El Cinquecento y la Crisis del Manierismo en Italia
La muerte de Lorenzo de Medici en 1492 marca el fin de Florencia como capital italiana del Arte renacentista. Roma le sucede durante el primer tercio del siglo XVI, dando origen al renacimiento clásico. Es la época de los grandes genios: Miguel Ángel, Rafael y Leonardo, pero también de la aparición del capitalismo económico, de las reformas religiosas y de los descubrimientos geográficos. La ciudad Eterna, Roma, va a vivir bajo los pontificados de Julio II y León X, una edad de oro de las artes, con obras y construcciones referentes como la Capilla Sixtina, el Laocoonte, el Hércules Farnese, la Venus de Medici o la Domus Aurea.
Este espíritu triunfante sufre una grave crisis en 1527. El saqueo de Roma, el creciente dominio español en Italia y los avances de la reforma protestante siembran de dudas a los artistas, que caen en la exagerada imitación de Leonardo, Rafael y Miguel Ángel. La copia de la maniera personal de los grandes maestros, pero vaciándola de contenido y deformándola, es lo que se ha llamado manierismo.
Arquitectura: Bramante, Miguel Ángel y Palladio
Donato Bramante representa la seriedad arquitectónica. En 1500, en Roma, con el estudio de las ruinas, inaugura un estudio solemne presidido por el orden dórico, sin concesiones ornamentales. Uno de sus trabajos más destacables fue el Templete de San Pietro in Montorio, en Roma, un templo circular en granito con proporciones, orden y variedad.
Miguel Ángel Buonarroti fue el encargado de culminar la cúpula de San Pedro, que fue primero encargada a Bramante. En 1520, el papa León X le encarga la construcción de la Sacristía Nueva en la basílica de San Lorenzo con la doble intención de que hiciera juego con la sacristía vieja y que sirviera de capilla funeraria a cuatro miembros de la familia Medici. La prematura muerte de León X al año siguiente, motivó que los sepulcros se redujeran a dos. En este mismo edificio realizó también la Biblioteca Laurenciana. Fue uno de los constructores y artistas más destacados de la época trascendiendo hasta nuestros días.
Andrea di Pietro della Góndola recibió el sobrenombre de Palladio en alusión a la sabiduría y armonía grecorromana que hacía vivir en sus obras. Se preocupaba por adaptar las formas de la antigüedad a las necesidades modernas. Realizó obras civiles y religiosas. Entre las primeras sobresalen la villa y el teatro y entre las segundas la iglesia. Entre sus construcciones destacan la Villa Capra, apodada “la rotonda”, y San Giorgio Maggiore.
Escultura: Miguel Ángel
Miguel Ángel alcanza el grado de divinismo y es el único artista del siglo XVI a quien se le dedican tres biografías. Fue arquitecto, urbanista e ingeniero, poeta y pintor, sobresaliendo en todos los campos, pero se consideraba fundamentalmente escultor.
Lo primero que destaca es la Virgen de la Escalera, inspirada en representaciones de sarcófago e influida por la técnica donatelliana del schiacciato (o aplastado).
Más tarde el embajador de Francia ante la Santa Sede declara que desea una Piedad para su tumba, que terminó en 1499, y desde entonces se convierte en el prototipo de la imagen devota para el arte cristiano.
La fama de su talento se propaga por Italia y sus paisanos florentinos lo reclaman para confiarle la ejecución del David en un bloque gigantesco de mármol de Carrara. Es un monumento grandioso que supera en dimensiones y riqueza ornamental a todas las tumbas que se habían realizado durante el Quattrocento.
Pintura: Leonardo, Rafael y Miguel Ángel
Leonardo Da Vinci es un científico que aporta a la pintura el espíritu de la investigación. Su principal contribución es la técnica del sfumato o difuminado, que consiste en sombrear las figuras y diluirlas mediante el claroscuro en el espacio. En su obra destacan La Virgen de las Rocas, La última Cena, Santa Ana, la Virgen y el Niño, y por último, La Mona Lisa o La Gioconda. Es considerado uno de los más grandes pintores de todos los tiempos y la persona con el mayor número de talentos en múltiples disciplinas que jamás ha existido.
Rafael Sanzio, fue un pintor con gran atractivo físico y carácter cordial, que con la gracia de su arte unido a su devoción provocan sus obras y la circunstancia de nacer y morir en un Viernes Santo lo convirtieron en un semidiós. Entre sus obras destacan La Virgen del Jilguero, La Escuela de Atenas, El triunfo de Galatea y La pesca Milagrosa. Su carrera se dividió de manera natural en tres fases y tres estilos: sus primeros años en Umbría, el periodo posterior de cuatro años en Florencia donde absorbió tradiciones artísticas de allí, y finalmente su último y triunfal período de 12 años en Roma, trabajando para los papas y su corte.
Miguel Ángel se inició en el arte a través de la pintura, aprendió la técnica del fresco y contempló a Giotto y Masaccio que le sirvieron de inspiración. Sus primeras obras conservadas fueron posteriores a la inauguración de la estatua del David. Se trata de una tabla para un coleccionista privado y un encargo oficial para la República. Entre sus obras destacan La Batalla de Cascina, La Bóveda de la Capilla Sixtina y El Juicio Final.