascendencia de las formas arquitectónicas y escultóricas, tendencia a la abstracción, simbolismo que da contenido intelectual a la realidad sensible son aspectos, entre otros, que repetidamente han tenido vigencia en la evolución artística occidental y de la que el arte egipcio es el paradigma, el modelo a imitar.

Hacia el 3300 a.C. se inicia la historia egipcia, precedida de un amplio periodo del que subsisten abundantes yacimientos prehistóricos, con el periodo tinita, que comprende las dos primeras dinastías. Al término del tercer milenio corresponde el Imperio Antiguo, al que sucede una etapa de relativa crisis. A mediados del segundo milenio se inicia el Imperio Nuevo, que ha de mantenerse hasta mediados del primer milenio. Las etapas del imperio saita, el correspondiente a la conquista persa (525 a.C.) y las fases helenística y de dominación romana, señalan diversos jalones en la evolución del arte egipcio, que se cierra a fines del siglo IV d.C.

La Arquitectura Egipcia

Características de la Arquitectura

  • Construcción en piedra, labrada de manera geométrica (sillares): Es el primer rasgo de la arquitectura egipcia. No se reduce a bloques desbastados de forma tosca, sino a piezas de medidas precisas, formando muros sin salientes y edificios de perfiles rectilíneos. Podemos ver aquí la influencia de la geometría y los conocimientos matemáticos de este pueblo. La justificación del empleo de la piedra, en oposición a otros pueblos mediterráneos como los mesopotámicos que carecían de ella, se puede ver en razones de tipo geológico, así como en una conquista voluntaria y una manifestación más del espíritu geométrico.
  • Colosalismo: Es el rasgo más evidente, el gran tamaño de todas las construcciones, que resulta desproporcionado en relación con la función del edificio. Demuestra la importancia de las fuerzas sobrenaturales y el deseo de supervivencia impuestos por la religión egipcia, así como un gran dominio de la técnica.
  • Arquitectura arquitrabada, basada en la combinación de líneas rectas, verticales, horizontales o en diagonal (pirámides).
  • Empleo de la columna como elemento sustentante y decorativo. Son de gran tamaño y para su realización se inspiran en los elementos vegetales de la zona. El fuste imita el tronco y el capitel la flor de loto (lotiformes), de papiro (papiriformes) o de palma (palmiformes).

Monumentos Arquitectónicos

La influencia de la religión y del poder de la monarquía hacen que los ejemplos de la arquitectura estén relacionados bien con la vida de ultratumba (tumbas o monumentos funerarios) o con el poder y la religión (templos).

Monumentos Funerarios

El tipo más antiguo de tumba, que se repite en el Bajo Egipto, es la mastaba, que ofrece el aspecto de una pirámide truncada de planta rectangular, dentro de la cual existe una pequeña sala para las ofrendas (serdab), una reducida capilla y, bajo tierra, la cámara mortuoria a la que se accede por un pozo, que se ciega una vez colocado el cadáver.

La superposición de mastabas da lugar a la pirámide escalonada, como la del faraón Zoser de la III dinastía en Saqqarah. En la IV dinastía se construyen las grandes pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos, hechas con enormes bloques de piedras y junto a las cuales se sitúan templos funerarios. En relación con la pirámide de Kefrén está la gran esfinge de Guiza, retrato del faraón.

En el Imperio Medio y Nuevo, cuando la capital se traslada al sur (Tebas), se construyen hipogeos, tumbas excavadas en la roca, como las de los Valles de los Reyes y de las Reinas.

Templos

Los más característicos corresponden al Imperio Nuevo. Sus partes son:

  • Avenida de esfinges
  • Puerta con pilonos
  • Patio con columnas o sala hípetra
  • Sala hipóstila
  • Santuario

Los templos no eran lugares de culto y la entrada al santuario estaba reservada a los grandes sacerdotes y al faraón. Se observa la gradación en la luminosidad de mayor a menor según las estancias van siendo más sagradas. Los ejemplos más característicos son los de Karnak, Luxor, Filae y Edfu.

Otro tipo de templo con carácter funerario es el speo, excavado en la roca. Los más famosos son los de Deir el-Bahari, entre ellos el de la reina Hatshepsut, organizado en terrazas, y los de Abu Simbel, dedicados al faraón Ramsés II y su esposa Nefertari.