El Arte Griego y Romano: Un Legado de Belleza y Perfección

El Partenón: Templo de Atenea

El Partenón, uno de los templos griegos más importantes que se conservan, está dedicado a la diosa Atenea. Su construcción, realizada casi exclusivamente en mármol blanco del monte Pentélico, fue iniciada por Pericles en agradecimiento a los dioses por la victoria contra los persas, entre los años 447 y 432 a. C. Los arquitectos Ictino y Calícrates trabajaron bajo la dirección de Fidias, autor de la decoración escultórica y de la estatua criselefantina de Atenea Partenos, pieza central del templo.

El Partenón mantuvo su carácter religioso a lo largo de los siglos, convirtiéndose sucesivamente en iglesia bizantina, latina y mezquita. En 1687, durante el sitio veneciano, los turcos lo usaron como depósito de pólvora. Una bomba veneciana impactó en el Partenón, causando una explosión que destruyó gran parte del edificio.

La Búsqueda de la Perfección

El Partenón ilustra la búsqueda de la perfección a través de las matemáticas. Los griegos consideraban la proporción como un elemento sagrado, y sus arquitectos establecieron un sistema unitario en sus cálculos. El templo se construyó siguiendo un canon derivado del máximo común denominador de su anchura y longitud. Este módulo se aplicó a las proporciones de todos los elementos del templo.

Otro objetivo fue la armonía visual mediante correcciones ópticas: un ligero abombamiento del fuste de las columnas para que parezcan rectas desde lejos; las columnas de los extremos más separadas para mayor resistencia y compensar la sensación visual de que se curvan hacia afuera; y el entablamiento y el estilobato curvados hacia arriba para ser percibidos como rectos.

Se trata de un edificio dórico, octóstilo con pórticos hexástilos y períptero. En su interior se encontraba la estatua de Atenea, realizada en oro y marfil.

El Laoconte y sus Hijos

El Laoconte y sus Hijos es un grupo escultórico de bulto redondo, perteneciente al estilo griego helenístico (siglos IV-I a. C.). Es una copia en mármol de un original en bronce, actualmente en el Museo del Vaticano en Roma (Italia).

La escultura, realizada mediante la técnica de la fundición, está formada por tres figuras. En el centro, la figura del Laoconte (padre), de mayor tamaño, destaca por el estudio del rostro, el tratamiento del pelo y los rizos. Su postura semisedente, apoyado en un asiento del que cuelgan ropajes, con la pierna derecha adelantada y la izquierda hacia atrás, muestra tensión. El Laoconte lucha con la serpiente, sujetándola con las manos para evitar la mordedura. La expresividad de su rostro, con la boca abierta y la cabeza inclinada, refleja dolor y sufrimiento.

A su lado, sus hijos, de menor tamaño, se abren en ángulo, rompiendo la vertical. Entre los tres forman una diagonal que atraviesa la escultura. La tensión y el movimiento de los cuerpos se acentúan por la disposición de la serpiente. El cuerpo desnudo del Laoconte, con una musculatura muy desarrollada en el abdomen, muestra dramatismo y teatralidad.

Detalles como los puños, la expresividad del rostro y el dinamismo de la composición realzan la obra. La temática representa el castigo divino impuesto a Laoconte, quien muere junto a sus hijos por una serpiente gigante.

La Escultura Romana

La escultura romana recibió una influencia decisiva de la griega y la etrusca. Se caracteriza por su realismo, en contraposición al idealismo heleno, y su subordinación a la arquitectura, ornamentando obras arquitectónicas. Los materiales habituales eran bronce, piedra y mármol.

Las tipologías más comunes fueron el retrato y el relieve conmemorativo, que adquirieron gran importancia y originalidad.

El Retrato

El retrato, representación tridimensional del rostro humano, es una de las manifestaciones más originales del arte romano. Sus raíces se encuentran en el helenismo tardío, los retratos funerarios etruscos y la costumbre romana de las imagines maiorum, máscaras de cera de los difuntos que conservaban las familias patricias.

A diferencia de los retratos griegos, que representaban principalmente a figuras famosas, los romanos retrataban a cualquier persona con recursos. Buscaban plasmar no solo el físico, sino también el alma y el carácter, logrando el retrato psicológico.

Relieves Conmemorativos

Los relieves conmemorativos evocaban y celebraban acontecimientos históricos, constituyendo un capítulo importante de la escultura romana. Su desarrollo se debe a que permitían representar escenas complejas, anecdóticas y realistas.

Los Órdenes Arquitectónicos

La columna es la base de la expresión estructural y estética de la arquitectura griega. Su diámetro se convierte en el módulo, la unidad de referencia para calcular las dimensiones del templo. A través de los órdenes, la columna dirige la evolución del templo a lo largo de los siglos.

Orden Dórico (siglo VII a. C.)

  • Sobrio
  • Cornisa apenas decorada
  • Friso de triglifos y metopas con relieves
  • Arquitrabe rectangular indiviso
  • Capitel con equino y ábaco
  • Collarino en la parte superior del fuste
  • Fuste estriado con éntasis
  • Sin basa

Orden Jónico (siglo VI a. C.)

  • Esbelto, rico en ornamentación, de influencia oriental
  • Cornisa elaborada y de poco saliente
  • Friso sin divisiones, decorado con relieves y pinturas
  • Arquitrabe de tres franjas paralelas
  • Capitel con volutas y ábaco
  • Fuste estriado y esbelto
  • Basa con partes cóncavas y convexas

Orden Corintio (siglo V a. C.)

  • Derivado del jónico
  • Capitel con hojas de acanto
  • Fuste más elevado y delgado