Grandes Maestros de la Pintura: Renoir, El Greco, Botticelli y Velázquez

Grandes Maestros de la Pintura

Renoir

Pintor impresionista nacido en Limoges. En 1854 comenzó como pintor en una fábrica de porcelana de París, donde adquirió experiencia con los colores claros y frescos que caracterizarían su obra impresionista. Su predilección por los temas alegres tuvo su impronta en los maestros del Rococó. Ingresó en el estudio de Gleyre. Allí se hizo amigo de Monet, Sisley y Bazille. Pintó con ellos en Barbizon y su comarca. Su trato con Monet fue particularmente intenso en esta época, y sus pinturas de La Genouillère son sus primeros trabajos impresionistas. Empezó a conseguir éxito como retratista y se vio libre de preocupaciones económicas cuando el comerciante Durand-Rual compró regularmente su producción. Un viaje a Italia entre 1881 y 1882 marcó la diferencia del cambio de estilo que ejemplifica Los paraguas. Después de un periodo de experimentación con una manera “dura”, hacia 1885 desarrolló un tipo de tratamiento más suave y flexible. Pasó también de los temas contemporáneos a motivos más atemporales, sobre todo desnudos, pero también a pinturas de muchachas en escenarios no específicos. A medida que su estilo se hizo más grandioso y sencillo, abordó también temas mitológicos (El juicio de Paris). En la década de 1890 empezó a padecer reumatismo, lo que le hizo vivir en el sur de Francia desde 1903. En 1912 quedó relegado a una silla de ruedas, aunque siguió produciendo, abordando incluso la escultura.

El Greco

Fue pintor del final del Renacimiento, desarrolló un estilo muy personal en sus obras de madurez. Su formación pictórica fue compleja, su obra se compone de grandes lienzos para retablos italianos. Está considerado uno de los artistas más grandes de la civilización occidental. El estilo posbizantino era una continuación de la pintura tradicional ortodoxa y griega de iconos desde la Edad Media, sus personajes se copiaban de modelos artificiales muy establecidos en análisis psicológicos, con el oro como fondo de los cuadros. Pintura del periodo veneciano realizada con la técnica del temple.

Obras destacadas:

  • La curación del nacido ciego.

En sus obras se aprecia cómo asumió el lenguaje del Renacimiento veneciano. Actualmente su apodo italiano Il Greco se ha transformado y es conocido como El Greco combinando una palabra española con una italiana. Sus cuadros seguían reglas fijas. Al ser tan famoso muchos pedían copias de sus obras más conocidas, hoy en día las copias realizadas en grandes cantidades por su taller llevan a la confusión en su catálogo de obras auténticas.

Botticelli

Fue pintor cuatrocentista italiano. Su reputación bajó ya que el pensamiento que encabezaba su vita de Botticelli estaba bajo el mecenazgo de los Medici, pero a finales del siglo XIX se recuperó y sus obras están consideradas representativas de la gracia lineal de la pintura del primer Renacimiento y El nacimiento de Venus y La primavera son las obras más conocidas. Se convirtió en aprendiz, cosa que indica que tuvo mejor educación que otros. Recibió la mayor influencia de Fray Filippo Lippi: la síntesis entre el nuevo control de formas tridimensionales, la delicadeza expresiva en los rostros y los gestos, los detalles decorativos y un estilo íntimo. En 1470 tuvo su propio taller, cosa que sus obras se caracterizarán por una percepción de la figura como vista en bajorrelieve, pintada con contornos claros y minimizando los fuertes contrastes de luz y sombra que indicaran formas plenamente modeladas. A su muerte, Filippino Lippi fue el heredero de sus obras.

Velázquez

Diego Velázquez es el pintor más genial del conocido como “Siglo de Oro de la Pintura Española”. Son varios los factores por los que se convirtió en el pintor más trascendente de este siglo XVII:

  • La habilidad portentosa con los pinceles.
  • La variedad temática de su obra, incluyendo géneros no muy comunes en España como la mitología o el género histórico.
  • La protección y el mecenazgo que tuvo de la monarquía de Felipe IV.
  • Pudo rectificar sus obras ya que las tenía a mano dado su carácter perfeccionista.

Etapas:

Etapa sevillana (1610-1623)

Terminó recalando en el taller que sería de su suegro Francisco Pacheco. Con él aprenderá las técnicas pictóricas y el amor por la obra de Caravaggio.

Primera etapa madrileña (1623-1628)

Al subir Felipe IV al trono viaja a Madrid para prosperar. El pintor se convirtió en pintor de cámara y por tanto tenía que realizar retratos de la monarquía y de paso cuadros para satisfacer el gusto del monarca. De esta época son los retratos de un joven Felipe IV o el cuadro de El triunfo de Baco.

Primer viaje a Italia (1629-1630)

Es Rubens quien anima al joven pintor a viajar a Italia para seguir formándose. En Venecia, Roma y Nápoles conoce de primera mano a los grandes del Renacimiento y del barroco italiano. Se puede decir que con ello completa su formación, lo que se refleja en cuadros como La fragua de Vulcano, de cuidada composición y factura.

Segunda etapa madrileña (1630-1649)

Durante esta época realiza infinidad de cuadros. Para el Salón del Trono del palacio de Buen Retiro, realiza cuatro retratos ecuestres de Felipe III y Felipe IV con sus esposas. Él se reserva el episodio de La Rendición de Breda. Para la Torre de Parada del Palacio de El Pardo, pinta a la familia real como cazadores.

Segundo viaje a Italia (1649-1651)

Este segundo viaje es distinto al anterior. Velázquez pisa Italia como pintor consagrado y admirado y no como estudiante. Pinta el retrato del papa Inocencio X.

Tercera etapa madrileña (1651-1660)

Los últimos años de Velázquez son de duro trabajo y de desgaste personal, que le llevará a la muerte. Realiza muchísimos cuadros de la familia real. De esta época son dos de sus cuadros fundamentales en donde demuestra todas sus capacidades técnicas: Las hilanderas y Las meninas.