Rembrandt: El Maestro Holandés
REMBRANDT: Países Bajos, actual Holanda, independiente desde el siglo XVII, reconocida por la Paz de Westfalia, defensora de los ideales religiosos reformistas. Su escuela pictórica independiente fue propiciada por la estructura social democrático-burguesa y por la religiosidad protestante. El protestantismo provoca la casi total desaparición de las imágenes, reduciendo la representación a escasas escenas bíblicas. La ausencia de obras de temática mitológica es otro rasgo de esta escuela. La burguesía se va a convertir en el cliente de una pintura en la que el artista no va a disfrutar del reconocimiento social que disfruta en otras zonas de la Europa barroca. El número de obras que se realizan en este periodo será muy abundante.
En cuanto a los géneros que se desarrollan, podemos señalar:
- Retrato, individual y colectivo (doelen)
- Interiores burgueses o escenas domésticas
- Escenas costumbristas
- Paisajes, representaciones de animales, las marinas y los bodegones.
Las características más sobresalientes de su estilo:
- Influencia de Caravaggio: realismo y utilización de la luz.
- El claroscuro que se degrada en doradas penumbras.
- La luz: valor simbólico, psicológico y formal.
- Utilización de formas sugeridas por manchas densas.
- Pincelada suelta y de grandes y espesos empastes.
- Realismo impregnado de idealismo y espiritualidad.
- Captar la psicología del retratado, su estado anímico.
Temas: religioso, mitológico, retratos, retratos colectivos, bodegones, paisajes.
Rubens: La Exuberancia Flamenca
RUBENS: En el siglo XVI, los Países Bajos se dividieron en Flandes y Holanda debido a la Reforma Protestante y las Guerras de religión. Flandes, al sur, bajo dominio español, mantuvo una cultura católica aristocrática, mientras que Holanda, al norte, protestante, desarrolló una burguesía rica e independiente. Esto influyó en sus evoluciones artísticas, especialmente en la pintura, destacando Rubens como máximo representante de la escuela flamenca, influenciado por diversos artistas europeos.
Como características de su obra destacan:
- Dinamismo y movimiento de las figuras y la composición, con esquemas diagonales.
- Colorido intenso y cálido, inspirado en la pintura veneciana.
- Exuberancia de las figuras: hombres musculosos, mujeres carnosas y sensuales que se agrupan en composiciones de ritmo turbulento en formas enroscadas.
- Cultivó todos los géneros y su influencia fue enorme.
Rubens, como pintor religioso, crea composiciones teatrales y grandiosas, conectando con el sentido triunfal de la iglesia católica. Sus temas mitológicos introducen desnudos dinámicos. Como retratista, enfatiza el escenario y el vestido como símbolo de estatus social. Sus paisajes revalorizan la vida rural con dramáticas luces. Su obra tuvo gran influencia en su época y posteridad.
El Barroco Español: Imaginería y Poder
INGENIERÍA BARROCA: La imaginería española del arte barroco se distingue por el uso de materiales como la madera policromada y temáticas religiosas predominantes. Se destaca el realismo extremo en las figuras, expresando emociones como dolor y éxtasis. Los clientes principales son la Iglesia y la Corte, y se enfatiza la devoción y la teatralidad para aumentar la religiosidad. Se destacan las escuelas Castellana y Andaluza, cada una con sus características específicas, como el realismo exagerado y el equilibrio sereno, respectivamente. Los artistas más destacados incluyen a Gregorio Fernández, Juan Martínez Montañés, Juan de Mesa y Francisco Salzillo.
Los Austrias Menores del siglo XVII, como Felipe III, Felipe IV y Carlos II, gobernaron durante una época de crisis demográfica, económica y política en España. La pérdida de influencia política se manifestó en eventos como la Guerra de los Treinta Años y la Paz de Westfalia. A pesar de esta decadencia, España experimentó un auge cultural y artístico durante el Siglo de Oro, destacando en literatura, teatro y pintura. La monarquía y la iglesia utilizaron el arte como propaganda para mostrar poder y seguir las doctrinas contrarreformistas.
Contexto del Barroco
El arte Barroco, originado en Italia durante los siglos XVII y XVIII, irradió su influencia por toda Europa, adaptándose a las particularidades de cada región. En países católicos como España, Nápoles y Flandes, el Barroco adoptó una expresión exuberante y teatral, mientras que en Francia se convirtió en una herramienta de propaganda al servicio de la monarquía. Por otro lado, en los países protestantes como Holanda, el Barroco se manifestó de manera más íntima y centrada en temas burgueses, mientras que Inglaterra no experimentó su desarrollo hasta el siglo XVIII.
El contexto religioso de Europa durante el Barroco estuvo marcado por la Reforma protestante y la Contrarreforma católica. Esta última, liderada por el Concilio de Trento, buscó revitalizar la Iglesia católica frente al avance del protestantismo, influyendo en el arte al fomentar una estética más ornamental y devocional. Mientras tanto, el surgimiento del Estado absolutista en Francia bajo Luis XIV utilizó el arte Barroco como vehículo de propaganda para exaltar el poder monárquico.
Los Estados Pontificios, con Roma como epicentro, experimentaron un florecimiento económico que permitió a los papas impulsar grandes proyectos artísticos. La construcción de la Basílica de San Pedro y la plaza del Vaticano fueron emblemáticas de este periodo, atrayendo a destacados artistas para glorificar el poder papal.
El Barroco, con su énfasis en la emoción, la teatralidad y la persuasión, reflejó el espíritu de una sociedad marcada por el poder monárquico, la opulencia de los Estados y la ferviente devoción católica. A través de su estilo brillante y efectista, el Barroco buscaba conmover al espectador y hacerlo partícipe de la ilusión y la realidad creadas por la imaginación artística.