a) Panorama histórico-cultural:
El arte romano representa la culminación del proceso evolutivo de las culturas mediterráneas. Iniciado con la referencia del arte etrusco y con el influjo de las colonias griegas de la Magna Grecia, se desarrolla a partir del siglo III a. de C. y evoluciona con clara homogeneidad hasta el V d. de C. La extensión del dominio romano desde la India a los límites de Escocia e Irlanda y desde los bosques centroeuropeos al desierto africano, sirvió para que se incorporasen las más diversas culturas mediterráneas y del próximo oriente en un sincretismo peculiar. Todas las regiones conquistadas por los romanos han quedado sembradas de calzadas, acueductos, teatros y anfiteatros, basílicas y templos, principalmente inspirados en un principio que resultó una constante en su arquitectura: La utilidad pública.
b) Características generales:
En efecto, el espíritu práctico del pueblo romano, la utilidad pública se impone en las obras arquitectónicas. En su estructura se combinan los sistemas arquitrabados con el arco y la bóveda, que aunque otros pueblos ya utilizaron (mesopotámicos y etruscos), es en el arte romano y sobre todo durante el Imperio cuando llegan a su plenitud. Construir a base de arcos y bóvedas les va a permitir cubrir espacios más grandes y amplios. En el aparejo se emplea la sillería bien escuadrada, y como novedad el mortero u hormigón; utilizando la terminología de Vitrubio, podemos citar el opus cuadratum, o sillería a tizón, aprendida de los etruscos, el opus incertum, especie de mampostería menuda, y el opus reticulatum, revestido de pirámides de base cuadrada, dispuestas en retícula. Se utilizan los órdenes griegos, a veces incluso combinados en el mismo edificio (Capitolio), y otras combinados en el mismo capitel (jónico y dórico), además introducen el toscano, de origen etrusco que separa el equino del collarino dejando un espacio que forma el friso del capitel.
No se produce una coetaneidad (igualdad cronológica) en todas las zonas del Imperio Romano, en el área helenística el estilo es más avanzado que en otras que no han sido helenizadas, por lo que se atiende principalmente a la tipología de los edificios que a las diferentes etapas. En el arte romano es esencial la ciudad como centro de la vida política y de la actividad comercial. Se organizan con un trazado en damero (hippodamos), y el foro es el gran espacio donde confluyen las diferentes vías y donde se sitúan los principales edificios. Al principio son abiertas pero a partir del S. III d. de C. se rodean de murallas (León, Lugo, Zaragoza, Barcelona), con torres cuadradas y redondas y puertas encuadradas por torres.
Entre los principales edificios se encuentran las basílicas dedicadas a las transacciones comerciales y a veces a edificios del gobierno municipal o provincial (Casa de Pilatos de Tarragona). El templo, que sigue el modelo etrusco elevado sobre un basamento y con acceso sólo por delante. Son importantes los restos existentes en Barcelona, Mérida, Nimes y Évora, siendo excepcional por su planta redonda con bóveda y lucernario y por su conservación el Panteón de Roma. Dentro del ámbito familiar y social, son representativas la casa o la villa y las termas. Se conservan abundantes ejemplos de casas romanas en Pompeya y Mérida, y entre las termas podemos citar las de Caracalla en Roma, que constan de una sala para desnudarse (apoditerium), baños fríos (frigidarium) y otros de vapor (caldarium), además de otras dependencias para usos diversos.
c) Ejemplos más representativos:
Además de los ejemplos citados al hacer referencia a los principales edificios, hemos de referirnos también como de suma importancia a las grandes obras de ingeniería:
- Se construyeron pantanos como los de Proserpina y Cornalvo en Mérida.
- Entre los acueductos, sobresalen los de Segovia, el de Ferreras en Tarragona y el de Los Milagros en Mérida (precedente de las arquerías de la mezquita cordobesa).
- Las obras dirigidas al ocio también adquieren en la arquitectura romana una importancia extraordinaria, entre ellas el teatro, anfiteatro y el circo.
El teatro no aprovecha el declive para construir el graderío o cavea, como hacían los griegos, sino que construye las bóvedas y arcos necesarios para instalarlo, mantiene igual la orchestra y la escena. Entre los más representativos podemos mencionar los de Mérida, Sagunto, Ronda la Vieja y Clunia. Entre los anfiteatros, lugares destinados a la lucha entre gladiadores, o entre éstos y animales, sobresalen el Coliseo de Roma y en España los de Tarragona, Mérida e Itálica.
d) La arquitectura romana en España:
En España el dominio romano comienza con el desembarco de Scipión en Ampurias en el 218 a. de C, correspondiendo el 133 a. de C. a la destrucción de Numancia y el 19 a. de C. al final de la guerra con los cántabros y que señala la plena incorporación de la Península al Imperio. Ciudades como Tarragona, Itálica, Mérida, Zaragoza, Córdoba, Lugo, y León entre otras, unidas por una amplia red de calzadas, se convierten en centros de la romanización que unifica culturalmente la Península. La abundancia de restos romanos tuvo una importancia crucial para el desarrollo del arte occidental. Además de los restos romanos ya mencionados al referirnos a distintos tipos de edificios, podemos citar las termas de Alange en Badajoz, y otros restos en Lugo y en Caldas de Mombuy (Barcelona), obras de ingeniería como los puentes de Alcántara y Mérida, aunque se puede decir que la mayor parte de los puentes españoles anteriores al siglo XVII tuvieron base romana, sobre la que se hicieron reformas en diferentes épocas. Calzadas y acueductos ya han sido citados, habría que hacer referencia a monumentos conmemorativos, tales como los arcos de Medinaceli (Soria), Bará en Tarragona y el de Cáparra en Cáceres de cuatro frentes. Entre los monumentos funerarios son importantes en España el mausoleo de Fabara (Zaragoza) y la Torre de los Escipiones (Tarragona), además de la necrópolis de Carmona (Sevilla). Entre las ciudades excavadas más dignas de consideración, tenemos las de Itálica (Santiponce, Sevilla) y Bolonia.