El Coliseo
Si bien los romanos adoptaron muchos de los edificios creados por los griegos, el anfiteatro es una obra original romana que nace de la fusión de dos teatros y cuyo espacio estaba destinado a combates entre gladiadores o de éstos con fieras, así como ejecuciones públicas, espectáculos sangrientos muy populares entre el pueblo romano.
La enorme obra del Coliseo, cuyo nombre procede de la colosal estatua de Nerón representado como Helios que estaba próxima, fue un ejemplo de la capacidad arquitectónica romana de construir enormes edificios. Construido en bloques de travertino con juntas de hormigón (*opus caementicium*), ladrillo y piedra de toba, el edifico presentaba unas dimensiones extraordinarias de 187 metros de largo por 155 de ancho y cuatro pisos de altura.
Su fachada, organizada en torno a pisos, articula en cada uno de ellos un orden clásico diferenciado reservando el orden toscano para el primer piso, el jónico en el segundo y el corintio en el tercero. Igual de novedoso resulta la utilización conjunta del arco de medio punto y el dintel. El cuarto piso fue una ampliación posterior de época de Domiciano y consiste en un cuerpo macizo con pilastras adosadas y ménsulas cuyo objetivo era sustentar los mástiles de madera en los que se fijaba un inmenso toldo o *velarium* cuyo objetivo era proteger de las inclemencias del tiempo a todo el graderío.
A través de 80 arcos de medio punto denominados vomitorios se producía tanto el acceso como la salida del edificio, permitiendo el desalojo del edificio, cuya capacidad alcanzaba los 50.000 espectadores, en pocos minutos. Una vez dentro observamos el uso por vez primera de la bóveda de crucería originada del cruce de dos bóvedas de cañón. El graderío se encontraba dividido en diferentes zonas cuya denominación desde la zona más próxima a la arena hasta la parte superior era *inma, media y summa cavea*. Bajo la arena se construyó también en época de Domiciano el hipogeo, una extensa red de galerías y sistemas de grúas y poleas cuya función era agilizar el espectáculo que tenía lugar en la arena, facilitando la salida de animales, gladiadores o decorados.
El Panteón
Esta obra se llama el Panteón de Agripa. Su autor es Apolodoro de Damasco, que lo construyó por mandato del emperador Adriano. Data del año 27 a. C. y es una muestra muy importante de la arquitectura romana. El Panteón consiste en una planta circular de un diámetro de 43,2 metros, que coincide con su altura, precedido por un pórtico octástilo. Sobre las ocho columnas del pórtico se alza el entablamento y sobre éste el frontón, que en este caso tiene un tímpano liso característico de la arquitectura romana, que se divide en tres naves, la central abovedada y las laterales adinteladas. Los materiales principales en su construcción son la piedra de sillería, el ladrillo y el mármol, que servirá para crear una rica decoración y para cubrir las zonas más nobles. La cúpula está hecha de hormigón. Está construido con la combinación de un sistema abovedado y adintelado, es decir, destaca la existencia de arcos y bóvedas, pero también predominan las columnas y las líneas rectas, sobre todo en el pórtico principal. Los arcos existentes son arcos de medio punto y la bóveda del pórtico es de cañón, mientras que la bóveda interior es una cúpula, por su forma esférica. Las columnas pertenecen al orden corintio. La decoración interior fue muy rica, con revestimientos de mármoles de colores y la cúpula interiormente decorada con casetones que disminuyen su tamaño en altura. El exterior también estaría muy decorado, e incluso la cúpula revestida de bronce.
La iluminación procede de un óculo central de 9 metros de diámetro situado en la parte más alta de la cúpula, y también de unos pequeños vanos abiertos en el anillo que sirve como base de la cúpula. La armonía de la obra está conseguida por una perfecta proporción matemática. Este edificio estaría erigido a todos los dioses, de ahí su forma circular. Es muy importante porque con esta construcción los romanos llegaron a una perfección técnica inigualable al resolver problemas, por un lado, de peso y de empuje, y por otro, de estructura, que no hubieran sido posible resolverlos antes. El peso de la bóveda y su sujeción se resolvió haciendo recaer todo el peso de la cúpula en unos pilares muy gruesos que se encuentran dentro del muro y que recogen el peso de tal forma que entre ellos se permiten abrir espacios que servirían de capillas, aligerando el peso del muro. En segundo lugar, utilizaron para la construcción de la cúpula materiales muy ligeros. En tercer lugar, se redujo el grosor de la cúpula desde la base hasta el óculo central. El templo también recibe el nombre de Mausoleo de Adriano, en honor al emperador que lo mandó construir. Interiormente se han mantenido en el Panteón las líneas de la arquitectura griega, combinadas con las bóvedas características de la construcción romana. La misma mezcla se puede ver en los grandes edificios religiosos de la época siguiente: en el templo de Antonio y Faustina, en el Foro romano, en el templo del Sol, en el Quirinal y en el grandioso templo de Neptuno en Roma, donde está instalada actualmente la Bolsa de Roma. La obra se encuentra en perfecto estado de conservación. Se habilitó para iglesia, y fue reedificado en tiempo de Adriano. Está junto a las antiguas termas de Agripa, de las cuales emergen todavía restos del suelo en las excavaciones de la parte posterior. El pórtico del Panteón, con sus robustas columnas de pórfido, debió de ser el mismo de las termas de Agripa; por esto Adriano respetó el nombre del gran ministro de Augusto en el friso de la fachada. Fue el modelo del que aprendieron los arquitectos del Renacimiento; de su cúpula tomó sus proyectos Brunelleschi, el autor de la primera cúpula moderna, y se conservan los dibujos de Rafael, deliciosos croquis que el gran pintor y arquitecto tomó del edificio romano.