Explorando la Escultura Griega: Evolución, Características y Maestros

Escultura Griega: Un Legado Universal

La escultura griega alcanza una gran importancia tanto por las novedades que introduce como por servir de referencia universal a toda la estatuaria posterior. Con raíces orientales, llegó a crear un mundo de formas originales.

Características Fundamentales

  • Interés por el cuerpo humano: Con una cultura antropocéntrica, el ser humano se convierte en el centro de la representación escultórica.
  • Evolución constante: Desde la simplicidad arcaica hasta el barroquismo helenístico, la escultura griega gana en belleza, expresión, movimiento y volumen.
  • Búsqueda de la belleza física y el equilibrio espiritual: Basada en la medida, la armonía y la proporción entre las partes, así como en la expresión de lo espiritual.
  • Expresión de sentimientos: Preocupación por exteriorizar los sentimientos.
  • Movimiento: Se inicia en el período clásico y culmina en el helenístico.
  • Volumen: Necesidad de distintos ángulos para su contemplación.
  • Materiales: Piedra, bronce, madera, oro y marfil.
  • Policromía: Originalmente policromadas, aunque el color fue desapareciendo con el tiempo.
  • Autores reconocidos: Dejaron de ser anónimos.

Evolución de la Escultura Griega

Período Arcaico (VII-VI a.C.)

Las esculturas de este período eran rígidas, con dificultad para mover los dedos y las extremidades. Se caracterizaban por la ausencia de movimiento, con una pierna adelantada en un intento de simularlo, y las rodillas representadas en forma de triángulos invertidos. Las figuras eran bloques, sin separación de los brazos del cuerpo. Los ojos eran almendrados, ubicados debajo de una frente estrecha. El pelo se representaba de forma geométrica. Predominaba una expresión hierática y falta de expresividad, con la característica sonrisa arcaica. Se aplicaba la ley de frontalidad y simetría, donde el cuerpo se diseñaba para ser visto de frente, dividido en dos mitades iguales. Las esculturas eran ofrendas a los dioses: los Kouroi (jóvenes desnudos atléticos) y las Korai (mujeres con una túnica y velo denominado peplo dórico, que representaban a sacerdotisas).

Clasicismo (V a.C.)

Este siglo representa el mayor esplendor del clasicismo, con un dominio de la anatomía y un canon de belleza basado en la proporción matemática y la simetría. Se plasma el movimiento, aún contenido, pero superando la ley de frontalidad y triunfando el contrapposto. Se utiliza el escorzo, con miembros moviéndose en distintas poses y brazos despegados del cuerpo. Se representa el ethos (personalidad del personaje) y se observa un tratamiento más delicado de la piel. Los escultores destacados de este período son Mirón, Policleto y Fidias.

Mirón

Mostraba pasión por el movimiento, concibiendo la escultura como la imagen de un instante fugitivo. Captaba el movimiento en el momento de máximo esfuerzo del ejercicio atlético, plasmando el desequilibrio.

Policleto

Se centraba en la anatomía idealizada, glorificando los músculos. Buscaba soluciones a los problemas de estabilidad y proporciones ideales, escribiendo el canon y estableciendo el canon ideal de un cuerpo igual a siete cabezas. Se centraba en la anatomía de las figuras, ignorando la plasmación de cualquier sentimiento, resultando inexpresivas.

Fidias

El gran escultor de la época clásica, que conseguía el equilibrio y la armonía en el cuerpo, las proporciones y el movimiento. Destacaba su técnica de paños mojados.

Clasicismo (IV a.C.)

Se establece un canon más esbelto, con ocho cabezas, siendo esta más pequeña. Se acentúan los movimientos y se conquista el volumen con la tercera dimensión, permitiendo que la escultura se pueda ver desde varios ángulos. Se busca un mayor realismo, mostrando actitudes cotidianas y acentuando el naturalismo. Se incrementa la expresividad facial, mostrando los sentimientos, y se integra el desnudo femenino, creando un ideal anatómico de mujer distinto al masculino. Los escultores destacados de este período son Lisipo, Praxíteles y Scopas.

Lisipo

Modifica los ideales anatómicos de Policleto, mediante un canon más alargado (8 cabezas) y la mezcla de músculos y grasa en la anatomía. Logra la conquista definitiva de la tercera dimensión.

Praxíteles

Escultor de la delicadeza, la elegancia y las superficies suaves, lo que ha llevado a críticas por considerar sus figuras blandas y afeminadas. Es característica la nostalgia en el rostro y destaca el contrapposto de sus figuras, debido a la curva praxiteliana (una leve ondulación de la cadera). Introduce el desnudo femenino mediante la representación de Afrodita.

Scopas

Aporta dramatismo a sus figuras, rompiendo el concepto clásico de perfecta armonía y reflejando el patetismo con bocas entreabiertas y ojos anhelantes. Acentúa la sensación de movimiento gracias a los paños y crea una nueva concepción expresiva, exaltando el sentimiento.

Helenismo (III-I a.C.)

Este período se caracteriza por una gran difusión por el Mediterráneo oriental. Desaparecen las grandes individualidades artísticas, por lo que se desconoce la fecha y el autor de muchas esculturas. Se sigue la línea de Scopas, rompiendo con la serenidad y el equilibrio clásicos, con un dominio del realismo debido al descreimiento religioso, lo que lleva al cultivo del retrato de niños, hombres y ancianos que muestran la decadencia. El tema pierde seriedad y se convierte en anecdótico, representando lo feo, gracioso o grotesco. Se expresan los sentimientos y se acentúa el movimiento, creando grupos escultóricos. Destacan:

  • Victoria de Samotracia: Posando erguida sobre la proa de una nave, destaca por el vigor de su movimiento y por las telas pegadas al cuerpo por el viento, provocando un contraste de luces y sombras. Pierde el estatismo por la postura, con una pierna adelante y las alas hacia atrás.
  • Venus de Milo: Estudio de la anatomía del torso y rasgos idealizados. La parte inferior está envuelta en paños, realzando la posición de las piernas al apoyar el peso solo en una. El torso hacia el frente se contrapone a la parte inferior, dando lugar a un movimiento en S, mientras que los paños lo hacen ver dinámico y provocativo.