ESCULTURA
QUATTROCENTO (S.XV)
En cuanto a los materiales, el Renacimiento utiliza los materiales nobles de la antigüedad clásica, el mármol y el bronce. A estos hay que añadir el barro cocido, que puede presentarse en su color original, decorado o vidriado. La técnica es la del esculpido sobre piedra, la cera perdida sobre bronce y el modelado sobre barro. Se trabaja tanto la escultura exenta como el relieve, utilizando en ambos casos todas las técnicas nombradas. El estilo Quattrocento no rompe del todo con lo medieval, ya que lo medieval tampoco lo había hecho respecto a los modelos romanos. Es decir, las formas clásicas habían perdurado en la escultura romana, italiana y gótica, sobre todo en la obra de Andrea Pisano. Así, las figuras se representan con esbeltez de proporciones, elegancia lineal y curvilínea, y gusto por el detallismo realista. En cuanto a los temas, se recupera sobre todo el desnudo, utilizándolo tanto en la temática religiosa como, sobre todo, en la mitología profana. Respecto a los tipos de escultura, volvemos a encontrar la escultura ecuestre, y se da también una predilección por los bustos y por los conjuntos escultóricos en los que varias figuras representan diversas escenas.
GHIBERTI
Escultor y orfebre. En 1402 se convoca un concurso para decorar las puertas del baptisterio de Florencia. Como en el de Santa María de las Flores, Brunelleschi y Ghiberti presentan sus proyectos, incluyendo la escena del “Sacrificio de Isaac”. Ghiberti es el elegido, y la decoración de dichas puertas será su primer encargo. Los motivos decorativos se distribuyen según el modelo gótico precedente de las de Andrea Pisano (1330). Decora 28 medallones mixtilíneos con pocos personajes. La novedad radica en la perfección anatómica de las figuras, aunque no resuelve la representación del espacio. Más adelante, recibe el encargo de las segundas puertas, donde se produce un cambio fundamental. Decora diez grandes recuadros rectangulares con escenas complejas y numerosos personajes que se mueven en un amplio espacio figurado. Tanto las personas como los espacios se tratan de manera prioritaria, empleando varios tipos de perspectiva:
- Perspectiva de tamaños y volúmenes: las figuras más cercanas al espectador son de mayor tamaño y se representan en alto relieve. A medida que se alejan, disminuyen su tamaño y su relieve, pasando de alto a medio y bajo relieve. En las partes más alejadas se utiliza el grabado por incisión.
- Perspectiva lineal: atribuida a Brunelleschi, crea un punto de fuga al que se dirigen todas las líneas oblicuas de la composición.
- Perspectiva lumínica: crea espacios iluminados de manera distinta, alternando zonas de luz y sombra.
- Escorzo: las figuras adelantan partes de su cuerpo para dar sensación de tridimensionalidad.
Finalmente, las representaciones tienen un acusado sentido del movimiento y del ritmo, pero siempre bajo las directrices del clasicismo.
JACOPO DELLA QUERCIA
Este escultor, nacido en Siena, se caracteriza por el tratamiento expresivo y rotundo del cuerpo humano, con gusto por las formas hercúleas y heroicas. Será el precedente de la escultura de Miguel Ángel, distinguiéndose de la sutileza de otros escultores del Quattrocento. Sus obras más importantes son los relieves de San Petronio de Bolonia, en los que figuras monumentales ocupan todo el espacio escultórico sin preocupación por el espacio ambiental.
DONATELLO
Orfebre, arquitecto y pintor, es el máximo representante de la escultura del Quattrocento. Su arte se debate entre la búsqueda del equilibrio clásico y la belleza, y el cultivo de un cierto expresionismo que acentúa los valores dramáticos. Su motivo principal es lo humano, el estudio del hombre desde la infancia (relieves de niños danzantes de las cantorías de la Catedral de Florencia y Prato) hasta la vejez, mostrando las deformidades de la edad (profeta Habacuc). Pero son las figuras juveniles las más típicas del artista, especialmente las versiones de David, en mármol y bronce, de gracia y delicadeza extrema. Presenta un gusto por la suavidad de las formas y por la ondulación de las poses, de clara influencia praxiteliana. Nos presenta una figura andrógina de expresión serena y formas curvas. De la misma manera, crea su San Jorge, armado como guerrero. En su escultura de San Juan Evangelista representa un anciano que ha servido de inspiración para el Marses de Miguel Ángel. En sus últimas obras se advierte un proceso hacia el patetismo expresionista, acentuando los rasgos del paso del tiempo y las emociones, principalmente el dolor, y dejando las obras aparentemente inacabadas, lo que da una sensación de abocetamiento. De esta fase final son el Altar de San Antonio de Padua y los Púlpitos de San Lorenzo de Florencia. Una de sus mayores aportaciones fue la recuperación de la estatuaria ecuestre. En Padua, levanta la Estatua del Condottiero Gattamelata, inspirándose en la Estatua ecuestre de Marco Aurelio. Es la primera estatua ecuestre del Renacimiento. También trabaja en madera, material en el que talla su Magdalena Penitente, una escultura de realismo expresivo en la que muestra lo deforme, lo viejo y lo feo.
LUCCA DELLA ROBBIA
Contemporáneo de Donatello, difunde el uso de la cerámica vidriada, con figuras en alto relieve blancas sobre fondos azules y rica decoración vegetal. Son obras suyas la Resurrección de Cristo y San Faustino del Museo Thyssen. Esta última se trata de un tondo, una obra pictórica o relieve escultórico de forma ovalada o circular. A veces se utiliza el término medallón.
ANDREA VERROCCHIO
También pintor y discípulo de Leonardo. Levanta la Estatua ecuestre del Condottero Colleoni, superior en energía, movimiento y altivez del caballo y caballero al de Donatello. En contraposición a esta enérgica figura, su David es de una belleza idealizada.
POLLAIOLO
También trabaja en Florencia. Su estilo se caracteriza por un expresionismo agitado, como se percibe en su obra Hércules y Anteo.
NICOLO DELL’ARCA
Trabaja fuera de Florencia, utilizando como material el barro cocido de fuerte expresionismo patético. Su obra más importante es el Entierro de Cristo de la Iglesia de Santa María de la Vida en Bolonia.
CINQUECENTO (S.XVI)
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Las delicadezas quattrocentistas, y el amor por el detallismo va a ceder paso a la grandiosidad monumental y simplificador ya perceptible en la escultura. El relieve plano tiende a desaparecer y se prefiere el bulto redondo (escultura exenta) y el tamaño superior al natural.
MIGUEL ÁNGEL. Arquitecto y pintor pero, sobre todo, ESCULTOR. De hecho es el prototipo universal de escultor. Nació en Florencia y fue discípulo de Bertolo de Giovani pero había sido solo una vez de Donatello. Inicia su carrera en la línea donatellista con el Relieve de la Virgen de la Escalera. Sin embargo, es a parir de un viaje a Bologna donde conoce el arte de mercia, y una estancia en Roma, donde conoce las colecciones de los mármoles romanos, cuando su concepto de grandiosidad de las formas toma cuerpo. Labra la Piedad del Vaticano en la que se a un perfecto equilibrio en que una concepción monumental de volúmenes puros y cerrados, y un acabado refinado y delicado. Es por esto último por lo que nos parece la escultura más clásica de Miguel Ángel. Primero realiza la Plaza de la Señoria de Florencia. Se trata de un desnudo heroico y mirada expresiva que es el contrapunto de las delicadezas sinuosas y andróginas de las obras con el mismo tema de Donatello y Berroqui. En realidad, es sobre todo, un estudio de proporciones y anatomía según los modelos griegos y romanos. En 1501 empieza a trabajar en el Sepulcro del Papa Julio II concebido primero como una montaña de mármol exenta bajo la cúpula de San Pedro con más de 40 estatuas de tamaño colosal. Sin embargo, la obra se fue reduciendo, y cuando años más tarde (muerto ya el Papa) se instaló en la Iglesia de San Pietro y Vindici, solo figuran de su mano las esculturas de Moisés, Lia y Raquel. El primero de fuerza contenida y grandiosidad terrible, y las segundas como personificaciones de la vida activa y la contemplativa respectivamente. Para la tumba realiza también los dos esclavos desnudos que están en el Museo de Louvre. Mientras se concebía este monumento se descubrió en 1506 en Roma el Laocoonte, que supuso para Miguel Ángel una verdadera revelación. A partir de ese momento la expresión de sus figuras será más intentas y las actitudes más violentas. Entre 1520 y 1530 labra los Sepulcros de la Familia Medici en San Lorenzo de Florencia, en una capilla diseñada también por él. Son las figuras sedentes de Juliano, como joven guerrero y Lorenzo, en actitud introvertida, pensativa. Acompañan a estas figuras la personificación de día y noche, el crepúsculo y de la aurora, entendiendo como robustos cuerpos desnudos desde la juventud de la aurora hasta la poderosa vejez del crepúsculo. En sus últimas obras se produce un cambio hacia un pesimismo dramático que encuentra es el tema de la piedad en el campo temático más adecuado. Totalmente distintas a la del Vaticano, la concibe con estructuras verticales en contra de la estructura piramidal empleada en la primera. En la Catedral Piramidal de Florencia (Santa María Dei Fiori) de formas atormentadas, deja aparentemente inconclusos los rostros de la Virgen y su hijo, lo que acentúa su valor dramático y expresivo. En la Piedad de Rondanini, apenas esbozada, los cuerpos parecen espectros de roca.