El Legado del Arte Griego: Arquitectura y Escultura Clásica
La arquitectura griega se forjó a partir de los órdenes clásicos: dórico, jónico y corintio. La escala humana y la forma vienen determinadas por la columna, que se compone de basa, fuste y capitel; el diámetro inferior del fuste. La altura de la columna dórica equivale a seis veces la longitud del diámetro del fuste, la jónica a nueve veces, y la corintia a diez. La decoración se centra en el friso que cabalga sobre el entablamento. El friso dórico aparece fragmentado por metopas intercaladas entre triglifos, el jónico y el corintio presentan un campo liso y continuo.
El Templo Griego: El Partenón
La fachada principal se disponía siempre en uno de los ejes cortos y, de acuerdo con el número de columnas que exhibe, el templo puede ser dístilo, tetrástilo, hexástilo, octástilo, decástilo y así sucesivamente. La arquitectura templaria es arquitrabada y, en época clásica, el material de construcción fue el mármol. Una policromía final en tonos rojos y azules realzaba el edificio. El Partenón es un templo octástilo, anfipróstilo y períptero, es el emblema universal del arte griego. La planificación fue de los arquitectos Ictino y Calícrates que respetaron los cimientos de un edificio anterior incendiado y emplearon mármol pentélico. La supervisión corrió por cuenta de Fidias. Sus obras tardaron 15 años, entre 447 a. C. y 432 a. C. Se realizó la composición arquitectónica, después se labró el friso jónico y se bendijo la efigie criselefantina.
Decoración Escultórica del Partenón
El frontón oriental representaba el nacimiento de Atenea surgiendo madura y completamente armada, de la cabeza de Zeus. Todos los personajes son de idéntica escala, acomodándose con su postura erecta, sedente, agachada o yacente a las fastidiosas pendientes del frontón triangular. Asimismo, las telas de los vestidos se pegan al cuerpo dejando traslucir la anatomía, a lo que se apoda “paños mojados”, transparencias. El célebre certamen que se convocó en el Olimpo para elegir al patrono del Ática, el dios del mar lanzó el tridente e hizo brotar un manantial de agua en la Acrópolis, Atenea disparó una jabalina y al caer en tierra germinó un olivo.
Las metopas ilustran cuatro ciclos míticos en los que Atenea participó con resultados favorables: la Gigantomaquia, la Guerra de Troya y la Centauromaquia. Y en el friso de las Panateneas, Fidias decidió encapsular un friso jónico para narrar el ceremonial que seguían los atenienses durante las grandes fiestas estivales de las Panateneas. Las conmemoraciones aparecen reflejadas en el friso: jinetes, carros, músicos… hacia donde convergen también las vírgenes atenienses para ofrecer el vestido a su patrona.
La Escultura Griega: Maestros y Estilos
Polícleto: El Canon de la Belleza
El culto de los atletas vencedores en los juegos encuentra su expresión en los bronces, hoy solo copias de mármol, de fines de siglo, destacar el Doríforo. Las proporciones, las dimensiones y las líneas constituyen un canon perfecto, naturalista y vigoroso. La articulación de las piernas se libera completamente de las imposiciones severas, el torso sigue el movimiento implicando la espalda y la cabeza. Este canon de belleza tiene su expresión en el Diadúmeno, conocido por copias.
Fidias: La Técnica de los Paños Mojados
Como señalábamos con anterioridad, Fidias también fue un gran escultor, creando escuela, a través de lo que se ha dado en llamar la “técnica de los paños mojados”. A este grupo pertenecería el autor de la Victoria desatándose la sandalia, de fines del siglo V.
Fidias (498 a. C.- 432 a. C.)
La revolución cultural y artística que vivió Atenas en tiempos de Pericles tiene en Fidias a uno de sus máximos artífices. Desgraciadamente conservamos sólo una pequeña parte de su producción, pero su particular estilo sobrevivió gracias a los numerosos autores que copiaron sus trabajos o se inspiraron en ellos. Pericles le encargó la dirección de las obras de la Acrópolis donde trabajó en la decoración del Partenón, realizando la famosa estatua criselefantina de Atenea que decoraba su interior, las metopas, el friso de las Panateneas y los frisos exteriores. También realizó la estatua de Atenea Promacos que presidía la Acrópolis. Sus trabajos se caracterizan por la serenidad y majestuosidad, la armonía y la belleza de las formas femeninas que se intuyen bajo los paños mojados, elemento que identifica buena parte de su obra.
Lisipo: Naturalismo y Perspectiva
Lisipo (380 a. C.- 318 a. C.)
Entre los últimos escultores del período clásico encontramos a Lisipo. Trabajó en Macedonia y allí realizó varios retratos de Alejandro Magno, aunque su obra más famosa es el Apoxiomeno, hoy guardada en el Museo Vaticano. El estilo de Lisipo se caracteriza por su naturalismo y la disposición de las figuras en el espacio, lo que obliga al espectador a contemplarlas desde diferentes puntos de vista, consiguiendo dotar de mayor belleza a sus trabajos.
Praxíteles: Elegancia y Voluptuosidad
Ateniense, fue el artista más preciado de la antigüedad griega. Escultor que conocía todos los materiales, trabajó sobre todo el mármol. Formas suaves en la representación de los jóvenes adolescentes. La belleza, la voluptuosidad y el equívoco juegan un papel fundamental en su obra. Graciosas y elegantes curvas definen la obra de Praxíteles, uno de los más importantes escultores de la época clásica griega. Se considera el autor de más de cincuenta obras de las que conservamos muy pocas. Todas ellas están caracterizadas por la elegancia con la que las dota el maestro, gracias a la flexibilidad que otorga la curva con la que se modelan las figuras. Los rostros tienen una expresión melancólica mientras que los paños están modelados suavemente. Sus obras estaban policromadas, al igual que las demás esculturas, eligiendo al pintor Nicias para dar color a sus figuras.
Destacan obras como Hermes, Afrodita de Tespias o Venus de Arlés, así como el Apolo sauróctono y el hermafrodita. O la Venus de Cnido causa de un profundo escándalo por representar a la divinidad no desnuda, sino como cualquier mortal.
Otro escultor fue Leocares que participó en los relieves del mausoleo, sin embargo su conocimiento y fama nos ha llegado a través de una copia romana de un Apolo conocido como Belvedere.