Explorando el Renacimiento: Arquitectura, Pintura y Escultura del Quattrocento y Cinquecento

Cúpula de Santa María de las Flores

Se trata de una obra de arquitectura, en concreto una cúpula construida en ladrillo, piedra y mármol.

La cúpula presenta un aspecto esbelto gracias a su perfil apuntado conseguido gracias a la curvatura de los ocho nervios de mármol blanco, de 4 metros de espesor, que ascienden hasta la cúspide. Los nervios se unen y dan paso a una estilizada linterna.

La cúpula, cuyas ocho caras están recubiertas de tejas rojas (ladrillo) se alza sobre un tambor octogonal de piedra revestido de mármol, blanco, verde y rosado, con una gran ventana circular en cada uno de sus lados. En realidad se trata de una doble cúpula, una interior y otra exterior, ambas estarían unidas, mediante un espacio vacío, por una cincha con anillos de madera, la cual aligeraba notablemente el peso de la cúpula. Tanto la cúpula interior como la exterior tienen forma octogonal. La cúpula interior es más resistente que la exterior y es de piedra y ladrillo. El conjunto presenta un aspecto de gran elegancia, esbeltez y proporcionalidad.

Se trata de la cúpula de Santa María de las Flores, de la catedral de Florencia construida por Brunelleschi, arquitecto florentino del s. XV, de estilo renacentista y más concretamente del Quattrocento.

Brunelleschi es el artista que sienta las bases de este nuevo estilo ya que construye, además de esta cúpula, las primeras iglesias y palacios en donde aparecen los elementos constructivos y decorativos clásicos, como es el caso de los templos de San Lorenzo del Santo Spíritu, inspiradas ambas en las basílicas romanas con columnas corintias y compuestas, entablamentos, arcos de medio punto,… Construye también el primer palacio de características renacentistas: el Palacio Pitti.

También en este periodo destaca el arquitecto Alberti, con obras tan destacadas como San Andrés de Mantua, Santa María Novella o el palacio Rucellai.

Se considera el Renacimiento como el paso de la Edad Media a la Edad Moderna. Su nacimiento se produce en Italia donde el urbanismo y la burguesía se desarrollan propiciando la expansión económica de este país. En las universidades italianas se empiezan a estudiar a los clásicos, surge el antropocentrismo y los artistas son humanistas (versados en latín, griego, historia…). La capital del arte en este periodo Quattrocento, se sitúa en la ciudad de Florencia.

San Lorenzo de Brunelleschi

Estamos ante obra de arquitectura, del Renacimiento, construido en piedra.

En el interior, los elementos decorativos y constructivos son corintios o compuestos, el entablamento reaparece y se utilizan los arcos de medio punto. La planta es basilical de tres naves, que se separan con columnas clásicas, la nave central es adintelada y decorada con casetones, mientras que las laterales son abovedadas. Los arcos no descansan sobre los capiteles, sino que lo hacen sobre un segundo capitel llamado Cimacio.

En concreto estamos ante el templo de San Lorenzo, cuyo autor es Brunelleschi, arquitecto florentino, del s. XVI, de estilo renacentista y, más concretamente del Quattrocento. Caracterizada por el equilibrio entre la verticalidad y la horizontalidad, como consecuencia de ello los arcos pasan a ser de medio punto, se mantiene la planta basilical, se utilizan los elementos decorativos y constructivos clásicos, como columnas, frontones, entablamento, etc.

Junto a los templos se desarrolla la construcción de palacios, villas, universidades y bibliotecas.

Los palacios tienen forma cúbica, su estructura está en torno a un módulo central que es el patio porticado, de forma cuadrada, con arcos de medio punto que se apoyan en columnas de orden clásico, con fachada de grandes sillares. La organización del alzado se divide en tres cuerpos separados mediante molduras. Los vanos tienen arcos de medio punto y a veces, separados por pilastras o columnas adosadas con superposición de órdenes (dórico, jónico y compuesto). Ej.: El palacio Pitti.

Las villas eran lugares de ocio y placer de los nobles o ricos comerciantes; se situaban en el campo o en las afueras de las ciudades. ej: Villa Cabra.

Las universidades eran donde se empieza a leer a los clásicos griegos y latinos, ya que éstos basaban la civilización en la razón y en el hombre: surgen el antropocentrismo frente al teocentrismo. Las bibliotecas son lugares donde se conservaba el legado de la Antigüedad y se difundía.

El autor más importante es Brunelleschi, es el artista que sienta las bases de este nuevo estilo, ya que construye las primeras iglesias y los primeros palacios.

También en este periodo destaca el arquitecto Alberti, con obras tan destacadas como San Andrés de Mantua, Santa María Novella o el palacio Rucellai.

Se considera el Renacimiento como el paso de la Edad Media a la Edad Moderna. Su nacimiento se produce en Italia donde el urbanismo y la burguesía se desarrollan propiciando la expansión económica de este país. Los artistas son humanistas (versados en latín, griego, historia, etc.) La capital del arte en este periodo, Quattrocento, se sitúa en la ciudad de Florencia.

Palacio Rucellai de Alberti

Estamos ante una obra de arquitectura, en concreta un palacio del Renacimiento, construido en piedra.

En el exterior, la fachada tiene su inicio en un zócalo recorrido por un largo banco, que es un salón de espera de los clientes en un contexto en que los palacios cumplían funciones de residencia y de despacho. Sigue la planta baja, presidida por pilastras de orden dórico, que ostenta aperturas cuadradas y puertas y ventanas con dinteles horizontales. En el primer piso y el segundo piso se caracterizan por las respectivas pilastras asoman ventanas con parteluz, enmarcadas en arcos de medio punto. La cornisa final está sostenida por ménsulas.

En el interior, el patio estaba planteado como un espacio porticado que proporcionaba iluminación y que exigía una fachada propia. El patio está rodeado por un pórtico de columnas corintias que respetan la disposición de las pilastras exteriores de la planta baja. En su interior está el residencial y el laboral. Alberti logró la intimidad necesaria en una vivienda, abriendo las ventanas de las habitaciones al patio interior y dedicó la zona inferior del edificio a la actividad económica.

En concreto estamos ante el Palacio Rucellai, cuyo autor es Alberti, un arquitecto florentino del s. XVI, de estilo renacentista, en concreto del Quattrocento.

Se caracteriza por el equilibrio entre la verticalidad y la horizontalidad, los arcos dejan de ser apuntados para pasar a ser de medio punto, se mantiene la planta basilical, pero hay una preferencia por las plantas centralizadas. Se utilizan elementos decorativos y constructivos clásicos, como columnas, frontones, entablamentos, etc.

Junto a los palacios se desarrollan la construcción de templos, villas, bibliotecas y universidades.

Los templos, son elementos decorativos y constructivos son clásicos, el pilar cede su puesto a la columna, los capiteles son corintios o compuestos, el entablamento reaparece y se utilizan los arcos de medio punto. EJ: templo de San Lorenzo.

Las villas: son lugares de ocio y placer de los nobles o ricos comerciantes; se situaban en el campo en las afueras de las ciudades.

Las universidades eran donde se empieza a leer a los clásicos griegos y latinos, ya que éstos basaban la civilización en la razón y en el hombre: surgen el antropocentrismo frente al teocentrismo. Las bibliotecas son lugares donde se conservaba el legado de la Antigüedad y se difundía.

El autor más importante es Alberti, con obras tan destacadas como San Andrés de Mantua, Santa María Novella o el palacio Rucellai.

En este periodo destaca el arquitecto Brunelleschi, es el artista que sienta las bases de este nuevo estilo, ya que construye las primeras iglesias y los primeros palacios.

Se considera el Renacimiento como el paso de la Edad Media a la Edad Moderna. Su nacimiento se produce en Italia donde el urbanismo y la burguesía se desarrollan propiciando la expansión económica de este país. Los artistas son humanistas (versados en latín, griego, historia, etc.) La capital del arte en este periodo, Quattrocento, se sitúa en la ciudad de Florencia.

La Anunciación de Fra Angelico

Se trata de una obra de pintura, en concreto un retablo, pintado con la técnica temple sobre tabla. Esta obra pertenece al Renacimiento, en concreto del Quattrocento.

Las dos figuras principales están situadas bajo un arco cada una. El arcángel Gabriel ocupa la parte central de la composición y la Virgen se sitúa a la derecha. El ángel se inclina y hace la genuflexión, mientras María, con los brazos cruzados sobre el pecho y con un libro abierto sobre la pierna derecha, baja la mirada. Un rayo de luz ilumina a la Virgen en él aparece la imagen del Espíritu Santo, una paloma. Al fondo a la izquierda aparece la escena de la expulsión de Adán y Eva del paraíso terrenal. Tres medallones decoran el pabellón sostenido por columnas corintias: en el centro aparece el busto de Dios Padre, y en las otras dos, rosetas arquitectónicas. El vano sin puerta que da a la habitación de María nos permite ver la parquedad del mobiliario y da profundidad a la escena.

Se trata de la Anunciación, pintada por Fra Angelico, del siglo XV, de estilo renacentista, concretamente del Quattrocento.

Fra Angelico es el autor que marca la transición entre el siglo XIV y el XV. A caballo entre la escolástica y el humanismo. Trabaja sobre todo en encargos de carácter religiosos, obras para monasterios e iglesias, especialmente escenas de la vida terrenal de Cristo y de temas marianos. Característico de su pintura son los tipos esbeltos de cabezas alargadas, cejas altas. Figuras envueltas en largas vestiduras, caídas con distinción y presentadas con actitudes tranquilas y llenas de vida interior. En la representación del espacio destaca el uso sabio de la perspectiva, con elementos decorativos y arquitectónicos clásicos. La obra tiene un carácter místico y sobrenatural. Así, María, con las manos cruzadas acepta la misión de Dios, los círculos de luz en el ángel y María significan santidad, el manto azul de María simbolizan a ésta como Reina de los Cielos. La expulsión del paraíso aparece como un hecho histórico por el que la humanidad queda huérfana, conectando con la Anunciación a María que inicia el periodo histórico de la salvación. Trabaja la luz como mística que impregna la figura. El sentido curvilíneo y el dorado recuerdan el sentido internacional. Destacan características como la aplicación de la perspectiva, los fondos arquitectónicos clásicos y un mayor realismo de las figuras humanas, elementos que lo alejan del gótico.

Otro autor importante es Masaccio, sus obras más importantes son: El tributo de la moneda y la Santa Trinidad.

Santa Trinidad de Masaccio

Se trata de una obra de pintura al fresco, realizada al temple sobre tabla.

En el primer término se sitúa el altar donde se abre un nicho con un sepulcro y un esqueleto rodeado por una inscripción. Sobre este espacio aparecen los donantes de tamaño natural, tras los donantes se abre una capilla donde la Virgen y San Juan lloran a los pies de la cruz y en la que Cristo aparece en eje con la paloma del Espíritu Santo y con Dios Padre. Todo el conjunto se enmarca en un gran espacio arquitectónico: flanqueado por dos grandes pilastras acanaladas y corintias, sobre las que se eleva un entablamento. La acción transcurre en el interior de una bóveda casetonada, cuyo arco de medio punto está sustentado por columnas jónicas. Esta arquitectura sigue los diseños de Brunelleschi. La composición es serena, monumental y de gran sobriedad cromática. El volumen de las figuras es casi escultórico y de los pliegues de las ropas tienen fuerza.

Se trata de la Santa Trinidad de Masaccio, autor que inaugura el renacimiento pictórico italiano. Desprecia el color vivo, la minuciosidad del detalle y el oro a favor de los grandes volúmenes conseguidos a base de luces y sombras y de la decoración sobria, austera. Tendencia al naturalismo, con predominio de la monumentalidad. Le preocupa el volumen y la corporeidad de las figuras y la expresión de las pasiones del alma. Del siglo XV, de estilo renacentista, en concreto del Quattrocento.

Caracterizada por la composición serena, monumental y de gran sobriedad cromática. El volumen de las figuras es casi escultórico y de los pliegues de las ropas tienen fuerza.

En este periodo destaca el autor Fra Angelico, con obras destacables como: La Anunciación.

David de Miguel Ángel

Se trata de una obra de escultura de bulto redondo realizada en mármol con la técnica de la talla y de casi 4,5 metros de altura.

Representa a David como un joven atleta, desnudo y musculoso, con la mirada penetrante, a la espera de enfrentarse a Goliat, en la mano derecha sostiene la piedra, y con la izquierda sujeta la honda. A la perfección clásica del cuerpo desnudo, se unen la vitalidad y la tensión de dicho cuerpo: la cabeza sobredimensionada, la mirada expectante y segura, el vigor o la fuerza de su mano derecha, la disposición en zigzag del cuerpo…. Son recursos de su famosa “terribilitá”. Miguel Ángel compensó la frontalidad de la escultura girando levemente la cabeza, que invita al espectador a rodear la figura. Esa frontalidad es consecuencia del bloque de mármol de extraordinaria altura y muy estrecho que tuvo que utilizar el autor de la obra.

En concreto se trata de El David, de Miguel Ángel, escultor, arquitecto y pintor del Cinquecento (Renacimiento) en el s. XVI. Miguel Ángel es uno de los artistas humanistas más destacados de este periodo como escultor destacan obras tan importantes como “Piedad del Vaticano” “Moisés” (imagen que formaba parte del monumento funerario de Julio II), “los sepulcros de los Médicis”.

En ellas se observa la gran preocupación del autor por la perfección de sus obras, las actitudes grandiosas, las facciones perfectas y los gestos terribles (terribilitá), musculatura acusada,… En ellas se observa los muchos años dedicados a estudiar anatomía y la profunda impresión que el grupo de Laocoonte causó a Miguel Ángel.

Como arquitecto destaca la construcción, entre otras, de la cúpula de San Pedro del Vaticano, y como pintor los magníficos frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina y el Juicio Final.

Durante el s. XVI la capital del arte se traslada de Florencia a Roma, al amparo y cobijo de los papas, como Julio II, León X, dos papas humanistas que actúan como mecenas muy importantes. Ese es el caso Julio II que actuó como protector de Miguel Ángel.