Arquitectura Barroca en España
El Barroco español se desarrolla durante el denominado “Siglo de Oro”, un periodo de máximo esplendor en las artes y las letras, que contrasta con la profunda crisis política, social y económica que vive España. Este periodo abarca desde las últimas décadas del siglo XVI hasta el último tercio del siglo XVII. En este contexto, España se convierte en la principal defensora del catolicismo y la Inquisición, lo que se refleja en un arte de marcado carácter religioso, utilizado como instrumento para reafirmar el poder católico.
En la arquitectura, la evolución del Barroco es más lenta debido a la influencia de Herrera y sus discípulos. El llamado “estilo de los Austrias”, caracterizado por torres en los extremos de la fachada, cubiertas con chapitel y techumbre de pizarra, goza de gran aceptación. Coexisten la exuberancia decorativa con la sobriedad, y la pobreza de los materiales, como el ladrillo, se hace evidente debido a la débil economía del país. Las estructuras de las iglesias son simples, sin la influencia curvilínea italiana, y sus interiores se cubren con grandes retablos dorados. A medida que avanza el siglo, los edificios se llenan de motivos decorativos, llegando en ocasiones a la pesadez.
Principales Arquitectos del Barroco Español
- Juan Gómez de Mora: Arquitecto de transición que mantiene las estructuras clásicas. Entre sus obras destacan el Convento de la Encarnación, la Clerecía de Salamanca y la Plaza Mayor de Madrid, centro de la vida social, donde se celebraban autos de fe y fiestas religiosas y civiles.
- Crescenzi: Italiano que trabajó en el Panteón del Escorial, con planta poligonal y cúpula con decoración floral.
- Alonso Cano: Constructor de la fachada de la Catedral de Granada, donde crea efectos de luces y sombras con entrantes y salientes en los arcos de la fachada, decorada con casetones, pilastras, guirnaldas y entablamentos cruzados a media altura.
- Casas Novoa: Creador de la fachada de la Catedral de Santiago de Compostela, donde combina elementos barrocos y sitúa como cuerpo central un arco del triunfo.
- José de Churriguera: Fue el autor que menos exageró en la decoración, aunque sus parientes recargaron el estilo con una fantasía basada en la pesadez.
- Alberto de Churriguera: Autor de la Plaza Mayor de Salamanca, una de las obras más preciadas del Barroco salmantino.
- Narciso Tomé: Autor de la bóveda del Transparente de la Catedral de Toledo, realizada en bronce y mármol, con columnas, guirnaldas, esculturas y amorcillos. Utiliza un efecto escenográfico en el que la luz juega un papel fundamental.
- Pedro Ribera: Imitador de Churriguera, colocó estípites y cortinajes en el Antiguo Hospicio de Madrid.
- Ardemans, Juvara y Sacchetti: Autores del Palacio de la Granja, de fuerte tendencia clásica, con jardines, estatuas y cascadas de inspiración francesa. El Palacio Real de Madrid, construido en el lugar del antiguo palacio de los Austrias, fue encargado por Felipe V a Juvara, pero tras su muerte, su discípulo Sacchetti continuó la obra, ideando una planta rectangular, casi cuadrada, con salientes a modo de torres. El primer cuerpo presenta ventanas y almohadillado; el segundo, ventanas y una planta noble con columnas jónicas en los salientes y pilastras dóricas en los paños intermedios, con balcones con frontones curvos y triangulares. Todo el edificio está construido en piedra y granito, y cuenta con un gran patio central, jardines, salones, biblioteca y farmacia.
Escultura Barroca en España
Durante el siglo XVII, la escultura en España es fundamentalmente de carácter religioso. La escultura civil es prácticamente inexistente y la funeraria decae. La técnica más importante es la de la madera policromada, que permite acentuar el sentimiento dramático y hacer partícipe al espectador de la escena representada. Se busca el realismo, se renuncia a las técnicas del oro y del estofado, y se llega al empleo de telas verdaderas en las imágenes, dejando solo de talla la cabeza, las manos y los pies. Los principales clientes son la Iglesia y las cofradías.
Las imágenes procesionales, solas o formando grupos (pasos), tienen un carácter narrativo y mantienen la tradición de los retablos. Las escuelas más importantes son la castellana y la andaluza, que se distinguen por su diferente enfoque del realismo. La escuela castellana se caracteriza por un realismo hiriente y doloroso, con representaciones desgarradas que no rechazan la fealdad. La escuela andaluza, en cambio, es más sosegada y busca la belleza, sin renunciar al contenido espiritual.
Principales Escultores del Barroco Español
- Gregorio Fernández: Perteneciente a la escuela castellana, representa la exaltación religiosa de la época. Posee un estilo naturalista y severo, con rostros y manos expresivas y ropajes angulosos. Prefiere las imágenes sueltas y con pocos personajes. Entre sus obras destacan las Inmaculadas (santos como Santa Teresa de Jesús y San Ignacio, pasos procesionales para despertar el fervor popular) y los Cristos Yacentes, en los que Cristo aparece echado, con la cabeza ligeramente inclinada hacia la derecha, los párpados y la boca entreabiertos, y llagas y heridas sangrantes para acentuar la expresión dramática, reforzada por el realismo trágico de los ojos y las lágrimas de cristal.
- Martínez Montañés: Trabajó en Sevilla y su estilo se caracteriza por un naturalismo sencillo, sin exageraciones, con una emoción contenida en lugar del patetismo expresivo. Sus composiciones se distinguen por su armonía y la dulzura de los rostros, que recuerdan a la belleza clásica. Entre sus obras destacan la Inmaculada Concepción (la Virgen de pie sobre las nubes con ángeles, el cuerpo ligeramente inclinado y las manos juntas, y en otros casos, con la media luna rodeada de símbolos) y el Cristo de la Clemencia (un Cristo crucificado que sufre en silencio).
- Otros autores: Alonso Cano, Pedro de Mena y Francisco Salzillo.