El Arte Barroco
Pintura Barroca Española
Diego Velázquez
Velázquez, el mejor representante de la pintura barroca española, ingresó con seis años en el taller de Francisco Pacheco, con cuya hija se casó. Admiraba a su maestro y mostraba gran interés por la realidad circundante. Su pincelada densa y su paleta de colores terrosos, junto con su dibujo preciso y detallista, recurrían al tenebrismo. En su primera época destacan obras como El aguador de Sevilla y Mujer friendo huevos.
Tras la muerte de Felipe III en 1621, Felipe IV ascendió al trono y nombró como valido al Conde Duque de Olivares. Velázquez viajó a Madrid por segunda vez bajo la protección del Conde Duque, retrató al rey y fue nombrado pintor de cámara, instalándose en la corte. Su carrera artística se desarrolló paralelamente a la vida palatina. Fue nombrado caballero de la Orden de Santiago. La visita de Rubens a España le influyó notablemente. En 1629 viajó por primera vez a Italia, donde realizó obras importantes como La fragua de Vulcano y La túnica de José. Realizó retratos de la familia real y de los bufones de la corte.
En 1648 viajó por segunda vez a Italia para adquirir obras de arte. Pintó el retrato del Papa Inocencio X y el de su criado, Juan de Pareja. En 1651 regresó a Madrid y fue nombrado aposentador mayor del rey. Pintó dos de sus obras más importantes: Las Meninas y Las Hilanderas. En 1659 fue nombrado caballero de Santiago. También realizó obras de temas mitológicos y cuadros históricos como La rendición de Breda.
Las Meninas
Las Meninas fue pintado para el despacho de verano del rey en el Alcázar de Madrid. La escena se sitúa en el taller de Velázquez: una pieza amplia con ventanas a la derecha. Al fondo, una puerta da a una escalera luminosa donde se ve a José Nieto Velázquez. Un espejo refleja a Felipe IV y a la reina Mariana de Austria. A la izquierda, Velázquez se autorretrata. En el centro, la infanta Margarita, de cinco años, está rodeada de sus doncellas. A su izquierda, doña Agustina Sarmiento le ofrece un búcaro rojo. Junto a ella, aparecen una enana y el enano Nicolás de Pertusano. Al fondo, Marcela de Ulloa. El argumento del cuadro es la irrupción de la infanta en el taller. La obra combina la perspectiva lineal y aérea, creando profundidad. La luz incide sobre los personajes y envuelve en sombra a los del fondo, transmitiendo gran realismo.
Bartolomé Esteban Murillo
Murillo, en sus inicios, estuvo marcado por el tenebrismo. Destacó por su riqueza cromática, la captación de la luz y la soltura en la pincelada. Interpretaba las escenas con delicadeza y tranquilidad. Destacan sus Inmaculadas y sus escenas infantiles, religiosas y populares.
Sagrada Familia del Pajarito
La Sagrada Familia del Pajarito refleja sencillez y ternura. El Niño Jesús muestra un pajarito a un perro. San José, como un buen padre, juega con Jesús. María, en segundo plano, come una manzana. Murillo capta el mundo infantil con gran naturalidad. La luz lateral crea contrastes lumínicos y el fondo está en penumbra. Los objetos se representan con precisión realista.
Escultura Barroca
La escultura barroca del siglo XVII rompe con el clasicismo. Integra las artes en conjuntos escenográficos. El naturalismo, la representación de la vida interior y la relación de la escultura con el espacio son características clave. La luz crea efectos escenográficos. El movimiento se representa con esquemas compositivos abiertos. Los temas religiosos predominan, junto con temas mitológicos y fuentes urbanas. Se utiliza el mármol y otros materiales. Roma es el centro, con Bernini como figura principal.
Gian Lorenzo Bernini
Bernini, el mejor representante de la escultura barroca, dominó el panorama artístico de su época. Se formó bajo la influencia de Miguel Ángel. Nació en Nápoles y trabajó en Roma. Realizó obras como El rapto de Proserpina, David, Apolo y Dafne y Eneas, Anquises y Ascanio. Urbano VIII lo convirtió en el artista de Roma. Su obra se divide en: obras para San Pedro (Cátedra y Baldaquino), encargos para iglesias romanas, retratos y obras urbanas como la Fuente de los Cuatro Ríos. Creó tumbas papales y El éxtasis de Santa Teresa. Destaca su tratamiento del mármol y la captación del movimiento y las emociones.
Imaginería Española
La escultura barroca española del siglo XVII está ligada a la religión y al Concilio de Trento. Se buscaba el realismo y la emoción para la devoción popular. Los principales comitentes eran monasterios, parroquias y cofradías. Se crearon imágenes devocionales (Cristos, Vírgenes y santos) y pasos procesionales para la Semana Santa. El retablo también tuvo gran desarrollo. Se utilizaba madera policromada, un material económico y ligero, para lograr realismo. Se añadían cabellos, uñas, dientes de asta, ojos de cristal y ropas auténticas. Destacan dos escuelas: la castellana (Valladolid, Gregorio Fernández) y la andaluza (Sevilla, Martínez Montañés; Granada, Alonso Cano y Pedro de Mena). Murcia, con Salzillo, también fue importante.