El Renacimiento en España: Arte y Sociedad en el Siglo XVI

El Renacimiento en España

Contexto Histórico y Social

El Renacimiento en España comienza en el siglo XVI, influenciado por el Renacimiento italiano. Su llegada tardía se debió a factores políticos y sociales. Aunque hubo una apertura oficial hacia este movimiento cultural, la sociedad española, arraigada en el pensamiento medieval y sometida a la Inquisición, mostró resistencia a las nuevas ideas.

La nobleza, más receptiva a las influencias extranjeras, actuó como mecenas de las artes, importando obras de Italia y apoyando a artistas locales que adoptaron el estilo renacentista. La economía española, basada en la ganadería y la agricultura, no se benefició completamente de la llegada del oro americano, ya que gran parte se destinó a financiar campañas militares y adquirir productos extranjeros.

La sociedad carecía de una clase burguesa desarrollada, y la nobleza mantenía un gran poder político y económico, a pesar de la consolidación de un estado absolutista. La urbanización en España fue limitada, y las ciudades existentes perdieron autonomía bajo el control real, lo que provocó disturbios como los de los Comuneros y las Germanías. Esta falta de desarrollo urbano afectó la iniciativa cultural y artística en el país durante este período.

Arquitectura

La arquitectura española del siglo XVI se divide en tres etapas:

  • Plateresca: Marcada por una ornamentación extravagante, fusionando elementos mudéjares y góticos con motivos ornamentales de gran riqueza. Ejemplos: portada de la Universidad de Salamanca y el Ayuntamiento de Sevilla.
  • Romanista: Asimilación de proporciones clásicas y una cristianización de la ornamentación. Diego de Siloé fue un arquitecto clave en esta etapa, con obras como la Iglesia de San Jerónimo en Granada y la Catedral de Granada.
  • Purista: Aplicación rigurosa de los preceptos clásicos, despojándolos de adornos superfluos. Ejemplos: Palacio de Carlos V en Granada y el Monasterio de San Lorenzo en El Escorial.

Escultura

La escultura renacentista en España refleja la influencia italiana y flamenca, centrándose en temas religiosos con un enfoque realista y expresivo. Se utilizaron materiales como piedra y madera, con una técnica de policromía. Destacan artistas como:

  • Alonso Berruguete: Conocido por su habilidad y nobleza, fusionó la influencia italiana con la sensibilidad religiosa española. Destacó por sus retablos y obras como la sillería de la Catedral de Toledo.
  • Juan de Juni: Fusionó influencias francesas, italianas y españolas, destacando por su dramatismo. Su obra más famosa es “El Entierro de Cristo” en Valladolid.

Pintura: El Greco

El Greco (1541-1614), nacido en Creta, recibió su formación inicial en la pintura de iconos bizantinos. Su estilo exhibe rasgos manieristas y características peculiares. Sus figuras alargadas y etéreas buscan expresividad y espiritualidad.

En Toledo, su arte se transforma: los paisajes son reemplazados por cielos nublados, los colores se vuelven fríos y las figuras pierden adiposidad. Su enfoque en el tema religioso es prominente. En el retrato, abandona el detalle para concentrarse en los rostros, explorando la expresión de los ojos para revelar el alma del sujeto.

Algunas de sus obras más importantes son:

  • “El Expolio”: Pintado para la catedral de Toledo, muestra el expresionismo religioso de El Greco. Renuncia a la perspectiva y al espacio, concentrando la atención en la escena principal.
  • “El entierro del Conde de Orgaz” (1586): Relata un presunto milagro. El cuadro muestra a un grupo de hidalgos sobre la escena milagrosa de la defunción.
  • “La Adoración del Nombre de Jesús”: Presentada a Felipe II.
  • “El Martirio de San Mauricio”: Encargo para el monasterio del Escorial, que finalmente desagradó al rey.