El Arte Romano y Griego: Arquitectura y Escultura

Arte Romano: Arquitectura y Escultura

Arquitectura Romana

La arquitectura romana se caracteriza por su influencia de la arquitectura griega y etrusca, así como por su sentido práctico, enfocándose en satisfacer las necesidades de la población. Tiene un carácter monumental, lo que implica una pérdida de la escala humana en favor de la grandiosidad. La ostentosidad decorativa es notable, con el uso de elementos decorativos y la superposición de órdenes. Los materiales utilizados incluyen madera, piedra, ladrillo y hormigón, que es una mezcla de cal, arena y roca volcánica. En cuanto a los soportes, se emplean los órdenes dórico, jónico, corintio, toscano y compuesto. Las cubiertas pueden ser arquitrabadas, como las techumbres a dos aguas, o abovedadas, incluyendo las bóvedas de medio cañón y las cúpulas de media naranja.

Entre las principales construcciones destacan:

  • Edificios comerciales: Basílicas, como la Basílica de Majencio y Constantino.
  • Edificios políticos: La Curia y el Pretorio.
  • Edificios religiosos: Templos, como el Maison Carrée en Nimes y el Panteón.
  • Construcciones conmemorativas: Columnas, como la Columna de Trajano, y arcos del triunfo, como el Arco de Tito.
  • Edificaciones sociales: Termas de Diocleciano.
  • Edificios para espectáculos: Teatros, como el teatro de Mérida; anfiteatros, como el Coliseo; y circos.
  • Obras de ingeniería: Acueductos, como el acueducto de Segovia; puentes, como el puente de Alcántara; y calzadas.

La repercusión de la arquitectura romana se extiende a otros periodos, influyendo notablemente en el Renacimiento, el Barroco y el Neoclasicismo.

Escultura Romana

La escultura romana se caracteriza por su función docente y propagandística, buscando el realismo y la expresividad en sus obras. Tiene una notable influencia etrusca, especialmente en las máscaras funerarias, y se enfoca en el retrato psicológico.

Los tipos de retrato incluyen:

  • La cabeza: como es el caso de Julio César.
  • El busto: ejemplificado por los bustos de Trajano.
  • El cuerpo entero:
    • Thoracatae: como el Augusto de Prima Porta.
    • Togato: que representan a emperadores y senadores.
    • Apoteósico: con ejemplos como Claudio como Júpiter.
    • Ecuestre: como el famoso Marco Aurelio.

El relieve histórico también tiene una función docente, caracterizándose por su realismo. Ejemplos representativos de este tipo de relieve incluyen los relieves del Ara Pacis, el Arco de Tito y la Columna de Trajano.

Panorama Histórico y Evolución del Retrato y el Relieve

La expansión de Roma se desarrolla a partir de la República en el siglo VI a.C. hasta el alto Imperio con Augusto en el siglo I. Durante el Bajo Imperio, en el siglo III, se produce una decadencia y división, acompañada por el surgimiento del cristianismo y un esquematismo en el arte. Las características de la civilización romana son urbanas, esclavistas, desiguales y controladas por el Estado, además de una asimilación de influencias griegas y etruscas, con una fuerte propaganda estatal y oligarquías.

La evolución del retrato y el relieve es significativa. En cuanto al retrato, sus orígenes se encuentran en la influencia etrusca y el realismo funerario a partir del siglo II a.C. Su desarrollo se centra en la representación de personajes vivos, destacando los retratos psicológicos desde el siglo I a.C., como el de Julio César. Durante el alto Imperio, se da una idealización en la propaganda, estableciendo distintas tipologías de retratos: la cabeza, que resulta menos costosa y refleja rasgos y carácter; el busto, que abarca la parte superior del cuerpo y muestra la moda en peinados; y el cuerpo entero, reservado para la glorificación del emperador y figuras destacadas.

En cuanto al relieve, el relieve histórico se caracteriza por ser narrativo, ensalzando al emperador y al Estado. Ejemplos de relieve histórico son el Ara Pacis, que conmemora la pacificación y presenta relieves de la familia imperial; el Arco de Tito, que celebra la conquista de Jerusalén y muestra una perfección técnica y profundidad; y la Columna de Trajano, cuyos relieves en espiral narran la conquista de Dacia. Además, el relieve funerario abarca una temática variada, desde dioses paganos hasta temas cristianos, incluyendo imágenes del difunto en medallones.

Arte Griego: Arquitectura y Escultura

Arquitectura Griega

La arquitectura griega se desarrolló en diversas polis a lo largo de varias etapas, influenciada por las culturas cretense y micénica. El mármol, frecuentemente policromado, es el material predominante, y se emplean órdenes arquitectónicos (dórico, jónico, corintio) con características específicas. Se utiliza un sistema arquitrabado, destacando el orden, la simetría y la armonía, todo diseñado a escala humana.

Edificios Civiles y Religiosos

Entre los edificios civiles más importantes se encuentran las stoas, pórticos para actividades comerciales y sociales; el ágora, espacio público para intercambio y reuniones; los pritaneos, destinados a la administración y ceremonias; y las casas, residencias privadas con espacios comunes.

Los edificios religiosos, principalmente templos, evolucionaron del megarón micénico. Su planta es mayormente rectangular y se clasifica según el número de columnas (tetrástilo, hexástilo, octástilo, etc.), el número de pórticos (próstilo o anfipróstilo), el tipo de orden (dórico, jónico o corintio), y su disposición (períptero). Estos templos, dedicados a uno o varios dioses, albergan sus estatuas en el interior. La decoración exterior incluye relieves y esculturas, con un sistema arquitectónico arquitrabado y tejados a dos aguas. Estos templos a menudo se integran en santuarios que incluyen edificios deportivos y de espectáculos, como en Delfos y Olimpia.

Periodos de la Arquitectura Griega

En la Grecia Clásica (siglo V a.C.), se busca la belleza en ejemplos como la Acrópolis de Atenas, un santuario emblemático del gobierno de Pericles; los Propileos, entrada monumental; el Partenón, templo dórico que simboliza la perfección arquitectónica; el Erecteión, conocido por sus cariátides; y el templo de Atenea Nike, destacado por su elegancia.

En la Grecia Posclásica (siglo IV a.C.), la expansión del imperio de Alejandro Magno introduce influencias orientales. Se destacan el Teatro de Epidauro, modelo cívico y cultural; el Mausoleo de Halicarnaso, ejemplo de monumentalidad; la Linterna de Lisícrates, innovación en el diseño; y los tholos, estructuras circulares que rompen con la tradición rectangular.

Finalmente, en la Grecia Helenística, tras la caída del imperio de Alejandro Magno, la arquitectura muestra complejidad y exceso decorativo, con altares hípetros, como el altar de Zeus en Pérgamo, que representan grandiosidad. La influencia de la arquitectura griega se extiende a las arquitecturas romana, renacentista y barroca y neoclásica, dejando un legado significativo en la historia del arte.

Escultura Griega

La escultura griega, en bronce y mármol, refleja un legado cultural centrado en la figura humana, buscando la belleza ideal a través de proporciones matemáticas. Se caracteriza por el antropocentrismo, el interés en el desnudo, la representación del movimiento y un detallado tratamiento de la anatomía.

Evolución de la Escultura Griega

Su evolución comienza en la Época Arcaica (S.VIII-VI a.C.), influenciada por Egipto, con ejemplos como el Kouros de Anavysos, que muestra frontalidad y simetría. En la transición al Clasicismo (fines del S.VI), se abandonan las sonrisas arcaicas por rostros serios, como en el Auriga de Delfos. El Pleno Clasicismo (S.V a.C.) avanza hacia el naturalismo, evidenciado en el Discóbolo de Mirón y el Doríforo de Policleto, que establece un canon de belleza.

En el Clásico Tardío (S.IV a.C.), se prioriza la expresión emocional, como en la Ménade danzante de Skopas y la Afrodita de Cnido de Praxíteles. Finalmente, la etapa helenística (323-31 a.C.) fusiona la perfección clásica con la expresividad oriental, abordando temas como la infancia y lo grotesco, visible en la Venus de Milo y la dramática composición de Laocoonte y sus hijos. Así, la escultura griega evoluciona de la rigidez arcaica a una complejidad emocional y dinamismo notable.

Escultores Griegos Destacados

Policleto

Policleto (siglo V a.C., Periodo clásico) fue junto con Mirón y Fidias uno de los mayores escultores griegos de su época y más representativos de la historia. La mayoría de sus obras fueron compuestas en bronce, aunque también hay esculturas que realizó en mármol. Su estilo es similar al de Mirón, ya que se basaba en un equilibrio entre el movimiento y la quietud, así como la representación de la figura humana. En cuanto a sus obras, destacó en la época el “Doríforo”, pero también se encuentran otras muy relevantes como el “Diadumeno” (representa a un atleta ciñendo la cinta de la victoria a su cabeza).

Representaba la proporción del cuerpo humano, que explicó en su tratado el canon. En esta obra, Policleto estableció la que consideraba la proporción perfecta en el cuerpo masculino: la suma de tres dedos índices era la medida de la cabeza; el cuerpo medía siete cabezas, y el ancho de los hombros, dos cabezas y media.

Fidias

Fidias fue el artista más famoso del mundo clásico, y el autor que llevó la escultura a la perfección y armonía. Sus obras más importantes son la “Atenea Partenos” (una de las obras más admiradas de la antigüedad, era criselefantina y estaba en el interior del Partenón), así como destacó también “la efigie de Zeus” (incluida en las siete maravillas del mundo que representaba grandeza y majestuosidad) y las esculturas del Partenón. Es un autor del siglo V a.C (Periodo clásico). Sus obras reflejan el relieve y la perfección técnica. Dirigió las obras del Partenón. En sus obras se busca la perfección anatómica masculina, mientras que las ropas presentan un tratamiento en los pliegues y una sensación de transparencia que se ha llamado “Técnica de paños mojados”.

Realizó: las metopas del Partenón, la decoración de los frisos y los de los tímpanos.

Praxíteles

Praxíteles fue el más renombrado escultor clásico ático del siglo IV a.C. Con la obra de Praxíteles la escultura griega evoluciona desde el clasicismo hasta una especie de anticipado manierismo, al acentuar el sensualismo. Sus obras están caracterizadas por las llamadas “curvas praxitelianas”, que consisten en un elegante contrapposto en el que una de las caderas se acentúa la curva de una de las caderas. Sus obras más notables son Hermes con Dionisos niño, Afrodita de Cnido y Apolo Sauroctono. Una de sus preocupaciones como artista es introducir todo el realismo posible en su trabajo y este enfoque ayudó a determinar la dirección de la escultura griega. Para lograr el naturalismo, Praxíteles trabajó la piedra y el bronce para crear curvas, luces y sombras. Utilizó la técnica especial para pulir su escultura de mármol, lo que le dio una apariencia real. Su estilo fue visto como delicado, luminoso y sensual. También es conocido por sus obras a pequeña escala de sujetos femeninos y como el escultor que humanizó a los dioses griegos.

Lisipo

Lisipo, escultor clásico griego. Junto con Escopas y Praxíteles está considerado uno de los escultores más grandes de la segunda fase del clasicismo (siglo IV a.C). Vivió en la época de la transición entre la Grecia clásica y helenística. Fue el reformador del canon de Policleto y un gran innovador a los convencionalismos heredados. De sus obras hoy sólo quedan copias y dentro de las más notables están: Apoxiomeno y Atleta victorioso. Con Lisipo la escultura se estiliza, pues alarga el canon de las esculturas a 8 cabezas y destaca la individualización realista en los retratos.

Lisipo es mejor conocido por su esculturas de mármol y bronce de atletas héroes y dioses. El estilo de Lisipo se caracteriza por su naturalismo y la disposición de las figuras en el espacio, lo que obliga al espectador a contemplarlo desde diferentes puntos de vista, consiguiendo dotar mayor belleza a sus trabajos.

Fue el escultor predilecto de Alejandro Magno. Añadió a sus obras los rasgos de este personaje: ojos algo hundidos, cabeza ladeada, cabello tratado a mechones o boca entreabierta.